"El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla... está hecho" (Groucho Marx)

30 oct 2010

¡P*#%A MONTAÑA!


¡Que bonita es la montaña! Todo el mundo dice que le encanta alejarse de la ciudad y salir a pasear al campo. ¿Saben que? Y una mierda (con perdón). Cualquier gilipollas que se precie prefiere el asfalto a los árboles, prefiere las mujeres a los pájaros. Es pura lógica darwiniana. Estoy convencido que la mayoría de ustedes necesitan salir al campo a respirar aire puro y oír como los pajaritos reclaman a las pajaritas o las ranas entornan esos ojazos tomando el sol en una apacible charca llena de mosquitos. Yo no. Si me alejo mas de 100 metros de un centro comercial me falta la respiración. ¿Cuantas mujeres hay por metro cuadrado en una ciudad y cuantas en una montaña? Pues eso... No sean ustedes los gilipollas.

Pero también sucede -a diario, además- que nuestras mas férreas convicciones fueron fabricadas para después ser traicionadas. Sobretodo si es para conseguir placer. 

La conocí hace unas semanas en un bar del barrio, ella había entrado a comprar tabaco y yo, habiendo ingerido mas de media docena de cervezas, me dirigí tambaleándome hacia ella diciendo algo así como que me parecía la mujer mas hermosa del universo. O puede que le dijese que acaba de ver una bandada de gansos salvajes interpretando un pasodoble. En realidad en aquel momento y tirado en el suelo no creo que ni pudiese adivinar que ella era mujer. Pero a la mañana siguiente me desperté con un numero de teléfono apuntado en la palma de mi mano. La llamé y quedamos en otro bar. Debí darme cuenta de que algo no funcionaba porque una mujer que se precie nunca da su numero de teléfono a un borracho y aun menos le da una segunda oportunidad. Me presenté a la hora señalada con mi imponente tridente... algún beneficio tenía que sacar de los 10 euros que me había gastado en la tienda de los chinos, soy catalán con ascendencia escocesa y antepasados judíos. ¡Que diablos! Ella miró el tridente, luego sonrió. 

-¿De donde has sacado eso?
-Es de nacimiento, es grande ¿verdad? -alardee pensando que se refería a mi "otro" tridente.

Estuvimos hablando durante media hora en la que utilicé la mejor táctica que conozco para seducir a una mujer. Contestar a todo "a mi también", "yo también" o "por supuesto que si". Para mi desgracia dos de sus preguntas habían sido "¿te gusta la montaña?" y "¿vamos este fin de semana a pasear?".

Quedamos el sábado a las seis de la mañana. ¿Quien diablos queda un sábado a las seis de la mañana para hacer nada? Ah si, esos aburridos se acuestan a las nueve de la noche después de tomar una infusión de manzanilla y al día siguiente madrugan para tomarse un te de ruibarbo y salir corriendo a subir una montaña que lleva ahí cientos de siglos. Y siempre lo hacen los días que Dios nos dio para descansar. Y luego me llaman gilipollas a mi. 

Pero lo hice, madrugué, me presenté en su casa y cogimos un tren para ir a no se que remoto pueblo para después subir no se que remota montaña. Y todo eso antes de que saliese el Sol. He hecho cosas peores por seguir a un culo así que con mi mejor ánimo comenzamos a caminar por un bosque que rodeaba una pequeña montaña. Ella iba vestida con botas, unos pantalones de pana y una especie de jersey ancho. ¿Que manera era esa de vestirse para salir al campo? Aficionada. Yo iba con la indumentaria oficial de montaña que consiste en sandalias de goma, calcetines de tenis, pantalones cortos con muchos bolsillos y camiseta de tirantes encima de una camisa de manga corta de tergal. Todo ello aderezado con un pañuelo atado a la cabeza con cuatro nudos a modo de gorra y un trozo de largo metal que había encontrado en un container de basura a modo de bastón.

A los diez minutos de comenzar a caminar ya había perdido yo la respiración y me encontraba resollando al borde del camino. El aire frío me agujereaba los pulmones como miles de agujas al rojo vivo. Maldito aire puro.

-¿Te encuentras bien? -preguntó ella con expresión de fastidio.
-Tran... tran... tranquila. Ahora... voy... tu sigue... vete caminan... caminando... ahora te... al... alcanzo.

Ella se encogió de hombros y continuó su camino mientras yo vomitaba la totalidad del escaso desayuno que habíamos ingerido de camino. Después volví al camino, tropecé con una piedra, caí al suelo encima de un montón de mierda de oveja, me levanté con dificultad, busqué un riachuelo donde limpiarme, lo encontré, resbalé, caí al riachuelo y así una cadena de desgracias una tras otra. Cuatro horas mas tarde me encontraba en el mismo lugar del camino dolorido, sucio, con la ropa rota, con la oreja mordida por un gato salvaje, una erupción en los brazos y piernas por unas ortigas, descalzo y con tanta hambre que me hubiese comido crudo al gato salvaje de haberlo cogido a tiempo.

Al fondo vislumbré las figuras de dos personas que venían por el camino hacía mi. Era mi enamorada colgada del brazo de un fornido excursionista.

-¿Que te ha pasado? -preguntó ella- Pensaba que venias detrás mio.
-Tuve un pequeño problema, nada importante. ¿Quien es ese tipo?
-Mauricio -contestó el gigante verde tendiéndome la mano que por supuesto no estreché.
-¿Ya me has sustituido el primer día zorra estúpida? -pregunté cerrando mi puño a modo de amenaza.

Mauricio, el gigante verde, también cerró su puño pero en su caso la amenaza se convirtió en una dolorosa realidad.

