"El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla... está hecho" (Groucho Marx)

9 jun 2014

Hoy voy a hablar del Yoga




Hoy voy a hablar del yoga. Si son ustedes lectores de este blog recordarán que en el pasado sufrí alguna desagradable experiencia con una mujer que practicaba el yoga. En realidad todas mis experiencias con mujeres han sido desagradables pero no todas practicaban el yoga. Aclaración hecha, han de saber ustedes que en el yoga, como en el sexo alternativo, todo depende de la flexibilidad de uno. Vaya por delante que mi filosofía es que cualquier tipo de ejercicio o práctica que suponga gastar más de diez calorías, es un gasto innecesario. ¿Alguien ha visto a un perro montar en bicicleta? ¿O a una gacela nadando con un ridículo gorro de látex en la cabeza? ¿O a un elefante haciendo yoga? El ser humano es el único animal del planeta tierra que resuelve sudokus, plancha la ropa y practica el yoga. Muchos de ustedes argumentarán que eso es precisamente para diferenciarnos de los animales, esa conocida capacidad cerebral para evolucionar y mejorar personalmente en esta evolución. Pues vale, pero si ustedes piensa así sepan que están evolucionando a pokemon Punset porque no veo que en los documentales de La 2 los leones que dormitan en la sabana rodeados de moscas estén estresados ni tampoco veo que las ranas no hayan evolucionado (atendiendo a que en el pasado eran líquenes pegados a rocas). 

Y a pesar de que sabemos que el Yoga no es más que otra invención para diferenciarnos del resto, seguimos practicándolo. ¿Por qué? Quizás porque aunque es una de las prácticas más antiguas del mundo, sigue siendo “cool”. Mucho mas “cool” que el aquagim o que el pilates. Pero no por la práctica sino por quienes lo practican. Siempre me han parecido “cool” las personas que practican yoga. ¿Imaginan ustedes a James Bond, a George Clooney o a Sting haciendo aquagim? Yo tampoco, pero yoga sí. El yoga sigue molando pesar de ser un atisbo del pasado.  Lo único que me molesta del yoga es ese espíritu “random” que atenta contra la flexibilidad razonable. Cada día las posturas son diferentes, imposibles de recordar y que me hacen sentir como un probador de gomas elásticas en una fábrica china. 

Porque, en efecto, yo practico yoga, o al menos lo intento en el comedor de mi casa y siguiendo atentamente videos por youtube donde esbeltas señoritas ponen a prueba la resistencia de las costuras de sus ceñidas ropas. De momento ya he conseguido perfeccionar la asanas básicas que son “La Montaña”, “La postura del guerrero” y la de “El perro cara arriba”. Por cierto… ¿quién escoge los nombres a las posturas del yoga? Hubiese sido mucho más divertido llamarlas “Bebedor de cerveza”, “Vete al carajo” o “La siesta del guerrero”. El humor tampoco es la mayor característica del yoga porque la risa –por desgracia- rompe el necesario silencio. 

El yoga es como el teletexto, un resquicio del pasado que ha sido superado por cualquier presente y, a pesar de ello, ahí sigue porque sus escasos seguidores son auténticos talibanes. Yo soy uno de ellos. ¿El motivo? Aun albergo la esperanza de que la flexibilidad perdida vuelva a mis escasamente tonificados músculos y, el día que consiga hacer finalmente el amor, no caiga entre terribles calambres y rampas como la última vez que lo hice en 1982. Cada uno se entrena como puede, queridos. Eso sí, intentaré tener sexo con una mujer que practique yoga pues he llegado a la conclusión que hay que estar muy desesperado para sudar, contraerte, moverte sensualmente y hacer todo eso sin conseguir un orgasmo. 


8 comentarios:

  1. Me parto, pero literalmente, y sin llevar a cabo ninguna de las Asanas. De acuerdo en los puñeteros nombres. En ocasiones no sé si tengo que hacer el perro mira hacia arriba o el perro mira hacia abajo. Es más, a veces no sé ni lo que hago, ahora estoy ganando una elasticidad que cuando retome lo que dejé en el 90, van a inventar una nueva Asana en mi honor. Me divierte mucho leerte.

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    1. Querida Susana. Yo cuando no si hacer el perro que mira hacia arriba o el perro que mira hacia abajo hago el perro que sale corriendo con el rabo entre las piernas. Aunque esa es una postura que solo podemos hacer los hombres y Carmen De Mairena.

      Me alegra que la divierta. Dicen que ese es el primer paso para el amor vertical. A mi también me gustan mucho sus textos aunque no lo reconoceré nunca en un "Sálvame De Luxe".

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  2. Jajajaja. A pesar de todo, hay que reconocer que el yoga es de las pocas disciplinas que ha sido algo más que una moda pasajera y parece que llegó para quedarse. Un besote.

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    1. Querida Mi Álter Ego. Tampoco es malo que hayan modas pasajeras que lleguen para quedarse, el topless playero es el mejor ejemplo.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  3. Absolutamente de acuerdo, y muerta de risa una vez más.

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    1. No se muera de risa querida pilar... que entre las que mato de risa y las que mato de aburrimiento, comienzo a tener complejo de serial killer virtual. Gracias de todas formas.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  4. JAJAJAJA

    Bikram, mi gilipollas, Bikram. Para además de contorsionar, se desmaye usted del calor ;)

    lo adoro!

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    1. Querida mia... ¿Qué diablos es el Bikram ese? Póngame dos bien frios con unas aceitunas.


      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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