"El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla... está hecho" (Groucho Marx)

19 jun 2014

La del Decathlon


Esta historia comienza cualquier sábado por la tarde en el peor lugar del mundo donde acudir cualquier sábado por la tarde, si no tenemos en cuenta esa fábrica de rupturas sentimentales que es el IKEA. El lugar era el Decathlon, esa tienda de deportes donde los obesos acudimos con regularidad a comprar ropa. ¿Por qué nosotros? La ropa es barata, tienen tallas grandes (siempre puedes convertir una canadiense en unos pantalones) y en la caja de pago hay chocolatinas de avellanas, la droga de los pobres. En realidad es el único lugar donde podemos acudir a comprar ropa de talla extra grande sin que algún conocido nos vea entrar en "El paquidermo elegante, tallas vergonzantemente supergrandes". Las tiendas Decathlon suelen estar llenas de gentes de todo tipo, desde el ejecutivo que quiere unos calzoncillos sin costuras hasta el padre de familia que busca un gorro de baño que no le haga parecer mas idiota de lo que ya es. Aunque lo más importante de todo es que gracias a Darwin (y su selección natural) entre toda esta gente también suelen haber mujeres. El mayor logro de la humanidad: donde hay gente hay mujeres.

Esta mujer en concreto estaba en la sección de sujetadores deportivos. No me pregunten lo que hacía yo allí pero deben saber que, debido a mi sobrepeso, tengo más pecho que la mayoría de mis lectoras. Era una muchacha razonablemente atractiva, de lacios cabellos negros y peinado Príncipe de Beckelar, iba vestida con una especie de pantalones de colores y una camiseta blanca. No voy aquí a describir su cuerpo porque me parece de baja estopa el definir a una mujer por la rotundidad (o no) de sus curvas pero han de saber ustedes que tenía el culo como la plaza de toros de Cáceres lo cual, aunque soy antitaurino, me satisface sobremanera. La mujer perfecta, vamos. Aunque si hubiese sido delgada también hubiese sido perfecta. Incluso si hubiese sido un camionero de Soria con un gran bigote cruzándole la cara cual revolucionario mejicano, habría continuado siendo la mujer perfecta. Es lo que tiene ser un hombre, mientras otras van a la guerra con un rifle de francotirador, nosotros vamos con un tanque y disparamos a todo cuanto se mueva, amigo, enemigo o suizo.

 -Hola -dije intentando no fijarme en la ropa interior que ella sostenía entre sus manos.
 -Hola -contestó ella.
 -¿Sabes dónde está la sección de escalada? Soy escalador profesional, en breve haré una nueva expedición al Everest y estoy comprando material.

La mujer se asomó a mi cesta y después devolvió su vista a mí con una suerte de extrañeza en su mirada.

 -¿Vas a escalar el Everest con unas playeras, dos pantalones cortos de flores y una camiseta de tirantes?
-Oh no, esto son souvenirs para los sherpas.

En ocasiones me sorprendo a mi mismo de mi rapidez para confeccionar maravillosas mentiras que puedan conducir al amor horizontal. Los hombres, gracias a Dios (y a una privilegiada genética neuronal) llevamos la mentira grabada a fuego en nuestro proceso mental. Eso y que nos gusta follar mas que a un tonto un caramelo.

 -¿Que compras tú? -pregunté.
 -Ropa para la piscina.
 -Yo también nado, fui campeón de Catalunya hace dos años.
 -Lo hubiese adivinado solo viendo tu cuerpo.

Han de saber ustedes que, en ocasiones, mis mentiras no están tan elaboradas como debieran. Pero donde los demás ven un inconveniente yo siempre veo una oportunidad.

 -Es que estoy en la categoría de más de 150 kilos.
 -En serio, no perdamos los dos el tiempo.
 -¿Intentar seducir a una mujer hermosa es perder el tiempo?

Como pueden comprobar, había deslizado sutilmente la palabra "hermosa" a modo de bálsamo. Siempre funciona. Eso y que le mostré un billete de cinco euros.