Llegué a casa cinco horas mas tarde descalzo, oliendo a mierda, sin un trozo de oreja y con un ojo amoratado.

Para que luego digan que el campo es sano. ¡P*#%A MONTAÑA!




26 oct 2010

Curso de cocina para principiantes


Como ustedes saben (y si no a estas alturas deberían saberlo) el 99% de mi tiempo lo dedico a intentar conocer mujeres para perpetuar la estirpe gilipollas. O al menos intentarlo. Cualquier lugar es válido para conocer mujeres. Desde un bar de carretera a un congreso feminista. La experiencia me ha demostrado que es mas seguro hacerlo en un bar de carretera. También mas caro. Hace poco un amigo me dijo que lo mejor que podía hacer para ligar era apuntarme a clases de cocina. Están llenas de mujeres o algún que otro hombre que no representan contrincante alguno. Todos los hombres que saben cocinar son gays o famosos cocineros (o famosos cocineros gays) y dudo que ningún famoso cocinero se apuntase a un curso de cocina para principiantes. Solo mujeres y gays. Perfecto escenario para la caza de la hembra salvaje. Cerca de mi casa había una vieja escuela donde el ayuntamiento impartía clases de varias cosas para adultos. Una de las clases se titulaba "cocina para principiantes". Perfecto. 60 euros el trimestre. ¿Que diablos era un trimestre? Alguna herramienta de cocina seguramente. 60 euros. La compraría en una tienda de chinos, nadie iba a darse cuenta. Pero resulta que la mala dicción del chino y mi desconocimiento de las herramientas de cocina hizo que en vez de un trimestre me vendiese un tridente. Nunca entendí que tipo de salchichas gigantes había que ensartar en aquel pincho gigante. Después descubrí mi error. Un trimestre son tres meses, analfabetos.

El día del comienzo del curso me puse mis mejores galas (ya saben: pantalones de tergal, camiseta hawaiana y sandalias con calcetines blancos) y me presenté en el aula con mi tridente. Nadie dijo nada. Todos rieron. Peor para ellos. Cinco minutos mas tarde y sentado entre mis compañeros comencé a maldecir el consejo de mi amigo. Allí solo habían ancianas con el pelo teñido de rojo y tipos con barba descuidada y gafas de empollones. Menuda decepción. Pronto apareció el profesor, un argentino con el pelo largo y un ojo de cada color. ¿Y yo que se por qué tenía un ojo de cada color? Pregúntenle a él. Yo solo soy el gilipollas del tridente.

Después de presentarse (se llamaba David) apuntó algo en la pizarra. ¿Que era eso? Ah ya se: el nombre de un laxante por si algún plato nos salía mal. "Alexitimia".

-En esta primera clase -comenzó David- hablaremos por encima de la relajación muscular progresiva de Jacobson como medio de atacar la alexitimia.

Imaginé que el tal Jacobson sería un famoso cocinero del tipo Arguiñano o Ferrán Adriá- ¿Pero que o quien era alexitimia? No parecía probable que fuese un laxante así que levanté en la mano como recordaba hacer en el colegio.

-¿Tu nombre es? -preguntó el profesor de los ojos de distinto color con voz suave.

Menos mal, odio que me pregunten por mi apellido. No entiendo por qué la gente se rie cuando digo que me apellido "Gilipollas".

-Fernando.
-Dime Fernando. ¿Cual es tu pregunta?
-¿Que es la cosa esa de la lecitina?

Algunos rieron.

-Alexitimia -corrigió el maestro- Ahora lo iba a explicar. Primero debeis saber que las raíces de la alexitimia son pentadimensionales; biológicas, vivenciales, de conducta, cognitivas y asertivas.

De nuevo llamé la atención del profesor esta vez golpeando con mi tridente en el suelo.

-¿Que es lo que no entiende Fernando?
-Esta vez no he entendido absolutamente nada. ¿Este no es el curso de cocina para principiantes? Imaginé que nos enseñarían a cortar cebolla, pelar patatas, cosas por el estilo.
-¿Cócina? No por favor, está usted en es "analfabetismo sentimental". ¿No asistió al curso previo llamado "flexibilidad emocional"?

Me levanté del asiento, me di la vuelta y salí corriendo. ¿Flexibilidad emocional? ¿Analfabetismo sentimental? ¿Conducta asertiva? ¿Alexitimia pentadimensional? Solo les faltaba vestir túnicas azules y llevar un cucurucho de papel dorado en la cabeza. Menuda secta, me había salvado por los pelos. Seguramente lo siguiente era sacrificar una cabra.

Me costó cerca de media hora encontrar la clase donde impartían el curso de "cocina para principiantes" corriendo de un lado a otro con mi tridente en la mano mientras la gente huia despavorida cuando me veían llegar. Para cuando llegué ya habían repartido los alumnos por parejas de cocina. ¿El resultado? Todas las mujeres estaban emparejadas menos yo que tuve que emparejarme con el amanerado profesor que nada tenía de famoso cocinero.

Efectivamente, esa fue mi única clase de cocina que no en realidad ni llegue a acabar pues salí corriendo cuando el profesor me dijo que me enseñaría a pelar un nabo.

¿Que cómo estoy de mi gilipollez? Estable dentro de la gravedad...


24 oct 2010

10 motivos para que una mujer quiera fornicar con un hombre


¿Qué motivos hay para que una mujer decida fornicar con un hombre? Un momento... no me hagan reír. Son ellas siempre las que deciden y este no es un tema de discusión. La leche es blanca y la noche es negra. Eso es un hecho. Y los hechos, como los bombones de licor, no admiten discusión.

