"El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla... está hecho" (Groucho Marx)

29 ago 2010

Genealogía Gilipollas

Queridos/as míos/as (sobretodo mías), para que puedan entender mejor la naturaleza del espécimen que regularmente vienen usted a leer, a continuación contaré brevemente sobre las hazañas de algunos de mis antepasados. No sean crueles con sus comentarios porque como dicen en las películas de gángsters: la familia es la familia. La primera constancia de un gilipollas que tenemos documentada es del siglo XVIII aunque es evidente que hubieron mas gilipollas antes. Sino el mundo no sería lo que es.


Duque Marcelo Gilipollas
Noble del siglo XVIII, nacido en 1722 de quien se sabe que fue el primero en fundar una empresa de aceros en las afueras de Barcelona. Para ello invirtió todo su dinero en una fundición, contratando también a veinte trabajadores. Por desgracia nadie le avisó que el acero fundido no puede transportarse con las manos desnudas. Fue el primer hombre sin manos en conseguir ganar un campeonato de aros de humo para fumadores de pipa. Su frase mas famosa es "Au. Ui. Joder. Esto quema. Argh.".


Duquesa Carla Gilipollas
Hija del anterior y nacida en el año 1755. Por desgracia la relación con su padre no era todo lo fluida que se esperaba y volvieron a cruzar palabra desde que ella cumplió los 2 años porque su padre se empeñaba en sorber todos los flanes que le ofrecían a la infante. Esta falta de comunicación se hizo patente cuando heredó la fundición de acero. Fue la primera mujer sin manos en conseguir hacer una reproducción de la goleta "Maximo XVII" en punto de cruz con la boca. En 1774 perdió una apuesta y tuvo que casarse con una figura de cartón piedra rellena de serrín y papel de embalar. A raíz de una infidelidad con un primo cercano (demasiado cercano, ya saben) nació un hijo ilegitimo que hicieron creer a todos que era hijo de su marido de cartón piedra el cual no hablaba ni se movía, se limitaba a estar en una esquina del comedor estático. El mejor marido del mundo, decía ella a todas horas. La estatua de cartón piedra tampoco puso en duda que aquel fuese su hijo, claro está.


Mariano Gilipollas
Hijo (i)legítimo de la Duquesa Carla Gilipollas y su marido de cartón piedra, nacido en 1777 y heredero del imperio "Aceros Gilipollas" responsable de segunda mayor fábrica de muñones de la historia Española (el primer puesto lo ostenta la Batalla de Trafalgar). Mariano fue desposeído de su titulo de Duque por el mismo rey Carlos III de España cuando en una recepción oficial se abalanzó sobre una mesa llena de flanes al grito de "mioooos". Hay que decir en su descargo que la genética de la familia gilipollas siempre no han hecho proclives a perder la razón ante las gelatinas. El hecho de que el rey Carlos III y hija la infanta María Josefa se encontrasen junto a la mesa de postres y acabaran llenos de trozos de flanes babeados no ayudo demasiado al pobre Mariano Gilipollas quien fue también desposeído de todas sus pertenencias que consistían la fabrica de aceros, un camafeo con la imagen de un mono bailando una polka y diez canicas de diferentes colores.


Gustavo Gilipollas
Hijo de Mariano, nacido en 1817. Rapsoda y escritor. Suyo es el famoso poema "oda a los flanes" o el libreto "las mujeres son todas unas sucias" que le valió la admiración de la sociedad (abiertamente machista) de por aquel entonces. Fue el protegido de varios intelectuales de la época (todos hombres que fumaban grandes puros, por descontado) bajo cuyo mecenazgo escribió obras breves como "diez motivos para no entrar con otros hombres en una sauna" o "como morir en un duelo sin perder el estilo". Por desgracia, un malentendido con uno de los barones mas radicales de entre los mecenas a causa de una falsa acusación de robo de una saco de arpillera dió con los huesos de Gustavo Gilipollas en la prisión. Gustavo admitió haber robado el saco arpillera pero al parecer el hecho de que casualmente hubiesen dentro 20.000 francos (destinados a pagar al ejercito francés para que invadiesen a su suegra) no aligeraron la situación.


Pepe Gilipollas
Hijo de Gustavo, nacido en la prisión en 1842 fruto de las relaciones de su padre con otro de los presos. Al parecer el hecho de que ambos fuesen hombres no fue impedimento para el nacimiento de José Francisco (Pepe para los amigos y también para los enemigos) quien vivió oculto en una caja de zapatos debajo del camastro de su padre (no se sabe a ciencia cierta de cual de los dos padres) hasta la temprana edad de 60 años y consiguió escapar por una puerta que ajustaba mal. Diez años mas tarde encontró una mujer con la que fundó una familia y tuvo diecinueve hijos entre los que se encontraba mi abuelo "Manos Largas" Gilipollas.


Carlos "Manos Largas" Gilipollas
Nacido en 1902. Aunque lo bautizaron "Carlos" fue conocido popularmente con el sobrenombre de "Manos Largas" por su afición a meter las manos bajo las faldas de las comadronas. Sabida es por todos que a los gilipollas nos pierden las manos (o los muñones) . Fue un pésimo estudiante que pasó la juventud de colegió en colegio hasta que a los 17 años descubrió que la pasión de su vida era la contemplación de los adoquines de la Gran Vía de Barcelona. Afición que practico hasta 1942 cuando un tranvía pasó justo por encima de su cabeza. Su frase mas famosa es "¿eso que viene es un tranvía?" (aunque esta frase algunos historiadores también se la atribuyen al arquitecto Gaudí).


