Aviso: el siguiente texto puede resultar ofensivo para aquellas mujeres que creen que la película "Princesa por sorpresa" está basada en hechos reales. No es que sea machista y crea que solo hayan visto la película mujeres. Se de buena tinta de dos hombres que la vieron y ahora viven juntos en una preciosa casita de caramelo.
La siguiente historia ilustra de manera adecuada el grado de gilipollez que adorna mi exiguo cerebro (con algo de serrín a modo de relleno), es totalmente real y a aquel que crea que he exagerado iré y le partiré las dos piernas y luego le romperé el yeso y le robaré las muletas.
Comienza el día en que quedé para cenar -nuevamente- con "morena amiga de mi amigo". Quienes desconozcan quien es pueden consultar posts anteriores tampoco es necesario para entender lo sucedido, mis desgracias no suelen estar encadenadas, vienen solas porque si como si estuviesen esperando en fila su turno para martirizar mi cotidianidad.
A lo que vamos: era de noche y había quedado para cenar con la amiga de mi amigo pero -como no podía ser de otra manera- cenamos paella. ¿Podía haber dicho "no quiero cenar paella"? Solo son cuatro palabras y no resulta demasiado complicado ponerlas en orden, incluso para un completo gilipollas como yo. Aquella noche había hecho la promesa de decir "si" a todo a ver si "la amiga de mi amigo" se contagiaba de esta sutil táctica. Por supuesto, soy de los que no aprenden, sobretodo cuando delante tengo dos pechos bamboleantes pidiendo ser mordidos. Pierdo la razón y me convierto en una baboso animal que solo sabe repetir "si". Ella preguntó si quería cenar paella y lo siguiente que recuerdo es estar sentado en la taza del lavabo de caballeros apretando con fuerza para sacar lo mejor de mi.
Maldita paella.
Llegados a este punto me saltaré los detalles e iré a la mayor de las tragedias que llega en forma de pregunta: ¿Qué hay peor que llegar corriendo con un apretón al lavabo y descubrir que no hay papel higiénico? Correcto: solucionar el apretón y descubrir DESPUÉS que no hay papel higiénico. Y de esta guisa, con los pantalones por las rodillas comencé a mirar alrededor para encontrar algo con lo que limpiar aquel desaguisado que había manchado mis honorables posaderas. A mi alrededor solo había paredes llenas de grafitis del estilo "Si cagas silbando, la mierda saldrá bailando" o "En este humilde rincón, hasta el más hombre se baja el pantalón" y claro está, mi propia ropa a la altura de tobillos y pecho. ¿Qué otra cosa podía hacer aparte de utilizar mi propia ropa para limpiarme? Pero solo la ropa interior. Aunque soy un completo gilipollas reconozco que no habría sido una buena idea volver a la mesa con la camisa o los pantalones manchados de cierta sustancia marrón sospechosamente parecida a lo que en realidad era. Así pues, en una acrobacia digna del Circ Du Soleil, procedí a quitarme los pantalones para después quitarme los calzoncillos de los meses impares con tan mala suerte que resbalé en un sospechoso líquido amarillento que había en el suelo y acabé sentado en los mismos pantalones que pasaron de ser azules a marrón-azulados. Nuevo inconveniente. ¿Y si acababa de limpiarme con los pantalones y volvía a la mesa sin ellos? La amiga de mi amigo no era tan tonta y habría notado la diferencia. El gilipollas ahora lleva pantalones, el gilipollas ahora no lleva pantalones. ¿Dónde están los pantalones del gilipollas? Esa no es manera de tratar a una mujer, lo reconozco, así que sumergí los pantalones en el agua del lavabo para limpiarlos sin recordar que antes debería haber tirado de la cadena. De repente en los pantalones ya no quedaba rastro de azul: todo era marrón. Y mi futuro de color negro. Ya no cabía preguntarme "¿que podía hacer?", ahora solo cabía decir "la he cagado". Aquí es donde esta expresión adquiere el sentido mas amplio de la palabra. Así pues acabé de limpiarme con los pantalones y decidí salir por un pequeño ventanuco que había junto a la cisterna. Cuando estaba a punto de conseguirlo -llevaba medio cuerpo fuera del edificio con la imposibilidad de volver atrás- comprobé que mi memoria y los nervios se habían aliado para jugarme una mala pasada. No recordaba que el restaurante estaba en la terraza de un edificio de doce plantas. No me quedó mas remedio que acabar de salir, encaramarme a la cornisa y... me había dejado la cartera en los pantalones. ¿Podían salir mas cosas mal? Esperen y verán... pero antes debía volver a por la cartera porque estaba decidido a invitar a cenar a aquella mujer como primer paso de una noche de sexo (no se entender el sexo sin pagar). Así que había que volver a por la cartera. Imposible volver a entrar así que no me quedó mas remedio que alargar la mano por la ventana y asir los olorosos pantalones.