Aquí tienen ustedes 10 motivos cualesquiera por los que una mujer quiera fornicar con un hombre...



1-Porque el hombre conduce un Ferrari.
2-Porque la mujer necesita colgar un cuadro.

3-Porque el hombre se ha acordado de la fecha del aniversario de bodas.

4-Porque el hombre se llama George Clooney.

5-Porque es la noche de "segundo chupito gratis para rubias o teñidas" en el bar de la esquina.

6-Porque hace mucho frío y la calefacción está estropeada y sigue haciendo mucho frío.

7-Porque un ladrón iba a atracar a la mujer y el hombre la ha salvado vestido de Batman.

8-Porque ha perdido una apuesta con sus amigas en la despedida de soltera de la prima Paqui.

9-Porque a la mujer le han ofrecen un móvil a buen precio y una excelente tarifa plana y se trata de una "oferta muy especial" que no puede rechazar.

10-Porque se le ha pinchado un neumático del coche en plena tormenta.


Desengáñense, las mujeres nunca hacen el amor con nosotros por amor. Lo hacen por dinero, por orgullo , por interés o porque están absolutamente borrachas.

Gracias a Dios.


22 oct 2010

ITALIA (Crónicas de Viajes)


Mi siguiente destino después del -fustrado- viaje a Cuba fue Italia. ¿Por que Italia? Está relativamente cerca, tiene pizzas y las mujeres gastan mas curvas que el muñeco de Michelin. ¿Pero que creían? Solo viajo a lugares donde pueda conseguir algo. No se engañen, ustedes hacen lo mismo. La diferencia es que ustedes buscan bonitas fotos que enseñar a su vuelta. Otro de los motivos por los que escogí Italia fue porque es un país donde no necesito visado ni pasaporte ni carta de recomendación alguna. Simplemente coger un avión y volar. (es difícil coger un avión y navegar.... bueno no.... eso es un accidente). Así pues volví a la misma agencia donde Don Tasas e Impuestos No Incluidos me mostró varios catálogos describiendo rutas, museos, hoteles y que se yo cuantas cosas mas. ¿Tan difícil es viajar? Solo pretendía fornicar con italianas. Intentarlo, al menos. Al final me decidí por un viaje en autocar de Barcelona a Roma vía Cáceres. En principio me pareció una ruta un poco extraña pero era barata y eso es lo mas importante cuando eres obscenamente pobre. Además me permitiría hacerle una visita a una de mis mas fieles lectoras que vivía ahí. Quien sabe donde se esconde el fornicio. Nunca hay que desdeñar oportunidad alguna, señores.

El día de la salida me presenté en la estación de autobuses con mi mejor ropa de viaje consistente en una camiseta del mundial 82 con naranjito estampado, pantalones negros de tergal que había cortado a la altura de la rodilla para hacerlos de verano. Zapatos de rejilla y calcetines blancos de tenis. Amén de una riñonera imitación de cuero negro, gorra de visera con el lema "Rectificados Martinez Hermanos" grabado al frente y dos bolsas de plástico del Eroski con ropa interior limpia y dos tomos de la Enciclopedia Infantil Sopena para tener algo que leer a mano. En concreto los tomos "BA a CE" y "FR a GT". Solo los pijos de ciudad se gastan cientos de euros en Coronel Tapioca.

El autobús partía a las cinco de la tarde así que merendé dos latas de berberechos y una tónica en la estación de autobuses. A los diez minutos de comenzado el viaje ya estaba yo recostado contra un árbol y vomitando todo cuanto había desayunado. Berberechos y tónica como merienda: mala idea.

-Tenemos que continuar el viaje -gritó el conductor desde lo alto del autobús.
-Voy ahora mismo -contesté desde los bajos del autobús.

Media hora mas tarde me di cuenta de que el autobús había partido sin mi. ¿Que tipo de agencia de viajes era capaz de abandonar a un de sus viajeros a los diez minutos? Una que hace trayectos de Barcelona a Roma pasando por Cáceres y visitando el Monasterio de Piedra también. Que poca seriedad. Total, por haber vomitado en el asiento, encima de dos viajeros, del guía, del conductor y de dos niños que pasaban por la calle. No era tan grave, digo yo.

Y encima se habían llevado mis bolsas de plástico con la ropa y la lectura. ¿Y que iba a hacer ahora?

Volver a la agencia de viajes y reclamar amargamente, claro. Y eso es lo que me dispuse a hacer después de haber vomitado tres veces mas en el camino. De camino a la agencia de viajes me detuve frente a una pizzeria italiana. Que diablos... había pagado por un trozo de Italia y a fe mía que iba a conseguirlo. Pero resulta que a las seis de la tarde las pizzerias no suelen estar abiertas. Ni aporreando varias veces la puerta conseguí llamar la atención de los que dentro se encontraban. Puede que porque no había nadie dentro, claro. Mientras estaba aporreando la puerta de la pizzeria alguien me tocó en el hombro. Me di la vuelta y vi un fornido señor de metro noventa y luciendo un ridículo bigotillo y un frondoso cabello rizado.

-Che cosa succede? -preguntó el italiano moviendo las manos como los italianos de las películas italianas.
-Quiero una cuatro estaciones y que me la sirva una italiana de grandes pechos. He perdido un viaje a Italia y no estoy para bromas.
-E 'troppo presto. La pizzeria è chiusa.
-Con doble de queso y mucho orégano. ¿Tiene usted alguna hermana con las tetas grandes?
-Ma che cosa dice?
-Tetas... Mamas... Pechis... grandi... grandi pechi... mama putona. Pizza. ¿Comprendes?