Ngai Gilipollas
Nacido en 1942 de una relación secreta de mi abuelo con la corista de cabaré "La floja del paralelo". No obstante entre contemplación y contemplación de adoquines el abuelo Manazas además de fornicar a mi abuela también le dió su apellido a mi padre Ngai. O al menos eso dice mi madre porque Ngai gilipollas era mas negro que el carbón e iba siempre vestido con un taparrabos y aullando extrañas canciones masai. En 1960 mi padre Ngai acabó su relación con una cabra y conoció a mi madre Pepita en la cola de una barbería que llevaba tres meses cerrada. Del amor surgí yo.


Y eso es todo. Espero que hayan disfrutado con este breve ejercicio de historia que les ayudará a comprender un poco mas mi particular idiosincrasia (lease: gilipollez).



26 ago 2010

Arrabalero y gañán


Nunca me he distinguido por mi clase ni tampoco mi inteligencia, aun menos por mi hermosura ni mi cultura. Objetivamente soy la peor compañía que cualquiera pueda conseguir. Objetivamente ninguna de ustedes aceptaría ni dirigirme la palabra en la vida real. ¿Pero es esta la vida real? Desde que comencé a contarles mis aventuras todos y cada uno de ustedes dudan que lo que cuento sea real. Lo entiendo. Incluso dudan de mi género o de mi inteligencia. También entiendo eso. Pero cuando dudan que mi vida sexual sea un encefalograma plano o que siempre me salga todo mal. en el amor... ¿Tan difícil es creerlo? Ahora me dirán ustedes que sus vidas son perfectas, que siempre fornican cuando desean, que son guapos/as, altos/as y tienen grandes atributos. ¿Cual es la diferencia entre sus vidas y la mía? La única diferencia es que mientras sus desgracias son puntuales las mías son constantes. Es decir, ustedes han conocido el éxito en algún momento. Yo nunca.

¿Podría un tipo como yo tener éxito en algún momento de mi vida? Prefiero no pensar demasiado sobre ello, si me colgase de un puente ninguna cuerda soportaría mi peso y obtendría mas dolor que alivio eterno. Este post es una desesperada súplica: forniquen conmigo. No me importa que sean ustedes guapas o feas, listas o tontas, delgadas o gordas, altas o bajas. Bueno, si son ustedes guapas, tontas, delgadas y altas ya sería como adivinar el número de lotería. ¿A quien quiero engañar? Me sirve cualquiera, incluso un señor de Soria.

¿Fornicar con regularidad es la felicidad? Puede que no, pero el fornicio continuado dibuja una sonrisa en la cara que muchos pueden confundir con una expresión de felicidad. Con eso bastaría.

¿De que se ríen ustedes? Ah... es una sonrisa. Envidia les tengo.

22 ago 2010

Carne quemada


Mi homofobia -como ustedes intuyen- no es mas que el fruto de mi inseguridad respecto a lo que me gusta y donde me gusta introducirlo. Estoy convencido que ustedes tienen definida su condición sexual de manera clara, sea lo que sea lo que les guste. Entiendanme, no juzgo las preferencias por la carne, el pescado o quizás una parrillada de ambas. Yo estoy a permanente dieta. Quizás sea por eso que no tengo claro si me gusta comer carne o pescado. Llevo toda la vida acostándome con mujeres (el 99% de las veces y pagando) pero eso no excluye que alguna vez haya tenido alguna que otra experiencia con un camionero de Soria, con un aficionado alemán en los mundiales del 82 o en un bar de hombres (de hombres que llevan tacones, no de hombres que fuman puros y beben anís) y son precisamente estas escasas pero intensas experiencias las que me llevan a replantearme mi condición sexual.