Sepan ustedes que la escena que viene a continuación merecería pasar a los anales del conocimiento gilipollesco: al conseguir recuperar los pantalones perdí el equilibro y comencé a dar trompicones por la cornisa intentando no caer hasta finalizar mi escatológica danza frente a los ventanales del restaurante donde doscientos cuatro comensales (incluida la amiga de mi amigo) pudo ver a un completo gilipollas en calzoncillos con unos pantalones cagados en la mano haciendo esfuerzos por no caer y con una paloma en el hombro derecho observándoles a todos con ese rápido y característico movimiento de cabeza.
Debo aclarar que la amiga de mi amigo sigue siendo amiga de mi amigo.
Solo de él.
***POST DECIDIDAMENTE ESCATOLÓGICO***
La siguiente historia ilustra de manera adecuada el grado de gilipollez que adorna mi exiguo cerebro (con algo de serrín a modo de relleno), es totalmente real y a aquel que crea que he exagerado iré y le partiré las dos piernas y luego le romperé el yeso y le robaré las muletas.
Comienza el día en que quedé para cenar -nuevamente- con "morena amiga de mi amigo". Quienes desconozcan quien es pueden consultar posts anteriores tampoco es necesario para entender lo sucedido, mis desgracias no suelen estar encadenadas, vienen solas porque si como si estuviesen esperando en fila su turno para martirizar mi cotidianidad.
Si ustedes son fieles lectores (cosa que mi ego agradece de manera efusiva) entonces recordarán los efectos secundarios de la paella en mi organismo. El resto de desagradecidos desorejados pueden recordar leyendo el post "Ese es mi chico").
A lo que vamos: era de noche y había quedado para cenar con la amiga de mi amigo pero -como no podía ser de otra manera- cenamos paella. ¿Podía haber dicho "no quiero cenar paella"? Solo son cuatro palabras y no resulta demasiado complicado ponerlas en orden, incluso para un completo gilipollas como yo. Aquella noche había hecho la promesa de decir "si" a todo a ver si "la amiga de mi amigo" se contagiaba de esta sutil táctica. Por supuesto, soy de los que no aprenden, sobretodo cuando delante tengo dos pechos bamboleantes pidiendo ser mordidos. Pierdo la razón y me convierto en una baboso animal que solo sabe repetir "si". Ella preguntó si quería cenar paella y lo siguiente que recuerdo es estar sentado en la taza del lavabo de caballeros apretando con fuerza para sacar lo mejor de mi.
Maldita paella.