Las dos semanas siguientes las pasé en una cama del Hospital Clínico con las dos piernas rotas, cinco costillas también rotas, varios dientes rotos y algunos huesos mas rotos que ni sabía que tenía. Todo roto, en resumen.

Y esta es mi crónica del viaje a Italia. Y sobretodo recuerden, nunca busquen aquí lo que no han conseguido allí. Sobretodo si detrás suyo tienen a un italiano de metro ochenta.




20 oct 2010

Tatuajes


¿Nunca han pensado hacerse ustedes un tatuaje? Cada vez que veo una de esas películas donde rudos machos montan sus Harleys mostrando tatuajes de calaveras y rosas en brazos y hombros, siento la necesidad de ir corriendo a un tatuador para que agujeree mi cuerpo y después lo llene de tinta. Pero no soy rudo, tampoco valiente. Supongo que Heidi tiene mas posibilidades de acabar tatuada y a lomos de una Harley que el que suscribe. Odio las agujas. Soy un gilipollas cobarde y nada ni nadie conseguirá que mi cuerpo tenga mas tinta que la de un bolígrafo roto en el bolsillo de la camisa. Y lo digo con el convencimiento de que ni tan solo si Judit Masco viniese a mi casa desvestida de Eva, accedería yo a hacerme un tatuaje para yacer con tan maravilloso espécimen de hembra y perpetuar la especie de gilipollas-topmodels. Es mas, ni amenazándome ustedes con que Isabel Coixet se acostaría conmigo si no accedo... accedería. Odio a Isabel Coixet pero si hay una cosa que odie mas aun son las agujas. Además, ¿que tatuaje podría hacerse un tipo como yo? 187 kilos de carne significa mucha tripa para tanta morcilla, existe espacio de sobra para cualquier tipo de propuesta. ¿Lucir un tatuaje hace mas hombre a un hombre y menos mujer a una mujer? Estoy firmemente convencido de que lucir un tatuaje describe mas valiente a la persona. Por eso nunca luciré uno. ¿Ustedes llevan tatuajes? ¿Dónde? Si son mujeres y han respondido "si" a la primera pregunta y "en un sitio escondido" a la segunda... ¿puedo verlos? Si son ustedes hombres, han respondido "si" a la primera pregunta y "en mi culo" a la segunda pregunta entonces... discúlpenme pero estoy ocupado para sus tonterías de hombres rudos heterosexuales. No molesten con sus tatuajes fruto de una mala borrachera, hagan el favor.


18 oct 2010

El esternocleidomastoideo de mi amigo Federico


¿Alguna vez les he hablado de Federico? No tengo por costumbre hablar de gente que tenga mas éxito que yo, por eso casi nunca hablo de otras personas. Federico es el típico amigo de la época de la escuela, todos tenemos uno o varios, como las caries. Quizás decir "amigo" sea demasiado generoso. Nos saludamos al cruzarnos con un movimiento de cabeza y de vez en cuando cruzamos unas frases en algún entierro. Federico es lo mas cerca que he estado nunca de considerar amigo a alguien. No me refiero a ese tipo de amistad que te ofrecen los camareros chinos al entrar en un restaurante ("¿mesa para dos, amigo?") o la amistad que te puede ofrecer un tipo lleno de tatuajes en las duchas de una prisión estatal de Wisconsin ("Agáchate ahora mismo a recoger ese jabón, amigo"). Hablo de auténtica amistad, esa que ni se compra ni se vende, aunque sea tan débil como el papel de fumar un dia de lluvia.

Encontré a Federico apoyado en la barra de un bar, bebía ginebra y fumaba un caro puro cubano. Parecía triste y la experiencia me dice que nunca debes hablar con un hombre triste que bebe en un bar completamente solo.

Aclaración importante: si se trata de una mujer con semblante triste que bebe sola en un bar entonces si, ataquen. Es mas fácil morder esa presa.

-¿Que pasa gilipollas? -me saludó Federico sin despegar la vista de su vaso de ginebra.
-¿Que pasa Federico?
-Mi mujer me ha dejado, eso pasa.

Después rompió a llorar.

Federico se había casado diez años atrás con una atractiva morena, hija de de un acaudalado empresario. Federico tenía dos angelicales hijas rubias, un coche deportivo y los dientes mas blancos que una tormenta de nieve. Y el muy estúpido lloraba amargamente porque había perdido una sola de aquellas cosas. Una sola. ¿Dónde estaba el problema? Yo no tengo nada y soy razonablemente desgraciado. Estúpido llorón. Me contó que su mujer había descubierto que él tenia una amante, una modelo rusa de diecinueve años. Federico le había dicho que solo era algo sexual, como sus veinte amantes anteriores. Federico era guapo y conducían un coche caro. ¿Que otra cosa se necesita para conseguir una amante? Incluso si no eres guapo la consigues, necesitas un coche caro, eso siempre.

-Lo tienes todo -comencé mientras atacaba mi cerveza- tienes dinero, tienes mas de una mujer en la cama, tienes un coche deportivo, eres atractivo, tienes un buen trabajo y una familia. Yo no tengo nada de todo eso y mírame. No creo que sea el tipo mas desgraciado del mundo.
-Eres un completo gilipollas, no puedes entenderlo.
-Puedo entenderlo casi todo si me lo explican bien. Casi todo. Tampoco quiero dármelas de listo. Hay cosas que nunca entendería como lo de esos tipos que meten barquitos dentro de botellas.
-Cuando lo tienes todo quieres mas, y si de repente te encuentras con menos entonces crees que lo has perdido todo, no solo esa parte.
-Eso no lo he entendido.
-Que soy un niño malcriado, diablos. Y ahora lárgate, quiero beber solo.

