"El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla... está hecho" (Groucho Marx)

22 oct 2014

¿Muslo o pechuga?



Cada vez que, frente un grupo de personas humanas, cualquier domingo a mediodía, nos sentamos todos alrededor de un pollo a l'ast, todo rustidito y bonito, con sus patatitas al horno y sus ciruelitas, la piel tostada y el olor a grasa recién derretida, crujiente pecado venial, nadie puede negarse a un ejercicio de carnal placer que (además) incluye una envenenada pregunta. El pollo a l'ast de los domingos es lo mejor que se puede hacer un domingo aparte de una siesta pecadora o el vermú leyendo el periódico al sol de una terracita de verano. Y es entonces cuando alguien formula esa pervertida pregunta de rigor llegado el momento de trocear el pollo con el ansia de un Hannibal Lecter después de tres gintonics cargados…


¿Tú eres más de muslo o de pechuga?
 
Respecto a animales muertos y a la brasa, soy mas de pechuga porque odio los huesos y porque ansío, sueño y desvarío con hundir mis dientes en carnosas pechugas. No entiendo como para comer carne hay que chupar un trozo de hueso. Los daños colaterales no deberían existir en un domingo a mediodía.

En cuanto a las mujeres soy mas de muslos porque estos son la antesala del monte que todo hombre heterosexual pretende escalar a cualquier hora. En los muslos de una mujer puedes hundir tus dientes cual émulo de "Crepusculo" sin miedo a llegar al hueso mismo. Siempre me ha gustado hincar el diente en cualquier carne prieta del sexo contrario. Y puestos a escoger, escojo muslos. Unos bonitos muslos tienen carne suficiente para que los supervivientes de un accidente de avión en los Andes puedan vivir 3 o 4 años. Y a mi siempre me ha gustado la carne (y aun mas hundir los dientes en ella). ¿Que si me gustan las pechugas de las mujeres? Maldita sea, a mi me gusta de las mujeres hasta la cera de las orejas. ¿Pero que tipo de pregunta es esa?

Por cierto, ¿saben ustedes si los gays son mas de muslo o de pechuga? A mi me da que los gays son mas de butifarra con judías aunque también eso es debido a que los muslos o la pechuga de un hombre no es lo mejor que tienen (si es que los hombres tenemos algo bueno donde hincar el diente). Los hombres con falda y enseñando pechuga dejaron de estar de moda tras la caida del imperio romano. Y de eso hace demasiado.


Después de desayunar, enciendo un cigarrillo (hecho curioso porque ni acostumbro a desayunar ni aun menos a fumar) y es entonces cuando la veo a ella, caminando por el centro comercial, esa mujer que trabaja cerca de donde estoy yo, con esos muslos rotundos e increíbles. Una de esas mujeres a las que los tejanos les sienta como un guante pero que cuando (una vez cada cinco años) opta por abandonar los tejanos en por del lucimiento de breves faldas, es entonces cuando nos regala unos muslos aun mejores que lo que imaginé. Y eso que yo imagino muy bien. Cada vez que veo sus muslos me pregunto como serán sus pechugas y cada vez que imagino sus pechugas me doy cuenta de que la butifarra con judías nunca será lo mío. Malo, malo... ¿por que eres así Sr. Gilipollas? ¿Por qué siempre imaginas que las mujeres vienen servidas en platos de postre? Me gustan demasiado los dulces, no voy a negarlo. El idiota que escribe estas lineas me ha imaginado así.

Para cualquier hombre que se precie de tocarse mirando el "Interviu" no hay demasiada diferencia entre muslo o pechuga, ambas partes son partes de una mujer y a nosotros, además, nos gusta la mujer entera, no las partes (excepto si eres Jack El Destripador). A pesar de esta globalidad carnal, han de saber que la mejor manera de conocer a una mujer es conocer sus muslos. Unos muslos finos o pocos definidos son propios de una gallina aquejada de bronquitis. No obstante si ustedes ven unos buenos muslos pueden estar seguros que lo que le acompaña un resto igual de rotundo y comestible. Pero ahora que no se me ofendan las mujeres de finos muslos: todo payaso tiene su público. No obstante, para mi, unos buenos muslos, lechosos prietros y rotundos, como los de mi vecina currante, son una tentación para un hambriento como yo. Ojalá pudiese hincar mis dientes en ellos. Aunque si he de ser sincero, si me ofrece su pechuga también hincaré los diente. El deseo es hincar algo en ella.

Hace unas semanas, en una barbacoa de unos amigos, había una desconocida y hermosa mujer de pelo breve, camiseta de "Ramones" y unos fantásticos muslos asomando bajo unos pantalones cortos. La mujer no dejaba de echarme el ojo. En realidad me miraba con expresión extraña pero cuando una mujer nos mira (e incluso nos escupe), los hombres creemos que es deseo. Así pues, cuando el pollo a la brasa llegó a la mesa, yo me acerqué sensualmente a ella por detrás cual depredador de la sabana dispuesto a devorar cuanto animalillo se le ponga por delante..
 

-¿Tu eres mas de muslo o pechuga? -la susurré al oído con mi voz de locutor de radio que no ha aprobado los exámenes de acceso.
-No sigas por ahí, gilipollas. Soy lesbiana.
 

Pues vale... Ni muslo ni pechuga, simplemente una patata caliente. También hay que estar preparado para eso.

7 comentarios:

  1. ay... primera vez que me siento orgullosa de mis muslotes prietos, carnosos y comestibles!

    usted em está matando lentamente con estos posts... creo que necesito mas hielo por favor!

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  2. Oiga usted... yo no estoy mal. Estoy simplemente necesitado de amor horizontal pero mi mente está preclara y funcionando perfectamente. Solo pienso en hincar, eso es cierto, pero pienso bien.

    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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  3. Yo tengo que apoyar a los defensores del muslo porque de pechuga no voy muy sobrada. Cordiales saludos.

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    1. Madre mia... ¿y que comeré yo los domingos?

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  4. Jajajaja, hoy me parto. Yo soy carnívora y adoro los muslos.
    Saludos, Fernando.

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    1. Ya somos dos, querida. Bueno, creo que muchos mas...

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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