A partir de hoy reproduciré la correspondencia que mantengo con mi tita Gekkeikan. Es una mujer asiática (de Asia) que estuvo viviendo en nuestra casa cuando eramos pequeños, nos hacía de niñera y nos alimentaba solo con arroz. Quizás eso explique muchas cosas. Hace años volvió a su ciudad natal que es Osaka (creo que está en Asia también). Os reproduzco las cartas porque creo que os ayudará a conocer un poco mas mi universo gilipollas
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Querida tita Gekkeikan
Aquí en Barcelona hay días que llueve. Otros no. Imagino que en Osaka pasa lo mismo pero con mas paraguas por metro cuadrado. En mi último correo te explicaba que todo va bien, tengo algunos problemas con un miembro de mi familia porque le debo dinero y me ha retirado la palabra pero espero que pronto se solucione este insignificante problema con mi sobrino. Acaba de cumplir cuatro años, deberías ver lo alto que está, ya me llega por los hombros. Respecto al trabajo todo va bien. Sigo cobrando a fin de mes. Si, yo también soy el primer asombrado. Creo que cuando se den cuenta de lo que realmente valgo querrán que les pague yo a ellos. De momento el engaño funciona a la perfección, me siento en la mesa del despacho y lleno todo de post-its con frases escogidas al azar de la pared del lavabo de caballeros. Los viernes me siento en la silla en vez de en la mesa. En cuanto a mi vida sentimental debes saber que hago grandes avances, he creado una página en Internet donde explico un poco mi vida. Internet es eso que no sabes que es. Yo hay días que tampoco lo se. Espero que pronto el tito Gekkeikan finalice la conexión de banda ancha que está fabricando con bambú y vinagre de arroz y podáis conectaros. En lo que va de año he tenido algunas citas pero, como siempre sucede, ninguna ha ido mas allá de los postres. Alguna llegó al café pero solo porque quería tirármelo por encima y abrasarme la coronilla. Has de saber que lo consiguió. También tuve un romántico episodio en el metro con una mujer pero no entraré en detalles, solo has de saber que tampoco será la próxima señora Gilipollas. También he conocido a otra mujer, bueno, en realidad la he visto de lejos. Ella no lo sabe pero estoy convencido que será la próxima señora Gilipollas. Es cartera, reparte cartas. En realidad ella es la que cada tres años deposita tu carta en mi buzón. Espero que hayas aprendido a escribir mejor con los pies y nuestra correspondencia fluya con mas rapidez. Ya te dije que no era buena idea que el tito Gekkeikan guardase la pólvora de los festivales junto a la harina tempura (espero que hayáis podido limpiar todo lo que quedó pegado en el techo). Bueno, no tengo mucho mas que contar. Creo que va a llover así que voy a sacar los geranios al balcón a ver si crecen. Desde que cambié las petunias por geranios de plástico no consigo que crezcan aunque he hecho grandes avances en el tema, las flores están tan radiantes como el primer día.
Recibe un beso y saluda al tito Gekkeikan, a sus nueve amantes y a su pony rosa con alas.
Siempre tuyo
Un completo gilipollas