Si algunos de ustedes son fieles lectores de este blog en primer lugar permítanme compadecerles, en segundo lugar quiero hacerles ver que hay mejores maneras de perder el tiempo que leyéndome y en tercer lugar recordarles que existen varias entradas donde reflexiono sobre mi sexualidad.
Creo que soy heterosexual porque soy machista, inculto y homófobo. No conozco a ningún gay que sea todo eso ni junto ni por separado. Pero a veces, cuando veo los anuncios de colonia donde apolíneos modelos salen del agua con sus pectorales perlados de diminutas gotas de agua no puedo dejar de imaginar que me gustaría embadurnarlos de nata montada y jugar al Gofre Bailarín con ellos. Pero nunca lo he hecho. ¿Se puede ser guitarrista si nunca has tocado una guitarra? ¿Se puede ser novelista si nunca has escrito un libro?
Conozco al amigo de un amigo de la amiga de un primo de la hermana de un gay con el que ocasionalmente coincido en un bar. Coincido con el amigo de mi amigo de la amiga de un primo de la hermana de un gay. No con el gay, aclaro. Pues bien, el otro día reflexionando sobre porque hay hombres que se acuestan con hombres cuando existen mujeres como las supermodelos de las revistas, llegamos a la conclusión de que no puedes saber si has tocado la guitarra si no tienes guitarra. Nuestras reflexiones no suelen ser demasiado profundas pero es fruto del lugar donde nos encontramos, la cerveza causa estragos entre las neuronas.
Al final el amigo de un amigo de la amiga de un primo de la hermana de un gay me concertó una cita con el gay en cuestión. Solo para ver que sucedía, como me encontraba. No para ligar con el, al parecer ese gay tenía pareja, otro hombre, claro. Son gays, he dicho ¿acaso no prestan ustedes atención?
El "gay encounter" se produjo en un restaurante del centro de la ciudad, cuando llegué me encontré con dos apuestos jóvenes que bebían agua con gas y comían ensalada, además llevaban ropa dos tallas menor de la que necesitaban. Decididamente maricones. Gays quería decir. Perdón.
Al parecer el amigo del amigo de la amiga del primo de la hermana de uno de aquellos gays ya les había avisado sobre mis dudas. Pedí una cerveza fría y un solomillo de carne quemada, para dejar las cosas claras sobre en que lado de la mesa residía la hombría.
-¿Entonces nunca te has acostado con un hombre? -preguntó uno de ellos.
-Por voluntad propia no, siempre fueron accidentes.
Ambos rieron.
-Eso mismo decíamos nosotros en la universidad. Benditos accidentes.
-¿Cuando supisteis que erais gays? -pregunté con la boca llena de carne a medio masticar.
-Siempre lo supimos -contestó el otro- pero también nos acostábamos con mujeres.
-¿Un gay puede acostarse con una mujer? -pregunté sorprendido mientras trozos de carne salían volando de mi boca y aterrizaban en su ensalada como repugnante aderezo.
Ambos llamaron a la camarera y pidieron el segundo plato, pescado hervido. ¿De que diablos se alimentaban aquellos tipos? Ahora lo entendía todo. Si comían como mujeres debían comportarse como mujeres.
-Un gay se acuesta con quien quiera -continuó uno de ellos- igual que un heterosexual o una lesbiana. La curiosidad no entiende de géneros.
-Pero a mi me gustan las mujeres -dije defendiéndome como un gato contra la pared.
-A mi también, pero me acuesto con hombres -dijo el otro rápidamente.
-¿Nunca os habéis planteado tener hijos? -pegunté intentando desviar el rumbo de la conversación, me sentía incómodo.
-Bueno, lo hemos intentado, lo intentamos a todas horas y en todas las posiciones posibles pero ninguno de los dos se queda embarazado. Debe ser porque los dos somos hombres.
-Adoptar, me refiero.
-Podríamos comprar uno de esos niños chinos pero estigmatizados estamos en el barrio para que encima nos vean pasear de la mano con un chino en miniatura.
-Que significa “estigmatizados”?
-Dejemos de hablar de nosotros. Háblanos de ti.
Entonces me quedé en blanco, observándoles, tan guapos y tan bien peinados, comiendo el pescado con la precisión y el tacto de un cirujano, tan simpáticos, tan atléticos... entonces me di cuenta de que podía desear a cualquiera de aquellos dos. Si no lo deseaba ya.
Pero como el Dios de los heterosexuales está en todos lados, en ese mismo preciso instante entró en el restaurante una muchacha de unos veinte años, con un top ajustado y pantalones cortos, delgada pero con curvas donde toda mujer debe tener curvas. Mi vista se desvió hacia ellas, después volvió a la pareja gay, después otra vez la miré a ella.
-Creo ser gay solo porque las mujeres no me hacen caso -dije en voz alta.
-Tu lo que eres es un completo gilipollas -dijo uno de ellos.
-No te imaginas cuanta razón tienes -respondí dando el ultimo bocado al trozo de carne quemada.
Aquel día tampoco hubo sexo aunque en cierta manera me alegro de eso.

Homofobia.

(Del ingl. homophobia).

1. f. Aversión obsesiva hacia las personas homosexuales.



19 ago 2010

Petromelos de lurbundia


Una fuerte luz explosionó frente a mi lanzándome al otro lado del parque. Había comenzado apenas unos segundos antes, cuando yo paseaba con la vista perdida en el suelo, sin nada que hacer. Lo de siempre. De repente algo comenzó a vibrar a mi alrededor. Primero era una especie de viento que dio paso a un temblor en el suelo, como tren que se acerca, entonces el suelo comenzó a moverse y una luz azulada explosionó frente a mis ojos lanzándome por los aires unos cien metros hasta caer en un pequeño lago lleno de porquería y bolsas de plástico.
Cuando recuperé el conocimiento me encontré frente a un tipo que me era extrañamente familiar, vestido también de forma extraña. Que extraño. ¿Era un emisario del futuro para avisarme de que la lejía Neutrex Futura era la que dejaba la ropa mas blanca? ¿Para eso tenía que lanzarme volando por todo el parque? Salí del estanque, me sacudí el agua como un perro y me subí las mangas dispuesto a darle una paliza a aquel emisario del futuro. Al acercarme a él pude reconocerme... con 100 kilos menos y un aspecto decididamente mas atractivo. ¿Dónde estaba el Delorean y su condensador de Fluzo? Aquello no podía estar sucediendo. En realidad nada de lo que me sucede a diario debería suceder.
-Hola -dijo mi otro y delgado yo levantando la mano.
Iba vestido con una especie de traje de papel de aluminio.
-¿Quien coño eres y por que me has pegado semejante hostia?
-Puede que no me creas, pero soy tu.
-Puede que no me creas pero no fornico desde 1982 -dije con mi gesto mas amenazador.
-Te creo. De todos los universos paralelos en este eres el mas patético de nosotros.
-¿Que es eso de los universos paralelos?
-Esto no es una película de ciencia ficción donde pueden explicar todo en unas palabras. Además, no tengo a mano una pizarra para dibujar todas esas zarandajas de las lineas temporales. Simplemente vengo de un universo donde tu eres yo.
-¿Vienes del futuro?
-No.
-¿Vienes del pasado?
-Que no...
-Ya lo se. Vienes de una fiesta de disfraces gay.
El tipo dio dos pasos y me arreó un sonoro bofetón. Un bofetón nada gay, para ser sinceros.
-Algo paralelo es algo que está sucediendo ahora mismo pero en otro lado -dijo visiblemente enfadado- ¿entiendes tonto de los cojones?
-Absolutamente nada.
-¿Sabes una cosa? Llevo dos años viajando por todos los universos paralelos y nunca creí que iba a encontrar un Yo tan estúpido como tu. Pero si incluso en uno de los universos eres una tortuga de agua y lo entendiste a la primera.
-Será que no te explicas bien. Es igual... ¿a que has venido?
-Quería conocerte.
-Pues ya me conoces.
-¿Fornico mucho en ese universo paralelo?
-Con cientos y cientos de mujeres. No como tu...
Como siempre, me ha tocado el peor de los universos. Soy un tipo sin suerte. Con sobrepeso y sin suerte.
-¿Para eso has venido? ¿Para echarme en cara que en un universo paralelo soy un gran follador?
-Tu lo has preguntado.
-¿Cómo consigues acercarte a las mujeres sin que te abofeteen? O te escupan... o llamen a la Policía... o saquen una pistola de descargas eléctricas... o...
-Ellas se acercan a mi.
-Y ahora me dirás que tienes un blog donde escribes tus aventuras.
-Mis aventuras las cuentas las revistas o los periódicos. Soy relativamente famoso, ya sabes.
-¿Que has hecho para merecer la fama?
-Descubrí un método para chorfuncidar los petromelos de lurbundia. ¿No tenéis petromelos de lurbundia en este universo?
-Yo no tengo ni segundo apellido...
-¿Entonces como cholifozais los petromelos chorfuncidandolos?
-Déjalo. Eres famoso, no necesito saber mas. Podríamos intercambiarnos. Yo voy a tu universo y tu te quedas en este.
-El Fluzeador de universos paralelos no puede transportar pesos mayores de 150 kilos.
-¿Pues menuda mierda de tecnología punta? A mi balanza le sucede lo mismo y la compré en los chinos.
-¿Cómo te pesas entonces?
-Utilizo dos balanzas, una en cada pie. O voy al matadero para pesarme en una balanza industrial. Pero no estoy gordo, es que retengo líquidos.
-Pues retienes litros y litros de líquidos.
-¿Has venido a reírte de mi?
-No, pero ahora que lo pienso... lo estoy pasando en grande.
-Métete esos petromelos de lurbundia por donde te quepan -dije dándome la vuelta y continuando mi camino.
Y entonces... desperté.
¿Alguna vez les ha sucedido algo parecido?