Llegados a este punto me saltaré los detalles e iré a la mayor de las tragedias que llega en forma de pregunta: ¿Qué hay peor que llegar corriendo con un apretón al lavabo y descubrir que no hay papel higiénico? Correcto: solucionar el apretón y descubrir DESPUÉS que no hay papel higiénico. Y de esta guisa, con los pantalones por las rodillas comencé a mirar alrededor para encontrar algo con lo que limpiar aquel desaguisado que había manchado mis honorables posaderas. A mi alrededor solo había paredes llenas de grafitis del estilo "Si cagas silbando, la mierda saldrá bailando" o "En este humilde rincón, hasta el más hombre se baja el pantalón" y claro está, mi propia ropa a la altura de tobillos y pecho. ¿Qué otra cosa podía hacer aparte de utilizar mi propia ropa para limpiarme? Pero solo la ropa interior. Aunque soy un completo gilipollas reconozco que no habría sido una buena idea volver a la mesa con la camisa o los pantalones manchados de cierta sustancia marrón sospechosamente parecida a lo que en realidad era. Así pues, en una acrobacia digna del Circ Du Soleil, procedí a quitarme los pantalones para después quitarme los calzoncillos de los meses impares con tan mala suerte que resbalé en un sospechoso líquido amarillento que había en el suelo y acabé sentado en los mismos pantalones que pasaron de ser azules a marrón-azulados. Nuevo inconveniente. ¿Y si acababa de limpiarme con los pantalones y volvía a la mesa sin ellos? La amiga de mi amigo no era tan tonta y habría notado la diferencia. El gilipollas ahora lleva pantalones, el gilipollas ahora no lleva pantalones. ¿Dónde están los pantalones del gilipollas? Esa no es manera de tratar a una mujer, lo reconozco, así que sumergí los pantalones en el agua del lavabo para limpiarlos sin recordar que antes debería haber tirado de la cadena. De repente en los pantalones ya no quedaba rastro de azul: todo era marrón. Y mi futuro de color negro. Ya no cabía preguntarme "¿que podía hacer?", ahora solo cabía decir "la he cagado". Aquí es donde esta expresión adquiere el sentido mas amplio de la palabra. Así pues acabé de limpiarme con los pantalones y decidí salir por un pequeño ventanuco que había junto a la cisterna. Cuando estaba a punto de conseguirlo -llevaba medio cuerpo fuera del edificio con la imposibilidad de volver atrás- comprobé que mi memoria y los nervios se habían aliado para jugarme una mala pasada. No recordaba que el restaurante estaba en la terraza de un edificio de doce plantas. No me quedó mas remedio que acabar de salir, encaramarme a la cornisa y... me había dejado la cartera en los pantalones. ¿Podían salir mas cosas mal? Esperen y verán... pero antes debía volver a por la cartera porque estaba decidido a invitar a cenar a aquella mujer como primer paso de una noche de sexo (no se entender el sexo sin pagar). Así que había que volver a por la cartera. Imposible volver a entrar así que no me quedó mas remedio que alargar la mano por la ventana y asir los olorosos pantalones.
Sepan ustedes que la escena que viene a continuación merecería pasar a los anales del conocimiento gilipollesco: al conseguir recuperar los pantalones perdí el equilibro y comencé a dar trompicones por la cornisa intentando no caer hasta finalizar mi escatológica danza frente a los ventanales del restaurante donde doscientos cuatro comensales (incluida la amiga de mi amigo) pudo ver a un completo gilipollas en calzoncillos con unos pantalones cagados en la mano haciendo esfuerzos por no caer y con una paloma en el hombro derecho observándoles a todos con ese rápido y característico movimiento de cabeza.
Debo aclarar que la amiga de mi amigo sigue siendo amiga de mi amigo.
Solo de él.
Ainss que desgraciadito que eres madre mia!!la ley de Murphy se cumple contigo a raja tabla...Yo mas que gilipollas te veo como un poco pato mareado ... ya sabes que la proxima vez que vayas aun baño publico te lleves un paquete de pañuelitos de papel,por lo que pueda pasar!!
ResponderEliminarUn besote Señor Gilipollas
Animo coleguita!!!!
ResponderEliminarY no estaria de mas llevar pañuelos!!!
Besos Señor Completamente Gilipollas!!!