 -Soy lesbiana -dijo ella.

Vale, no siempre funciona. ¿Cómo seducir a una lesbiana que está comprando sujetadores deportivos?

-Adiós –dije mientras salía corriendo

Respuesta: no puedes.

El error es la más común de las monedas. Erramos cuando nos esforzamos e incluso cuando no. Erramos de día, de noche y también alguna tarde. Erramos en invierno y en verano. El error es nuestra forma de vida porque somos imperfectos. El problema es cuando confundimos error con fracaso. Eso nunca.

No obstante, aquella mañana de Sábado en el Decathlon, yo fracasé de manera legendaria.



16 comentarios:

  1. Fracasaste pero ojala pudiera decirte que te duiste con la cabeza bien alta...claro que eso no seria sino una mentira piadosa

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    1. Querido Juanjose yo no tengo nada alto, ni cuando triunfo ni cuando fracaso.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  2. Si. A mi los errors me llevan inevitablemente a sentirme una fracasada. Y a nonattrberme a intentarlo mas.

    Y uated puede siempre ser campeón en la categoría ballenato :p

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    1. Los errores nos llevan al fracaso, lo que no tenemos es que leer todo como un fracaso. Tampoco hay que leer la composición de los zumos de frutas.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  3. Vaya, pensé que lo iba a rechazar por estarle mintiendo abiertamente pero parece que sólo era por su orientación sexual. Que el ánimo no decaiga, pues. Puede seguir mintiendo a gusto. Total, en esta sociedad ya ni se nota.
    Cordiales saludos.

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    1. Querida, a mi me rechazan por todo, incluso cuando no me rechazan. Una vez me rechazaron por ser tan terriblemente atractivo que a la mujer le dio miedo no poder volver a enamorarse nunca mas. Solo sucedió en mi sueño, pero sucedió.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  4. No pensaste que ella también podía estar mintiendo??? Me has hecho reír con tu entrada.
    Saludos.

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    1. Yo siempre pienso que los demás no son como yo. Por eso siempre pienso que los demás nunca mienten excepto cuando hacen la declaración de la renta o les preguntan por su edad.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  5. Mejor fracasar que quedarse con las ganas. Con las ganas de fracasar quiero decir...
    Saludos.

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    1. La unica vez que gané a algo fue una sonora bofetada cuando mi padre me descubrió vestido con la ropa de mi madre. La quería para él solo. La ropa, me refiero.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  6. Mi querido Sr. Gilipollas, abandonó usted demasiado pronto,usted es de insistir un poco más. Hay un sitio peor para ligar los sábados, el Mercadona….
    Saludos.

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    1. ¿El Mercadona? Ahí solo puedo ligar con yonkies del Hacendado y extrañas mujeres sin depilar que buscan leche de soja. Por cierto, ¿desde cuando las vacas dan soja?

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  7. No ligar con una lesbiana culigorda no es ningún fracaso, pero es mucho mejor intentarlo con una saturnina tripleteta. Son todas heterosexuales, lo cual es fácil teniendo en cuenta que en su especie hay siete géneros, y muy salidas.Tienes que ir al Mercadona, allí siempre hay muchas en la sección de cereales, se pirran por los cookie-krispis de colores.

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    1. Y dale con el Mercadona. Al final deberé ir. ¿Usted va al mercadona, querida? Si la respuesta es si... ¿usted fornica con gordos, querida?


      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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    2. También las hay en el Eroski-Caprabo, siempre donde los cereales. A pesar de ser extraterrestres, no se les nota casi nada, excepto por lo de las tres tetas, que puede no ser ningún inconveniente. Yo las reconozco en seguida porque mis padres adoptivos eran de allí. Por desgracia, yo soy terrícola, que es mucho más aburrido, y naturalmente que fornico con gordos.

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    3. Siempre he querido una mujer de tres tetas desde que de pequeño vi "Desafio total". Por desgracia solo tengo dos manos. Gracias a dios usted no es extraterrestre.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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