15 ago 2010

Bradangelina y la señorita del este.


Me perdonarán ustedes si el siguiente post, además del habitual sexismo y simpleza que me caracteriza también destila algo de racismo. Los gilipollas tenemos eso, nuestros defectos no entienden de tendencias y para mi todo eso del respeto a las razas y los sexos no es mas que una moda pasajera que pronto caducará por si misma. Si los hombres hemos estado miles de años despreciando a razas y géneros que no fuesen los nuestros. ¿Qué diablos es entonces esa tontería del Ministerio de la Igualdad o todo eso de que a los inmigrantes hay que respetarlos? No. Los hombres de verdad, los auténticos gilipollas de raza somos sexistas y racistas. Cuando la sociedad vuelva a ser lo que era aquí estaremos, esperando nuestra oportunidad. Agazapados en la sombra.
Bueno, a lo que íbamos que -como siempre- ser gilipollas hace que te distraigas con la primera mosca que pasa frente a tu cara. O con la primera top-model se desnuda frente a ti.
Este post -como siempre- se basa en mi propia experiencia y debería servir, además de para echarse unas risas, para que aprendan ustedes sobre la supervivencia emocional en la difícil sociedad que nos ha tocado vivir.
Regla de oro: cuando una extranjera les dice "te amo" en realidad les esta diciendo "quiero la nacionalidad española". Excepción a la regla: si quien se lo dice es Angelina Jolie puede que realmente les ame, además de que estarán sumidos en un profundo sueño.
Las extranjeras, desengañémonos, nos aman por lo que tenemos, no por lo que somos.
Conocí a Anita en una de esas webs de contactos donde los hombres no hacemos mas que enviar mails a mujeres que nos escogen como bolsos de imitación expuestos en el suelo encima de una manta. Debí pensar que algo anormal sucedía cuando leí el correo.
"Mi gusta mucho tu perfil. Mi busca hombre sincera para formo familia. Escríbeme y yo cuento. Tu mucho guapo".
Que una mujer diga que soy guapo es desconcertante. En su descargo confieso que en mi perfil puse fotos de Brad Pitt. Pero sigue siendo sospechoso. Las mujeres enamoradas no cometen faltas de ortografía, eso lo sabes cualquiera. Visité su perfil, vi sus fotos y era lo de siempre. Rubia, alta, de edad indefinida, delgada y decía vivir en Barcelona aunque posiblemente tenía 50 años, vivía en las orillas del Volga y cuidaba a sus tres hijos llamados Mijail, Andréi y Vasili. Pero resulta que la rubia estaba para hacerle un cuarto hijo. ¿Qué podía perder?
Quedamos esa misma tarde en una céntrica cafetería de Barcelona, ella llegó a la cita solo cinco minutos tarde. Quedaba descartado que viviese en las orillas del Volga. Al verla llegar el corazón casi se me salió del pecho. Era delgadisima, altísima, pelo larguisimo y rubio. Unos ojos azules inmensos y mecánica sonrisa de azafata de congresos. Iba vestida con un vestido blanco corto que dejaba poco espacio a la imaginación (y eso que tengo mucha). Levanté la mano para llamar su atención pero ella parecía no verme. ¿Tan diferentes somos Brad Pitt y yo? Al final la señorita del este me reconoció cuando la zarandeaba al grito de "¡soy yo, rusa de los cojones!". No pareció demasiado contenta al verme, lo admito. Pero la primera impresión en mi caso siempre es mala. Mi físico, mi olor, mis modales... no soy Brad Pitt, eso seguro. Tomamos asiento y pedimos dos cervezas. Dios mio. Yo sentado junto a aquella diosa de mármol. Y digo "de mármol" porque era mas fría que un congelador industrial. Soy consciente que es un tópico que las mujeres del este son frías pero aquella mujer congelaba la cerveza al sostener el vaso entre sus manos. Sus comentarios respecto a mis frases se limitaban a decir "si" o "no" o "clarrro". Nos despedimos y me dijo que me enviaría un mail para confirmar nuestra próxima cita. Lo recibí al día siguiente.
"Tu mucho guapo. Mucho simpático. Yo ti amo. Envíame extracto cuenta banco y quedamos otro vez".
No entendí demasiado que tenía que ver mi dinero con el amor pero le envié el extracto de mi cuenta bancaria. No volví a saber de ella. Creo que el mail debió extraviarse o ella no entendía demasiado de extractos. Posiblemente en su país pagaban con gallinas y vodka. Alguna vez intenté llamarla por teléfono pero debe estar equivocado porque al otro lado siempre contesta la voz de un ruso que dice lindezas del tipo "ti voy a romper piernas si tu molesta Anita". Un malentendido, seguro.
Las semanas pasaron y pronto me di cuenta que nunca mas volvería a saber de la rusa.
Recuerden siempre la regla de oro: no permitan que ninguna extranjera les diga "te amo" a no ser que se llame Angelina Jolie.