Podía haber sido peor y haber terminado con los canzoncillos del mismo color que los pantalones.
ResponderEliminarUn beso muy limpio.
Podía haber sido peor... te podías haber caído de la cornisa, ¿no?
ResponderEliminarPor eso las mujeres siempre llevamos un paquete de cleenex. Algún dia le contaré mi número en un baño de un telepizza cualquiera. Otro día histórico.
ResponderEliminarJa,ja,ja...tienes suerte a mi princesa por sorpresa no me parce que esté basada en hechos reles xD
ResponderEliminarSaludos.
Arwen
Jajaja me he reído de lo lindo con la historia esta.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Y encima que la haces reír jugándote la vida no te lo agradece con sexo salvaje?. Esa no te merece, no tiene humor. Bah.
ResponderEliminarEstimado Completo: Veo que vamos mejorando, ha conseguido cagarse encima, yendo totalmente sobrio.
ResponderEliminarJajajajajajajajajajajajajajajajajaja y JA, vale ya me he reido suficiente, ahora reconozco que me da penita imaginar lo mal que los has pasado colgado de la cornisa ¿cómo lograste bajar de alli? ¿qué fue de la malvada paloma que aprovechó la circunstancia para fisgonear dentro del restaurante?.
ResponderEliminarYa te lo han dicho, un paquete de cleenex en el bolsillo puede salvarte de situaciones apuradas.
Besinos con olor a toallitas húmedas.
Que lastima que Ud no llevaba corbata, era la solución perfecta.
ResponderEliminarO sino, para la próxima, utilice los calcetines, verá qué lindo será llegar al lecho de amor sin ellos.
besos
Jajajaj... me he reído mucho aunque verse en esa situación debes ser horroroso...
ResponderEliminarUsted no lo olvidará y la amiga de su amigo tampoco :-)
Saludos cordiales.
Sr. CG
ResponderEliminarNo puedo decir nada. Usted avisó y la culpa es mía por leerlo a la hora de almuerzo.
En todo caso, la comida (de haber comido) se me hubiera atragantado de la risa. Y ya me fastidia reírme de sus desgracias (pero es que eres muy bueno!!).
Cada día siento más ternura por usted. Menos mal que está lejos
Un beso
Que no, que habría que ser completamente gilipollas para creerse eso... ahora si fuera cierto, es verdad que pasaría a los "anales" de la historia. Gracias por la sonrisa... un lunes no viene nada mal.
ResponderEliminarNo sé si esta historia es ficción o no, pero yo tengo una parecida, real, auténtica y bastante escatológica también.
ResponderEliminarResulta que llevaba dos meses saliendo con mi novio (ahora marido y padre de mis hijos) por un precioso paseo marítimo, luna llena, y el coto de Doñana al fondo como una ilusión fantasmagórica y hermosa.
Él me tomaba de la mano y me miraba a los ojos, mi vestido floreado se ondulaba con la brisa y yo, sujetaba el tejido pudorosa sobre mis rodillas... En ese momento, en ese momento y no otro, sentí unos extraños retortijones. Unos retortijones provocados quizás, nunca lo sabré, por un tocinito de cielo de la Ibense Bornay. Era tan urgente, tan ruidoso que solté la mano de mi amor, dejé de mirarlo a los ojos y salí corriendo a los baños públicos para descubrir ¡Coño! Están cerrados. Me escondí como pude detrás de la tapia del paseo marítimo, mientras mi amor preguntaba ¿Qué pasa? ¿Pero qué pasa? Y allí, con aquella puta luna llena de testigo como una bombilla Led, tuve que hacer lo que tuve de hacer, de forma ruidosa y apestosa por ende; yo, que instantes previos era una diosa... Pero mis males no acabaron allí. No llevaba clinex, de hecho no llevaba bolso porque no me gustan y tuve que limpiarme con mis bragitas de color rosa y ligero encaje en las costuras.