Obedecí y salí de aquel bar sintiéndome aun más gilipollas. ¿Por que la gente siempre se empeña en explicar las cosas con frases mas largas de lo necesario? Dos semanas mas tardes volví a encontrarme a Federico en el mismo bar. Su aspecto era aun peor que la otra vez.

-¿Cómo va Federico? -pregunté sentándome a su lado.
-Va mal Gilipollas. Ayer estampé mi coche contra un semáforo.
-¿Te hiciste daño?
-Me lastimé el esternocleidomastoideo.

Seguramente se había lastimado algo que solo tienen los ricos. Se lo tenía merecido.

-¿Que coche ha sido? -pregunté- ¿El deportivo rojo?
-No, el todoterreno azul.
-¿Cuantos coches tienes Federico?
-Hoy uno menos... menuda mierda.

Me bebí mi cerveza y salí del bar con una amplia sonrisa dibujada en mi rostro. Hacía meses que no me sentía tan feliz. Recuerden siempre mis queridos animales de compañía: la desgracia ajena nos hace mejores... aunque que les voy a contar: ese es precisamente el motivo por el que ustedes vuelven una y otra vez a este humilde blog.




15 oct 2010

La discoteca


¿Ustedes bailan? No, no es una proposición. Bueno, si ustedes son top-models y la respuesta es "si", entonces por supuesto que es una proposición., deshonesta además. Yo suelo bailar poco, primero porque mis pies se coordinan fatal entre ellos, después porque cuesta mover 187 kilos de peso sin perder la respiración a los diez segundos y tercero porque no entiendo la música de hoy en día. Seguramente ustedes aseverarán -con la firmeza de una virgen en la noche de bodas- que la música de baile que actualmente se oye en las discotecas es la mejor música de todos los tiempos. Y yo me pregunto... ¿que diablos sabrán ustedes acerca de buena música? En los 90 la música era una repetitiva sucesión de "chunda chundas" con mujeres que cantaban como si buscasen el orgasmo o bruñidos bailarines poniendo sus laringes al límite esforzándose por repetir la misma estrofa varias veces sin atragantarse ni romper los pantalones de lycra plateada. En el Siglo XXI la música de baile es una mezcla de tantos estilos que uno no sabe si esta bailando algo o simplemente se ha vuelto loco el reproductor de CD y la canción está saltando de un lado a otro sin control. Música de baile en los anuncios, en las películas, en los centros comerciales, en los chiringuitos de la playa. Actualmente soy incapaz de diferenciar estilos porque cada canción es un estilo en si mismo y al tiempo carecen de todo estilo. Reconozcamos que la música de baile no es la misma desde que acabaron los años 70. No es nostalgia, es una realidad palpable. Puede que desde los 70 la ropa, la tecnología, los peinados e incluso las personas hayamos evolucionados. La música de baile no.

Lo cual no significa que un gilipollas como yo, de vez en cuando, se cuele en una discoteca con el ánimo de bailar. Pero no por la calidad de la música sino por la calidad de las féminas que bailan esa música. Quizás también por nostalgia de esos dorados años 70. Bueno, plateados.

El viernes pasado decidí que era una buena noche para salir de cacería. Me había lavado los calcetines, la colonia estaba de oferta en la tienda de los chinos y mi burro José tenía el depósito de alfalfa lleno. ¿Cual sería el mejor escenario para utilizar mi brillante escopeta? La sabana africana, la tundra rusa o el bar de la esquina... no: una discoteca.

La discoteca era una especie de nave industrial llena de muchachas ligeras de ropa, luces de colores, muchachas ligeras de ropa, pasarelas metálicas, muchachas ligeras de ropa, pantallas de televisión, muchachas ligeras de ropa, humo, muchachas ligeras de ropa música, y también muchachas ligeras de ropa. Me dirigí hacia la barra donde servían las bebidas dispuesto a llenarme el estómago de alcohol: la única manera de vencer la timidez en un lugar como aquel. Pedí una cerveza y a la hora de pagar me pidieron una cantidad desorbitada de dinero.

-Disculpe usted caballero -dije gritando por encima del infernal ruido- solo pretendo pagar mi cerveza, no una ronda para toda la discoteca.

El tipo repitió la misma cantidad. Mi plan de emborracharme se acababa de ir al garete. aquella única cerveza había acabado con todo mi presupuesto. A bailar pues. Me bebí la cerveza de un solo trago y con el ánimo del alcohol en mi cerebro me lancé al centro de la pista lanzando a su vez a varias personas contra la pared como una descontrolada bola chocando a toda velocidad contra los bolos. A bailar. Brazo arriba, brazo abajo, gilipollas acabas de romperte la camisa. Vuelta sobre mi mismo y amago de caída sobre las rodillas (estilo James Brown), gilipollas acabas de romperte los pantalones por la parte mas vergonzosa. Consejo: si pesan ustedes 187 kilos no se pongan ropa ajustada para ir a bailar a una discoteca. Y de esta manera continué bailando una canción tras otra (o lo que fuese que surgía de aquellos altavoces infernales) hasta acabar como el increíble Hulk, con unos harapos apenas cubriéndome las vergüenzas. También he de confesar que la aglomeración de personas me hizo comenzar a sudar como si mi cuerpo fuese una de esas estatuas que hay en el centro de las fuentes. Sudando, con la ropa rota por varios lugares, bailando la música del 2010 como si aun no hubiese acabado el fin de año de 1975. Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, si alguien me hubiese visto bailar aquella noche les aseguro que habría dicho que en mi caso cualquier tiempo... hubiese sido mejor.