12 ago 2010

Premios 20Blogs 2010


Durante los últimos días he visto que algunos de ustedes escribían (en sus blogs) posts promocionándose para los premios 20 minutos a los mejores blogs. He de reconocer que al principio me parecía ridículo pues convencido estoy que si algo debe promocionarse explícitamente entonces es que no merece ganar por mérito propio. Lo se por experiencia propia pues llevo dos años promocionado mi escultural cuerpo en este blog y aun no he conseguido el fornicio. De acuerdo, puede que 180 kilos no tengan nada de escultural pero los políticos también dicen que son honestos y los famosos dicen que son fieles a sus esposas/os. Todos mentimos, al fin y al cabo para conseguir aquello que anhelamos. Nunca conoceré, el éxito también estoy convencido de eso. Porque desengañémonos, el éxito sin reconocimiento da tanto miedo como las fotografías de Julian Muñoz desnudo encima de un yate. Nada aporta a nuestras vidas excepto desasosiego.

Pero como el ego me puede, me inscribí en los premios y hace unas semanas coloqué un widget anunciando mi candidatura en un costado de este blog. No crean que fue fácil, tardé mas de tres semanas en deletrear "widget" al mono amaestrado que me hace de informático en sus horas libres. Además, el macaco no puede teclear y comer cacahuetes al mismo tiempo. Por eso le doy de comer delicias de merluza empanadas. Puede que no sea lo ideal para la dieta de un mono pero ahora tiene las manos libres.

Poco a poco comencé a recibir correos donde desconocidos promocionaban sus blogs para esos premios con excusas tan divertidas como "vóteme a mi que soy de un pueblo pequeño" o "si me votas se habrá hecho justicia". ¿Ustedes creen que los pueblos pequeños o la justicia me importan algo? Todos los pueblos son pequeños, por eso son pueblos. Y todos los poderosos son inocentes, para eso existe la justicia. ¿Qué pretendían conseguir con esas peticiones infantiles? Ofrézcanme dinero, sexo o ambas cosas. Ni sobornar, saben... así pues no merecen ganar.

He visitado algunos de los blogs que mas votos tienen y me sorprende comprobar que alguien pierda cinco minutos de su vida leyéndolos. Eso tampoco es nada nuevo, cada día me sorprendo que ustedes pierdan cinco minutos de su vida leyéndome. Si todos somos tan penosos ¿que mérito tiene ganar un premio? La respuesta es sencilla: como en una discoteca un viernes por la noche siempre consigue el premio el que queda en pie, nunca el mejor. Las normas del concurso establecen que solo los concursantes pueden votar entre ellos y solo disponemos de 20 votos para repartir entre las diferentes categorías. Mas complicado no puede ser. Es como si vas a una carnicería y el tendero te dice lo que has de comprar, como lo has de cocinar y cuanto has de masticar. Ojala mi tendero fuese así, siempre quemo los bistecs y me rompo las muelas masticando trozos chamuscados.

2o votos... oigan una cosa... podía repartirlos entre los concursantes como 20 pepitas de oro. Mejor dicho, 20 oportunidades para fornicar con alguna de las autoras de blogs. Borren esa expresión de asombro de sus caras. ¿Acaso en los concursos de misses las que ganan no se acuestan con el jurado? Pues eso. Yo tengo 20 votos y si alguna de ustedes quieren que les vote solo tienen que venir a mi lecho y fingir que disfrutan. Es mas de lo que habrá hecho ninguna mujer por mi. Incluso aunque no finjan prometo votarlas.

Ustedes vótenme o no. Me es igual ganar. Es mas, preferiría no hacerlo pues me vería obligado a mostrar mi rostro al ir a recogerlo. El anonimato es mas agradable que el reconocimiento popular. Sobretodo si antes has fornicado con 20 autoras de blogs que tienen maridos que pueden reconocerte. Sobretodo si te proclamas el mas completo de los gilipollas.