A veces me pregunto como después de aquello todavía tuvo ganas de seguir conmigo y hasta de proponerme matrimonio. Misterios masculinos.
jajajajajajajajja
ResponderEliminarTengo una teoría, intenta darnos pena para que alguna de nosotras le eche un polvo?????
Es que lo suyo es muuuuyyyy fuerte.
Podía haber sido peor. Le pudo cagar la paloma encima. En lo poco que le quedaba limpio.
ResponderEliminarEstoooo... de sexo con la amiga de su amigo ni hablamos, no?
Besos mil.
Signore Gilipollas, tiene una Suerte de los Mil Demonios, debio haber nacido en año biciesto. Pero, no me interesa porque disfruto sus entradas tanto como mis clases de pilates. Un abrazo afectuoso.
ResponderEliminarO no.
ResponderEliminarAIVALAOSTIA! hasta aquí llega el olor! Nada de paella, sigo con la pizza.
ResponderEliminarBesos!
Estimado señor Gili, todo este drama cenando paella, no quisiera imaginar la escena tras una fabada o un cocido madrileño. Creo que debe incorporar una nueva rutina a sus hábitos de caza sexual, además del paquete de pañuelos, desehables por favor, que tan acertadamen le recomiendan y sobre cuyos usos podemos extendernos otro día, hagame caso, amigo salga siempre de casa con todo hecho.
ResponderEliminarEn el mercado hay algunos productos que pueden ayudarle.
Un cordial saludo,
Jajajjaaj muy bueno el relato jajaja me encantaria ver la cara de la amiga de su amigo en ese momento....
ResponderEliminarJajaja. Que crack!
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, podria haber sido peor...podria haber estado lloviendo.
ResponderEliminarEnfócalo por ese lado positivo y optimista.
Un abrazo
Estimado Gilipollas,
ResponderEliminarSin duda esta es la peor cita que me han contado... Menuda mierda de cita!
Saludos Gilipollas.
jajaja pobrecito!!! es usted un poco pato mi queridisimo gilipollas!!
ResponderEliminarno sabe usted lo que ser perdió el viernes!!
otra vez será!!
besitos
Que lamentable! Ud. con su brillantez lo ha contado así para hacernos reir un poco en medio de nuestros grises días, pero me imagino la dura realidad.
ResponderEliminarLlegó Ud. a demandar a los del restaurant por no tener papel higiénico en sus baños? para mí esta vez no fue por su culpa de su honorable condición de Completo Gilipollas, sino por la negligencia del restaurant. Para están los baños de restaurantes que están en los 12avos pisos no?
Jajajaja losiento... he intentado no reirme, o mejor dicho no transmitirselo pero ha sido inevitable... pero no se preocupe, este es el tipico caso en que le encantaria que la tierra le tragara pero después al recordarlo se rie a carcajadas...o no..?? jeje
ResponderEliminarjajajajaja veo que ha recuperado fuerzas y energias mi Querido Sr.Gili, me alegro...son directamente proporcionales a las gilipolleces...y a las risas que nos regala! Gracias como siempree
ResponderEliminarPor cierto...soy la única por lo que leo a la que le va a romper las piernas!!! XD :S ...lo de las muletas me da igual...rapidamente consigo otras!
Un besazo...desde lejos...no sea que aun lleve esos pantalones...
Cenar paella?..Habrá cosa mas cutreguiri que cenar paella?jajajajajja
ResponderEliminarPor un momento, al leer lo de escatología, temí que usted estuviera inmerso en un proceso de "crucifixión mental" .Luego me asaltó la duda de si usted esté entrando en un estado escatológico postmortuorio ante el cual la sola idea me ha estremecido. Pero no, esto va de un gilipollas y su mierda jajajaja. Consuela ver que la mierda es para todos por igual.
(Como siempre le reitero: se queda en lo mejor de la historia..jejeje ya sabe que me puede el morbo)
besitos
Créame, de haberle visto de esa guisa, delante de la cristalera del resturante, me hubiera abalanzado sobre usted. Siempre he tenido pasión por los completos gilipollas...,sobre todo, cuando se les queda cara de lo que son.
