Volvamos a lo realmente importante: soy un superheore, eso nadie me lo negará. Debo buscar un traje que no sea ridículo y ensalce mi mayor hazaña o virtud: ser despreciado por todos por igual. Me imagino vestido con mallas verdes, casco de ciclista y un micropene dibujado sobre un circulo de cartón sobre mi pecho. Tiemblen ustedes señoras y tiemblen ustedes novios y/o parejas de las señoras. El supergilipollas ha llegado. Así pues, si tengo un disfraz y un nombre, debería tener un objetivo. Ese lo tengo claro: fornicar. ¿Que esperaban ustedes? Para salvar negritos en África ya están las ONGs y para salvar gatos en los árboles ya están los bomberos. ¿Pero hay algún superhéroe que salve a las mujeres de la sequía? Ahora si: supergilipollas. Bueno, para ser honestos los bomberos también salvan a las mujeres de la sequía, sobretodo si están dotados de una buena manguera.
Y no se empeñen en descubrir mi verdadera identidad porque entonces sería como ustedes, un ser humano normal que hace las cosas de manera correcta. El mundo necesita supergilipollas que nos rescaten de la cotidianidad, que nos rescaten del aburrimiento de la clase política o del vecino del quinto primera que comienza a aprender a tocar el trombón. El mundo necesita un supergilipollas que las fornique a todas ustedes de la peor manera posible (que es la única manera que conozco) para que ustedes sobrevaloren a sus novios/esposos/amantes/follamigos en su justa medida (y no comparándolos con las mangueras de los bomberos). Las mismas mangueras que se arrugan en el asilo de ex-actores porno.
¿Que hazaña hay en ser normal? La normalidad es lo correcto, nada mas. La normalidad de madrugar para ir a trabajar. La normalidad de hacer cola en el supermercado. La normalidad de aguantar a tus suegros en los postres del domingo cuando los ojos irremediablemente se cierran. ¿Es normal ser normal? Por supuesto. Pero esa hazaña cotidiana se la dejo a ustedes porque yo soy un superhéroe y ya tengo mi primera misión. Si la Real Academia Española de la Lengua es RAE... ¿Dónde diablos está la L? Mi primer cometido como supergilipollas será encontrar la L que se ha caído del cartel y devolverla a su lugar. Deseenme suerte.
Concurso: quien averigüe las similitudes entre un cementerio de elefantes y un asilo de ex-actores porno tiene pagada una cena (requisitos: ser mujer, estar buena, esta mas que buena, no tener escrúpulos, pagar la cena, estar muy muy muy buena).