No tengo un vívido recuerdo de la primera vez que fumé, creo que fue a los seis meses de nacer, cuando mi padre encasquetó el puro habano que él estaba fumando para que yo dejase de llorar. Mi padre se paso toda la noche intentando encender un chupete, sin éxito claro. A tan tierna infancia comencé a chupar y aspirar con lo que el humo pasó a formar parte de mi vida cotidiana. Con tres años ya era un experto fumador en pipa (llegué a ganar el segundo premio internacional de Fumada Lenta en pipa de madera de abedul) y a los cinco años era capaz de liar cigarrillos con una sola mano. La izquierda. No pregunten con que tenía ocupada la otra mano.
Toda mi vida fumando, de cigarrillos a puros pasando por pieles de plátano e incluso una vez conseguí fumarme la columna de opinión del diario “El Mundo” sin envenenarme (aunque estuve tres días con descomposición intestinal).
A las mujeres no les gusta los hombres que fuman, sobretodo si el aliento les apesta a tabaco, tienen los pocos dientes que les quedan de color negro o los dedos de las manos de color amarillo. Soy consciente de que ninguna de estas características es agradable para una fémina. Pero con un tipo con sobrepeso, calvo, sudoroso y gilipollas, creo que fumar es mas una virtud que un defecto.
Se preguntarán ustedes a que viene esta reflexión sobre el tabaco. Y yo respondo: se rumorea que el año que viene saldrá una ley que prohibirá fumar en todos los bares. ¿A donde diablos se dirige esta enferma sociedad? Prohibir fumar en un bar es como prohibir reír en un campo de girasoles o prohibir operar en un quirófano.
Quienes no tenemos virtudes no podemos permitir que nadie nos prohíba los vicios. Los bares son para beber, dejarse el sueldo en las máquinas tragaperras o espiar los escotes de las camareras cuando cogen las botellas del fondo de la nevera, pero sobretodo para fumar.
Desde esta tribuna del gilipollismo quiero alzar mi voz para comenzar una campaña a favor de la preservación de los vicios en los bares.
¿Que importa la desaparición de las ballenas azules o que reciclemos basura? El agujero en la capa de ozono es una pequeña grieta en la pared del baño al lado de la prohibición de fumar en los bares. Dediquemos nuestros esfuerzos a lo verdaderamente importante, no a esas nimiedades propias de perroflautas o mecenas aburridos.
Seamos serios.
Comencemos una campaña a favor de la preservación de los vicios en los bares. ¿Quien está conmigo?