ResponderEliminarJAJAJAJA es un usted un crack, caballero
Bueh! Pues tampoco es para tanto...La amiga de su amigo ya podía haberle visto a la escena el punto cómico que claramente tiene, porque ¿qué es lo que dicen buscas todas las mujeres en un hombre? "Que me haga reír" ...Pues ale...¿qué más quería la morena para reírse?? Ainsss, de verdá, que tipa más tiquis!!
ResponderEliminar1 besico, querido CG! ^^
Usted nunca se ha planteado la posibilidad de no salir de su casa???
ResponderEliminarCuídese por favor que no me gustaría que terminase espachurrado sobre un triste y gris asfalto.
Besos
Anda, Emily, genial idea, resulta que la mierda es el elemento, el nexo de unión, la esencia de la democracia, la mierda de todos es igual¡¡¡ jajajajjaaj. Pues ya verías como hasta en eso, hay diferencias. Estoy segura de que la mierda de algunos es mejor que la de otros... ¿cuál sería la sutil diferencia? ¿textura? ¿hedor? ¿color? ¿cantidad? jajajajajja qué asco¡¡¡¡
ResponderEliminarDon Fernando, daría la uña de mi meñique izquierdo por su foto a través del ventanal. ¡Soberbia!
Veo que es usted un verdadero imán para las desgracias y desastres. ¿No ha pensado en ir a que le limpien el aura, le exorcisen o le transmitan por reiki energias positivas? Mientras tanto ánimo que podría haber sido peor.
ResponderEliminarSaludos.
¿Alguna vez en la vida le ha salido bien una cita?
ResponderEliminarestimado sr gilipollas;
ResponderEliminaruna porkería de cita, diria yo...
bueno..consuelese...la próxima puede que sea peor....
besos grandes
Para todo lo demás...lejía conejo.
ResponderEliminarEs la mejor.
Siempre fiel a usted.
por cierto...buen fotograma...trainspotting....buff......jajajaja
ResponderEliminarsiempre a su servicio
Que le puedo decir que ya no le hayan dicho en los comentarios anteriores? Quizás que olvide la cita que teníamos para mañana? Después de leer esto, no quiero tener que mandar al camarero a buscarlo al baño, por su tardanza y que lo encuentren en semejante desaguizado.
ResponderEliminarPor favor olvide mi número de móvil.
Atentamente,
Yo
nunca tienes suerte en las citas!!
ResponderEliminarUn saludo completo gilipollas :)
Pues, querido Gilipollas, yo creo que la chica no te convenía, porque no tenía ni izquita de humor... Seguramente si hubiese sido yo, también seguiría siendo sólo amiga de tu amigo, pero joeeer, lo que me hubiera reido..
ResponderEliminarYa lo sabes pa la próxima, indispensable paquetito kleenex. Y si no sabes donde llevarlo, en la webera. Verás como fardas!!! Un abrazo Gilipollas, que te lo has ganao.
Mi querido Gilipollas, soy Tontaina.
ResponderEliminarLo que me he reído con esta entrada, yo, que mi vida está sumida en la más profunda tristeza desde que rompimos nuestro compromiso, que incluso mis vecinas al verme pasar corean palmeadas por el quiosquero aquello de:
¿Que tiene la Zarzamora que a todas horas llora que llora por los rincones, ...
En cuanto a eso de dicen sus comentaristas de que "la mierda es el elemento, el nexo de unión, la esencia de la democracia, la mierda de todos es igual¡¡¡" discrepo, la mierda de los demás siempre huele mal , la propia nunca.
Su nuevamente arrobada Tontaina
Pero no me ha quedado claro... ¿al final tuvieron sexo, o no?