Y no, tampoco forniqué aquella noche.




13 oct 2010

Correspondencia con Tita Gekkeikan (5)

Querida Tita

Siempre es agradable recibir noticias tuyas aunque todas sean malas. No te pregunto por el Tito porque seguro que habrá vuelto a su letargo invernal o quizás haya vuelto a morir por quinta vez. O ambas cosas.

Tita, has de saber que eres famosa en Internet. Después de reproducir tu ultima misiva en mi blog he recibido una sorpresa. La sorpresa ha venido porque he recibido una curiosa carta de que alguien me ha añadido al twitter. Bueno, ahora debería explicarte lo que es el twitter pero es que no lo se ni yo. Se supone que es un lugar donde los aburridos dicen lo que hacen como si a alguien pudiese interesarle de que manera se aburren los demás. Desengañémonos, si no estuviesen aburridos no dirían a la gente lo que hacen. Lo cual me hace pensar que todo cuanto se escribe en twitter es falso. ¿Cómo puedes escribir cosas del tipo "cocinando en mi cocina" o "regando las plantas"? Si estas cocinando estas cocinando y si estas regando estas regando... no escribiendo a dos dedos en Internet. ¿Nadie se ha dado cuenta de eso? Paradojas aparte, lo curioso del caso es la persona que me ha añadido al twitter:


Querida tita. ¿Por que me has ocultado que has montado una destilería de Sake en los Estados Unidos? Y si lo ocultabas... ¿por que me has añadido al twitter? Y si no sabes lo que es el twitter... ¿cómo diablos has conseguido añadirme?

En otro orden de cosas (no se de que cosas pero siempre quise decir esta frase) has de saber que me apunté a un concurso de blogs de humor y quedé en segundo puesto, lo cual confirma que la humanidad camina realmente sin rumbo. La humanidad que tiene conexión a Internet, claro.


Pero aquí no acaban las cosas. Con mi ego herido decidí volver a apuntarme a otro premio que aún no ha finalizado y en el que estoy en un deshonroso 65 puesto que, en contra de lo que parece, me honra. Hubiese preferido el puesto 69 pero algo me dice que ascenderé posiciones en vez de bajarlas. Deberías estar orgullosa de mi pero como se que no entiendes nada de lo que te digo ahora seguramente estarás bostezando. Te iré informando de como va este segundo concurso pero puedes devolver tu vestido de gala que nunca te has comprado. Tampoco vamos a ganar.

Te quiere,
Tu ofendido sobrino (por ocultarme lo de la destilería de Sake, perra infame)

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Si quieren hacer feliz a mi Tita Gekkeikan, a mi lastimado ego y a todos aquellos que quieren ver como tropiezo al ir a recoger el premio y me parto la nariz... pueden votarme aquí, tienen hasta el 22 de Octubre


Han de registrarse para votarme así que atendiendo a que son ustedes unos vagos entenderé que esta vez no voy a ganar. Tampoco voy a ganar, quería decir.

10 oct 2010

Correspondencia con Tita Gekkeikan (4)


Querido sobrino

Siento mucho el tiempo que ha pasado desde tu última misiva pero no encontraba las gafas de cerca y no podía leerte con claridad. Después recordé que soy ciega desde aquel desgraciado incidente con los centollos a medio cocinar así que -medio año mas tarde- me ha leído tu anterior carta tu prima Matsuma a quien ahora estoy dictando esta respuesta. Has de saber que Matsuma ha crecido mucho desde la última vez que la viste, bueno, en realidad nunca la has visto pero pesa 120 kilos cosa de la que toda la familia estamos orgullosos porque aquí las bodas de conveniencia se valoran a peso. Ahora mismo está sonriendo mientras le dicto esta carta, o eso creo, quizás me esté haciendo burla. No puedo ver a la gorda de mierda, te he dicho que soy ciega, pedazo de idiota.

Me apena saber que a pesar de la fama que has encontrado con tu pagina en Internet no hayas encontrado aun al amor de tu vida creo que eso es porque el amor perfecto no existe, te lo dice una que se ha pasado a medio pueblo por la 石 (piedra) . No te escandalices sobrino, tu tía también es una mujer con pasado. Has de saber que el amor siempre ha estado sobrevalorado, sobretodo en tu caso que solo encuentras el amor en casas de dudosa reputación. No desistas, seguro que algún día alguna mujer como yo (ciega) te valorará y podréis ampliar la familia gilipollas. Si además de gilipollas eres estéril (que en tu caso estoy casi segura) avísanos porque aquí los niños también se compran a peso, como las esposas. Puedo enviarte dos contrareembolso. No te preocupes, aquí es legal. Avisame con tiempo para comenzar a hacer los agujeros en las cajas.

Has de saber que Tito Gekkeikan despertó de su letargo invernal en Mayo pasado pero confundió una piedra con un rollito de primavera y ha estado todo el verano comiendo sopas de algas. Cuando tu tio hiberna o no puede hablar porque le duele la boca es la persona mas maravillosa del mundo. También cuando sale de viaje a pasear al perro, tu tío es tan despistado que la última vez que salió a pasear al perro acabó en Kamikatsu, un pueblo a 100 kilómetros de aquí. Has de saber, sobrino, que a las personas siempre las puedes valorar cuando no las tienes (o las pierdes). Por desgracia Tito Gekkeikan siempre vuelve o siempre despierta.