Si aun les quedan votos y quieren votarme allá ustedes. Pero no pienso ofrecerles nada a cambio porque no tengo nada que ofrecer. Si no están registrados al menos pueden dejar sus comentarios del tipo "deseo tu cuerpo como no he deseado nada en el mundo" o "tener sexo contigo ha sido una de las experiencias mas maravillosas de esta y cualquier vida". ¿Que importa la sinceridad? Lo que necesito es publicidad para conseguir fornicio. Y toda publicidad es engañosa, ya saben

Se agradece a las blogeras que deseen mi voto que hagan sus ofertas con currículum y foto actualizada. No pienso desaprovechar una oportunidad como esta. Al éxito por el fornicio: todo tiene un precio.

Votar al blog "Diario de un completo gilipollas"


9 ago 2010

La vecina y la comunidad


Deben saber, queridos míos, que por muy gilipollas que uno sea, esto no impide que se deban cumplir ciertas obligaciones. Las reuniones de la comunidad de vecinos es una de ellas. En ocasiones me gusta soñar con que soy un indigente que pernocto bajo un puente o en el interior de un cajero automático. Todo sería mucho más fácil, también menos higiénico, sin ancianas quejándose o hombres de mediana edad discutiendo por una antena de televisión de más. En mi edificio hay veinte puertas y detrás de cada puerta hay personas y todas esas personas nos reunimos cada tres meses para esa tortura que es la reunión de la comunidad. Yo asistiría encantado pero resulta que tras las veinte puertas de mi edificio hay siete ancianas, un universitario que hace años que le expulsaron de la universidad y vive de tocar con una tuna, cinco familias con pequeños diablos y perros revoloteando alrededor (animales todos, al fin y al cabo), un gay que siempre viste camisetas sin mangas (incluso en el más crudo invierno), dos cocineros, veintisiete paquistaníes (todos en el mismo piso) y un tendero, amén del gilipollas que suscribe.

Exactamente: ninguna mujer soltera, ninguna muchacha en edad de merecer mis atenciones. ¿Que beneficio podría tener yo de acudir a una reunión de la comunidad?

Como buen gilipollas solo actúo cuando puedo sacar beneficio carnal y en las reuniones de mi comunidad puedo sacar cualquier cosa menos beneficio y aun menos carnal aunque el vecino que viste camiseta sin mangas en invierno me lance sutiles señales de amor nada heterosexual. Pero dejemos de lado estos temas sobre la identidad sexual porque ya empieza a ser recurrente y odio las recurrencias que ponen en peligro mi entrada trasera.

¿A que viene esta reflexión sobre mi comunidad de vecinos? Todo tiene su explicación: el mes pasado alguien ocupó el piso que hay encima del mío. Una muchacha de unos treinta años, morena de pelo largo, delgada y simpática. Y además como es verano vestía liviano (pero sobretodo escaso) vestido de algodón. ¿Aquella mujer iba a dormir cada noche encima mío? En el dormitorio encima del mío, me refiero.

Por fin las reuniones de vecinos iba a tener sentido. Imaginé que cualquier cosa que propusiera aquella muchacha yo la apoyaría, haríamos juntos lucha común y de ello surgiría el amor (o el fornicio, no soy demasiado exigente). Rellanos oscuros, antenas de televisión, ruidos, aires acondicionados. De repente todo lo que carecía de sentido en aquel edificio iba a convertirse en un arma para disparar al corazón del amor (o a otro órgano un poco mas al sur).

El plan: lo primero presentarme, después la preguntaría si tiene algún problema con el piso y a partir de ahí haría causa común con la que iba a ser mi futura.

Me puse mi mejor camiseta, unas bermudas anchas, me aplasté el pelo con colonia barata, me lavé los dientes (pese a no ser el primer día del mes) y subí a su piso con mi mejor sonrisa.

La muchacha abrió la puerta y me miró confundida.

-Lo siento -dijo ella rápidamente- no doy limosna.
-Oh no -repliqué yo- soy el vecino del piso de abajo.
-Ah.

Esa fue toda su reacción. Un simple y desencantado "Ah". Pero eso no podía importarme, cuando la maquina del amor comienza a funcionar poco a poco hay que dejar tiempo para que se engrase por si misma.

-Si necesitas cualquier cosa, estoy ahí abajo. Quiero decir, en el piso de abajo.
-Vale, gracias.

Y eso fue todo. Reconozco que nada demasiado efusivo pero esperanzador.

La próxima reunión de vecinos era en dos semanas. Necesitaba un plan mejor que simplemente ir a la reunión y apoyar todo cuanto dijese mi vecina.

Entonces me di cuenta del extraño movimiento de una baldosa frente a su puerta (que ella acababa de cerrar de un portazo en mis narices). Eso era. una baldosa floja. La herramienta del amor.

Las dos semanas que tuve que esperar hasta la reunión de la comunidad pasaron mientras yo escribía mi discurso que iba a hacer caer a aquella muchacha rendida a mis pies. Cuando finalmente sucedió esperé pacientemente el turno de ruegos y preguntas y entonces me puse en pie y recité el discurso que tenía preparado y que solucionaría mi sequía sexual y amorosa. Aun antes de comenzar a leer mi discurso ya sabía que ella iba a ser mia. A continuación paso a reflejar el discurso tal y como fue escrito (que mas o menos es tal y como fue declamado excepción hecha de algunos incómodos silencios o tartamudeos por mi parte).