ResponderEliminarxD
ayyyyyyy,pobre,ya sabes la proxima vez,pañuelitos en el bolsillo y nada de paella,ensaya frente al espejo como decir no de varias maneras¡funciona!
ResponderEliminarbesos
Joder.... y pensar que esto le podría pasar a cualquiera.... a cualquier gilipollas, se entiende, es decir, a mí misma, al otro, al de la moto...
ResponderEliminarSi te gusta leer historias un tanto..."sucias", pásate por este post que publiqué hace unos días en mi blog. No es autobombo, es simplemente que parecen historias siamesas.... suerte que la gili, por esta vez, no era la menda...
Saludetes!!!
(el link que te comento:)
http://simelocuentannomelocreo.blogspot.com/2010/04/que-no-me-pase-mi-por-favor-que-no-me.html
Bueno, no está nada mal para una segunda cita!
ResponderEliminarUn consejo: el truco de decir a todo que si a ver si se le contagia no funciona con mujeres inteligentes, llevale un poco la contraria y igual tienes más suerte. Y sobretodo deja la paella.
Querido Gili,
ResponderEliminarqué ilusión pasarse por su blog al final del día y reír tanto!
Me invitará a mí también a cenar algún día? No tengo problema con el tema caca...
Cuídese, señor Gili.
Sempre seva,
Jo.
Lo que dijo Lissi es cierto. Le recomiendo una de esas toallitas para bebes que vienen en empaques de bolsillo. Mi hermana no sale sin esas cositas. Creo que limpian mejor que un kleenex y además dejan muy buen aroma y la colita suavecita. Hahá
ResponderEliminarMujer precavida vale por dos, pero hombre precavido vale por cuatro xD.
Anyways, yo no dejaría de reirme y tampoco dejarías de caerme bien solo por esa tontería. Como si todos estuvieramos excentos de los problemas "naturales"
Le quiere,
Su Louisianee
Vengo aquí después de oír su voz, y me quedo impresionada con su gilipollez... si no le importa, volveré...
ResponderEliminarBesicos
¿De caramelo?
ResponderEliminar¿No será de chocolate?
O no menterao...
Jajaja!!! hubiera pagado por ver ese momento. Si hubiera sido yo la amiga de tu amigo no te hubiera dejado escapar. Tíos como tú no es que abunden jajaja.
ResponderEliminarBesos
Mil gracias a todos/as por estos inmerecidos comentarios, tomo nota de -a partir de ahora- salir de casa siempre con 200 paquetes de kleenex cual asaltador de semaforos. De todas formas compruebo con gozo -e incluso puede que disfrute- que los temas escatológicos les encanta a todos ustedes.
ResponderEliminarSolo tengo una cosa que decir respecto a eso:
Marranotes... marranotas...
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Quizás al verlo en semejante situación ella gritó. Noooo, dios, noooo, síiii mientras daba golpes a la mesa.
ResponderEliminarQuizás consiguió un orgasmo aunque Sally decidiera seguir con su amigo de ustedes Harry.
Estas cosas pasan, no se desanime.
En lo personal me he reido por cantidades, hay cosas muy interesante sy otras que por mi facultad de chiquilla quisquillosa me chocan.. pero en general, puedo decir qu me ha gustado bastante.
ResponderEliminarSeguirè leyendote.
Besos!
JAJAJAJA qué historia tan surrealista.
ResponderEliminarMenos mal que no te dio por usar la camisa... y todo esto para pasar una buena noche, ya vale. jajaja
Un beso!
Paso porque me rompan las piernas, pero lo del yeso me parece mafioso.
ResponderEliminarDiría que viví su situación, es más, me atrevería a jurarlo. Incluso recuerdo los graffitis. Así que el hombre encaramado a la cornisa era Vd?. Todo un acróbata, permita que le diga, Gilipollas querido. Le recuerdo que 202 comensales y yo le aplaudimos efusivamente y alguien estuvo por ficharle para el Circo Nacional Chino. Pero Vd. no es oblícuo, claro...