Puede que el mundo no sea maravilloso para ti mi querido sobrino pero es menos maravilloso para los que confunden los rollitos de primavera con las piedras. No lo digo por tu tito Gekkeikan sino por unos trabajadores que han construido -por error- un hotel con rollitos de primavera y a las dos semanas se les ha venido abajo matando a dos hamsters y un papagayo.

Saluda a todas tus admiradores y hazles saber que hay que siempre hay que masticar despacio, sea lo que sea lo que tengan en la boca.

Te quiere

8 oct 2010

El gilipollas y las series de TV (3)


Como últimamente me pasan menos cosas emocionantes que una tarde entera pedaleando en bicicleta estática, he decidido retomar las críticas sobre las series de televisión comenzada hace unos meses. Todas las series aquí analizadas son a petición suya. Espero que lo disfruten aunque no haya orgasmo. Y si les gusta envienme unos euritos que la vida está muy mala y son encargos suyos...

Las criticas anteriores están en: 

El gilipollas y las series de TV (1) 
El gilipollas y las series de TV (2)

Vamos a ello...

Mentes Criminales
: Va sobre unos malos que hacen cosas malas y unos buenos que buscan con el google que zapatillas de invierno usan los malos para poder capturarlos en los últimos cinco minutos de cada capitulo. Vamos, una serie de buenos y malos. Un derroche de originalidad.

Rebelde: Esta va sobre unos chicos que hacen cosas propias de chicos pero todos son muy fashion. Las chicas llevan unas faldas a cuadros monísimas y coletas. Lo siento, no puedo continuar... me pongo nervioso solo en pensar como van. Como van ellas....

Twin Peaks: Un enano baila, una chica se muere hay música rara y todos buscan a un asesino. El padre ha matado a la hija y yo les acabo de joder el final de una serie que hace 20 años que nadie ve.

Hotal Royal Manzanares: Esta serie la protagonizó una señora que era muy famosa pero como los tiempos habían cambiado no hacia películas y entonces un señor le pagó una serie para que hiciese las mismas payasadas que veinte años antes. Es como creer que con cuarenta años puedes practicar el fornicio las mismas veces que cuando tenías veinte. Curiosamente la serie tuvo mucho éxito lo que confirma que solo los viejos y los gilipollas ven la televisión después de cenar. ¿Será porque no tienen nada mejor que hacer?

Friends: Unos holgazanes se sientan en un sofá de un bar y se lían los unos con los otros. Lo mismo que pasa en mi barrio pero cambiando el sofá por sillas de plástico. Los chicos son idiotas y las chicas están todas buenísimas. Eso no pasa en mi barrio. En mi barrio todos somos idiotas podrían haber trabajado de orcos en "El señor de los anillos" sin necesidad de maquillaje.

Bones: Son dos personas que recogen huesos y están a punto de acostarse en cada capitulo. El nunca se despeina y ella tiene cara de haber abusado de la cafeína. Conozco un vagabundo que vive bajo un puente cerca de mi casa, también recoge huesos y tiene la misma cara de colgado. Supongo que pronto harán una serie sobre el. Mientras eso sucede ha salido ya doscientas veces en "callejeros".

Doctor Mateo: Esto va de un doctor que llega a un pueblo donde todo el mundo habla bajito y nunca pasa nada. El mar es bonito y las casas del pueblo son bonitas y el bosque es bonito y todo huele a suavizante de lavanda. Si uno se pierde media hora o media docena de capítulos el resultado es el mismo: todo sigue igual.

Roma: Pues es una serie que pasa en Roma y salen romanos. No comen calamares a la romana y quizás por eso están todo el día enfadados poniendo cara de tener mal transito intestinal. Los hombres llevan faldas y las mujeres unos moños propios de Maggie Simpson. Se supone que es una serie histórica pero lo desconozco. Lo máximo que se de historia es que en la antigüedad los hombres mataban dinosaurios y en la actualidad los hombres matan otros hombres. Si en la serie saliesen zaragozanos en vez de "Roma" se llamaría "Zaragoza".

Californication:
Trata sobre un agente del FBI que abducieron a su hermana y cuando se cansó de buscar extraterrestres se dedicó a fornicar con toda mujer que pasase por delante de su deportivo. También por detrás o por cualquier otro lado. Lo que no entiendo es porque ya no sale la pelirroja y el hombre que fuma.

Próximamente mas...

2 oct 2010

Pesadilla en Gili Street


¿Alguna vez han fornicado ustedes en sueños? Yo si, constantemente. De hecho la única manera que tengo de conseguir una vida sexual continuada es soñar o imaginar que tengo una vida sexual continuada. Muchos de ustedes tienen parejas, novios/as, esposos/as, amantes o cornudos que les ayudan a descargar la tensión diaria ejercitando el arte del amor. El sexo no es solo un ejercicio físico sino también un ejercicio mental. Fornicar en sueños, satisface una parte de nuestras necesidades. Sueñas en compañía y despiertas solo. Fornicas en compañía y acabas tu solo la faena. Ya me entienden. La fantasía nos ayuda a escapar de la locura. ¿Pero son los sueños fantasía? Pero antes de entrar en una locura filosófica que les lleve a ustedes a abandonar la lectura de este post les explicaré el motivo del mismo. O sea: vamos a por la carnaza que es lo que ustedes han venido a buscar, ingratos adoradores del mal ajeno.