"Estimados vecinos, nos hallamos reunidos todos aquí para solucionar los problemas que acechan día y noche esta nuestra comunidad y aprovechando el inestable momento que nos toca vivir quiero levantar mi voz para acusarles a todos y cada uno de ustedes por el lamentable estado de la tercera baldosa de la quinta fila comenzando por la izquierda si se sube o por la derecha si se baja en el segundo piso, justo delante del piso 2º 1ª donde vive la vecina mas maravillosa que cualquier hombre heterosexual pudiese desear cada noche en la oscuridad de su lecho. Y no alzo mi voz como mero espectador de la ruina que acecha nuestra comunidad sino como paladín de la verdad que pretende solucionar aquello que nunca debió suceder. Así pues exijo inmediatamente la reparación de la tercera baldosa de la quinta fila comenzando por la izquierda si se sube o por la derecha si se baja en el segundo piso o todos ustedes serán receptores del odio del que suscribe para el resto de sus miserables vidas. No debemos permitir que la hermosa nueva vecina tropiece con esta falla en nuestra construcción y se tuerza uno de esos finos tobillos que sujetan esos turgentes muslos, columnas de un cuerpo nacido para la contemplación y el disfrute en posición horizontal. Levanten sus burgueses culos ahora mismo y caminemos juntos cantando en dirección a la tercera baldosa de la quinta fila comenzando por la izquierda si se sube o por la derecha si se baja en el segundo piso para reparar tal despropósito y permitir que el amor siga su rumbo sin tropiezos. Si no lo hacen serán todos ustedes unos malnacidos y unos asquerosos que disfrutan poniendo palos en las ruedas del tren del amor."

Como pueden imaginar la baldosa sigue bailando y la vecina del piso de arriba no me dirige la palabra. Tampoco el resto de vecinos. Y encima la vecina se ha echado novio y cada noche escucho los muelles de su cama y los quejidos de pasión compartida.

No pienso volver a ninguna reunión de la comunidad, pase lo que pase.

4 ago 2010

¿Qué diablos soy? (no contesten, por favor)


Permanecíamos ambos estirados al borde de la piscina, los dos encima de nuestras toallas. La mía de bazar chino, con el estampado de una especie de superheroe desdibujado, deshilachada y acartonada. La de él era una toalla de diseño, posiblemente mas cara que todas las toallas de mi casa juntas, mas cara que todas mis colonias. No tiene demasiado mérito, solo tengo una colonia y una toallas y ahora estaba desparramado encima de ella. De la toalla, no de la colonia. Acababa de conocerle. Me dijo que se llamaba Tomás. Al estrecharle la mano me di cuenta de que su piel era suave y sus uñas estaban perfectamente cortadas. Aquel tipo no era un mecánico ni tampoco un camarero, demasiado joven para ser un ejecutivo. Puede que un hijo de papá. No superaba los veinte años, puede que veintidós. Soy malísimo para las edades pero bueno para diferenciar a un currante de un señorito. Era rubio y tenía las cejas depiladas, estaba bronceado y su cuerpo era lo mas parecido a un anuncio del abdominazer. A su lado, mis lechosos 180 kilos eran lo mas parecido a una vaca a punto de ser ordeñada. No obstante imaginé que estar junto a aquel atractivo muchacho también era una manera de atraer a las mujeres. No me importaba recoger las migajas, llevo 43 años buscando las migajas y nunca las encuentro.

Las piscinas son el mejor lugar donde encontrar mujeres ligeras de ropa dispuestas al fornicio, mucho mejores que la playa. En la playa no hay paredes y pueden escapar. Mi táctica siempre consiste en ponerme al lado de un hombre atractivo y que todas crean que es mi amigo. Después viene lo de las migajas. Se preguntarán si alguna vez me ha funcionado. La respuesta es que absolutamente nunca. Pero ya saben que no soy precisamente un genio en el arte de la guerra aunque si en el de la perseverancia.

-¿Has visto que mujeres? -pregunté a mi nuevo amigo- Son todas fantásticas.
-Claro que lo son.

Apunté con la vista a una rubia neumática que estaba tumbada a nuestra izquierda, vestida con un bikini una talla mas pequeña de lo que la decencia imponía en aquel familiar lugar.

-¿Has visto esa? -volví a preguntar-. Menuda mujer.
-¿Te gustan las mujeres?
-¿A quien no?
-A mi no me gustan.

Eso no era posible, mi nuevo amigo no podía ser homosexual. Necesito amigos heterosexuales para hablar de los pechos y los traseros de las mujeres. Con un homosexual solo podría hablar de rimmel para pestañas y tallas 38 de pantalones de cuero.

-¿No te gustan las mujeres? -pregunté una vez más.
-No a todo el mundo le gustan las mujeres.
-Tienes razón, a las mujeres no les gustan las mujeres.
-En eso también estas equivocado. ¿En que siglo vives?

¿Aquel maldito homosexual quería guerra? De acuerdo, pronto descubriría lo que es un hombre de verdad.

-Vivo en el siglo de la normalidad -respondí yo.
-No puedo creer lo que estoy escuchando. ¿Que problema tienes con los homosexuales y las lesbianas?
-Ninguno. El problema lo tenéis vosotros.
-Oh amigo, no tengo ningún problema, créeme.
-¿Tu padre sabe que eres homosexual?
-Mi padre también es homosexual.

Odio a los degenerados. Los odio con todas mis fuerzas. ¿Qué tipo de familia era aquella? Yo no conocí a mi padre pero estoy seguro de que no era homosexual.

-Tu padre no puede ser homosexual. Te concibió a ti.
-Confirmado: vives en otro siglo, muchos siglos hacia detrás además. Trecientos o cuatrocientos.
-Suerte entonces que aun queda gente como yo.
-Lo que tu digas.

El degenerado se puso unas gafas de sol y comenzó ese ejercicio que tanto conozco que es que me ignoren. Eso tampoco me afectaban. El mundo lleva 43 años ignorándome.