Ánimo, no decaiga que le veo pachucho. La próxima vez déjese de comidas y échese Varon Dandy, que antes funcionaba a modo de "síguemepollo".
Le dejo unas flores de Bach.
Sr. Gilipollas, me ha hecho usted reir un rato.
ResponderEliminarSr. Gilipollas, me deja Ud. sin palabras... Y en las fotos da cada vez más miedo...
ResponderEliminarAHORA ENTIENDES
ResponderEliminarLA PRACTICIDAD
DE LAS MUJERES
AL CARGAR
SIEMPRE
CLEENEX O SEERVILLETAS
EN NUESTROS BOLSOS?
ESTAS NO SOLO SIRVEN
PARA LIMPIAR LAS LAGRIMAS
JAJA
SALUDOS
JJJJJJJJJJJJJ, YO PENSE QUE LO DE GILIPOLLAS ERA UN SEUDONIMO, PERO VEO QUE NO.
ResponderEliminarJJJJJJJJJJJ, ME ENCANTAN TUS GILIPOLLECES DE VERDAD ME LO PASO GENIAL, CADA VEZ QUE ENTRO EN ESTE BLOG.
NO CAMBIES GILIPOLLAS.
BESAZOS DE ESTA TU GILIPOLLAS
Hay un "truco infalible".
ResponderEliminarCuando se acaba el pael, siempe queda un canutillo marrón.
Coja usted con las uñas e intente desenrollar ese cartoncillo...termina en forma de triángulo.
Y..joer...Tiene tantas opciones que puede hacer usted hasta encaje de bolillos.
Y no digo más.
Tiene Ud tantos lectores, que mi "truco magistral" se ha ido a hacer puñetas hoy, me temo.
Llevo 15 minutos intentando recordar a qué comedia romántica me recuerda.
ResponderEliminarJAJAJAJA sos superior gili!
ResponderEliminarGracias de nuevo a todos/as por dejar su huella aquí.
ResponderEliminarSerán recompensados, no duden de ello.
Dinero no, pues no tengo.
Imaginen como!
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Jajajajaja ..... por un lado me habría gustado estar ahi dentro, para verte en la cornisa. Por otro lado me hubiera gustado consolarte un poco. Eres el Pupas.
ResponderEliminarY la próxima vez recuerda que hay agua en el lavabo y que tienes manos. Agggg !! lo sé ... pero el agua hace milagros con las manos cagadas. Jajajaja ....
De nada. A su entera disposición.
JAajaaajajaaj, me he reído mucho con esta entrada... Jolín, hay citas que salen mal, pero esta se lleva la palma.
ResponderEliminarPensaba que estas cosas sólo le pasaban a Mr Bean.
Aunque no me acabo de creer que sea real lo que cuentas... Aun así, me ha sacado una sonrisa y ua carcajada, que no está adna mal.
Saludos gatunos.
Aaaaahhh mi amor... yo tambien me cague!
ResponderEliminar...pero de la risa!
me cuesta creer q eso sea cierto, mucho, mas de lo q te imaginas.
me entanta tu blog.
nueva lectora fiel.
besos.
Querido gilipollas gracias por hacer mi vida más amena.
ResponderEliminarSoy tu fan.
Besos.
P.D. La próxima que te pase eso busca en la cartera algunas notas del super y arrugalas. Los ancestros medicen que siempre en el peor de los casos puedes usar la mano que al cabo ya la lavarás despues.
Que felicidad con la anecdota-
Sr. Gilipollas, creo yo que el Karma hace mella en usted, le recomendaría, que intente no portarse tan mal, la proxima vez que tenga un cita a la vista jejeje :)
ResponderEliminarA mi tampoco me parece real, pero si lo fuese sería digno de una peli.
ResponderEliminarQue llevo un rato leyendo y luego volveré a por más, me atrapó usted, señor gilipoolas, joer, sorry. Un saludo de lunes.