Hubo una época en que soñaba con la misma mujer, siempre la misma. Mis sueños comenzaban encontrándomela en la calle, o en una oficina de correos, o sentada en el mugriento sofá de mi comedor. Hablamos, nos mirábamos de reojo, sonreíamos. ¿Me estaba enamorando de aquella mujer que acudía a mis sueños noche tras noche? Era rubia, delgada y alta, con el pelo largo y unos grandes ojos azules aunque lo que mas me atraía estaba bajo aquella cabeza: un cuerpo hecho para el pecado. Mil veces intenté abalanzarme sobre ella, morderle el cuello o lamerle el escote y mil veces despertaba cuando comenzaba. Unas veces era el despertador, otras un ruido en la calle, otras veces me despertaban mis propios ronquidos o un perro ladrando en algún piso. Me había enamorado de una mujer que no existía y encima no podía consumar con ella. 

Dejé el café, comencé a tomar somníferos, hacía todo cuanto las revistas de mujeres aconsejaban hacer para "conseguir un sueño reparador y levantarnos por la mañana magnificas". Pero a mi no me funcionaba. A lo mejor solo funciona si eres mujer. Comencé a correr cada día para cansarme, hacer ejercicio. Pero con mis 187 kilos de peso apenas podía correr 20 segundos antes de caer al suelo entre convulsiones. Probé a relajarme tomando un baño caliente antes de ir a dormir... pero no quepo en la bañera. Probé todos los recursos imaginables e inimaginables para dormir dos días seguidos pero cada día que pasaba me ponía mas nervioso y me impedía dormir con tranquilidad.

¿Cómo se llamaba ella? ¿A que dedicaba su tiempo libre? Tenía que volver a verla. Cientos de veces había fornicado con cientos de personas en sueños pero nunca con ella. Por mi catre imaginario pasaban amigas, compañeras de trabajo, compañeras de trabajo de mis amigas o amigas de mis compañeras de trabajo. Nunca ella... maldita sea.

Y entonces, un día, paseando por la calle embelesado detrás de cualquier trasero femenino, la vi a ella. Colgada en una valla publicitaria. Mi amor soñado. Por fin sabia su nombre: Elena Fornikova. Después supe que era una famosa top model interncional.
Esa noche volví a casa, me metí en la cama y soñé. Soñé con que me encontraba a mi adorada Elena en la calle, hablábamos y después caminábamos de la mano hasta mi piso, soñé que mis manos deslizaban su vestido y descubría su hermoso cuerpo. Esa noche forniqué con Elena. Forniqué como nunca ningún hombre (gilipollas o no) ha fornicado una mujer. Esa noche todas mis pesadillas se convirtieron en el mas maravilloso sueño.

A la mañana siguiente, al despertar, lo primero que hice fue fumarme un cigarrillo. Como no fumo habitualmente solo conseguí un desagradable ataque de tos. Así que me duché y salí a la calle a celebrar mi éxito, en uno de los bares del barrio claro. Si no cuentas a alguien que te has acostado con una top model ¿de que sirve acostarse con una?

-Una cerveza.

El camarero puso la botella frente a mi.

-Haces buena cara gilipollas...
-Es que me he follado a Elena Fornikova 
-En tus sueños, gilipollas.
-Exactamente amigo...

Los sueños suelen ser mejores que la realidad. Sobretodo que mi realidad.



1 oct 2010

Reflexión sobre los premios 20BLOGS



Por primera vez en mi vida me he presentado a un premio. Una suerte de premio donde muchos señores y algunas señoras se votan entre ellos. Bloggers votando a otros bloggers (soy incapaz de imaginar una actividad mas apasionante.). Mi desmedido ego y una docena de cervezas me empujaron a acometer tal inensatez. La resaca sucedió a la borracheza y la razón acabó imponiendose a la resaca. Pero ya había pecado: me había presentado a los Premios 20 BLOGS ¿Que ha sucedido finalmente? He quedado segundo en la categoría de humor. Felicidades a los ganadores, suele decirse en estos casos. Pero yo digo: ¡que se quemen en el infierno! Quien ha escrito eso es mi ego, claro está. Los egos odian al resto de egos mas grandes que ellos mismos. ¿Qué opino yo? El completo gilipollas opina que se alegra de no haber ganado porque cuando te leen cinco personas  se es mucho mas libre que cuando te leen cinco mil. La mayoría de las veces los que mejor comunican son los que tienen menos deudas pendientes con sus lectores. La libertad en la red está ahí, existe y es una libertad sin fronteras. Pero nosotros nos empeñamos en ahogarla poniéndonos metas donde no deberíamos. Queremos que mañana nos den un premio mas, nos lean diez lectores mas, nos sigan veinte personas mas, nos referencien en treinta blogs más. Y es entonces cuando el placer se convierte en obligación. Una culpa que es única y exclusivamente de quienes escribimos. Porque los escritores -como los gilipollas- creemos que si nos lee mucha gente es que debemos ser buenos y cuanto mejor seamos mas gente nos leerá. La pescadilla del ego que se muerde la cola. Ñam, ñam. Por eso me alegro de no haber ganado. Me alegro de no verme obligado a descubrir mi rostro porque desde el completo anonimato un completo gilipollas escribe mas a gusto o al menos con mayor libertad. Puede que incluso me alegrara que cada vez me leyera menos gente o comentase menos gente. Que el numero de seguidores, lectores o admiradores disminuyese hasta solamente uno. Entonces sería realmente libre.

A no ser que esa única seguidora fuese Isabel Coixet, claro está.

Y aquí queda cerrado para siempre el tema de los Premios 20 BLOGS. Se preguntarán ustedes si dentro de un año volveré a presentarme. Mi ego dice que si. El completo gilipollas dice que no. Será una lucha divertida.

De acuerdo... es todo mentira: tenía que escribir alguna gilipollez que pareciese seria para no hacer ver que me muero de rabia por no haber ganado. Me han pillado, pardiez.