Le observé con detenimiento. ¿Cómo podía un muchacho como aquel -en la flor de la vida- dedicarse al ejercicio del amor homosexual? Y su padre lo mismo. Maldita sea, estaba en un mundo que no me correspondía. ¿Cómo podía un hombre tan atractivo como aquel ser homosexual? Que lo fuese un tipo gordo y repugnante como yo lo entiendo. ¿Pero él? Esos labios carnosos, esos ojos azules, esa naricita respingona, esos pectorales depilados, ese estomago que invitaba al pecado, aquellas piernas recias, magnificas. De repente, el viento comenzó a arreciar con fuerza moviendo sus rubios cabellos que se esforzaba inútilmente en apartar aunque inevitablemente volvían a su rostro, como una bendición del Dios mas provocador.

Entonces supe que si hubiese sido mujer habría acabado perdidamente enamorado de aquel hombre.

Soy tan gilipollas que necesitaba una excusa como aquella. Ustedes me entienden ¿verdad? No, mejor no contesten, por favor. En el pecado llevo la penitencia.

2 ago 2010

La (aun mas) friki


Soy consciente que muchos de ustedes creen que soy un friki, lo que aquí leen no hace mas que alimentar esta idea. Lo se y lo asumo. Pero siempre que crean que hay algo completo, encontraran algo que lo supera. Aunque sea un completo gilipollas.

La conocí en el Salón del Cómic de Barcelona, debería haberme dado cuenta de su nivel de frikismo porque iba disfrazada de noseque heroína del manga que parecía un cruce entre una modosita colegiala, una prostituta de carretera y una elegante maga. Imposible saber si era guapa o no pues llevaba medio kilo de maquillaje y una peluca de color morado que llegaba hasta el suelo. Iba acompañada de un curioso grupo formado por otras dos colegialas-metetrices-magas como ella, un gordo vestido de Batman (sin comentarios) y otros dos muchachos disfrazados de algún monstruo peludo que bien podía ser un gorila amaestrado o una bolsa de aspiradora vuelta del revés. Ella me miró y yo la miré. Ella fingió expresión de asco y yo fingí mi mejor sonrisa (por desgracia mi mejor sonrisa también muestra mi peor dentadura). ¿Cómo conseguí una cita con ella? Fácil, le robé un minibolso de estrellas de colores que colgaba de su espalda y después busqué su nombre en la guía de teléfono y la llamé para anunciarla que había encontrado su bolso. Es fácil convertirse en héroe ¿verdad? No me juzguen, seguro que ustedes han hecho cosas peores por amor.

La (aun mas) friki acudió a la cita a la hora en punto en un bar del centro de Barcelona, iba sin maquillar y debo reconocer que ahora entendía porque se disfrazaba y se maquillaba de aquella manera. Existen mayores posibilidades de ganar una guerra si se domina el arte del camuflaje para llegar hasta el enemigo sin que se de cuenta. No describiré como era, no soy nadie para describir tal inmenso ejercicio de fealdad. Horrible, vamos. Pavorosa, distorsionada, fea a rabiar. Todo adornado con unas gafas de pasta negra como las de Isabel Coixet y un tono de voz barriobajero como el de Belén Esteban. Dos de mis peores pesadillas, ya saben. Pero ella era una mujer y yo soy un completo gilipollas. ¿Que esperan de mi? Ella agradeció el gesto de haberla llamado para devolverle el bolsito con un amago de beso al aire y una media sonrisa tímida. Inmediatamente me reconoció del Salón del Cómic pero no podía saber que yo era el ladrón. Primera batalla ganada. El problema fue continuar la guerra. ¿Que maldito idioma hablaba aquella mujer? Puede que el problema también radicase en que le había hecho creer que era un experto en Manga.

Maldita sea, yo solo voy a esos salones del cómic a ver adolescentes vestidas de colegialas-metetrices-magas. Como todos ¿no? No tengo la menor idea sobre comics, sobre mangas o sobre como diablos se llamen todos esos tebeos que están grapados del revés.

-¿Tu quien crees que es mejor? ¿Naurto o Sasuke? -preguntó ella jugueteando coquetamente con su cerveza.

¿Y yo que diablos sabía de alineaciones de fútbol?

-Messi -respondí rápidamente.

-¿Eso es de Naruto 501?

-No, del Barça.

-¿Y que opinas de Bleach?

Esa respuesta la sabía. Bleach: playa en inglés. Muchos años intentando ligarme suecas en Benidorm dentro de mi bañador Meyba Turbo lo confirman. Algún día pondré una foto. Mejor no.

-La playa me gusta pero me quemo demasiado rápido. Y siempre olvido el bronceador en casa. Además, necesito dos bronceadores como mínimo. Pero este sobrepeso es temporal, retengo líquidos, solo eso.

-He dicho “Bleach”, no “beach” -dijo ella acabando el botellín de cerveza de un solo trago.

La estaba perdiendo. Se imponía un último ataque frontal.

-Vale, lo reconozco. No se demasiado de cómics. Pero debes saber que soy un superheroe. Estaba en el salón buscando villanos. Mi nombre es supergilipollas, el héroe definitivo.

-Mira nene, si quieres follar lo tienes mal. No soy una vestal, lo reconozco. Pero no me acostaría contigo ni aunque fueses disfrazado de Lelouch Lamperouge. ¿Entiendes?

-Absolutamente nada. ¿Que es una vestal?

Moraleja: si quieren ganar una batalla deberían estudiar antes al enemigo.

La (aun mas) friki se fue del bar sin decir ni adiós y yo me quedé solo planeando mi próximo movimiento. Ahora lo se: tengo un año entero antes del próximo Salón del Cómic para preparar un disfraz que la deje sin aliento. Me disfrazaré de vestal, aunque aun no tengo ni idea de que personaje de manga es, nadie lo conoce.

Y encima no pagó las cervezas.