Hoy es el último día de Julio lo cual -inevitablemente- significa que mañana es el primer día de Agosto, un mes vacacional por excelencia. Muchas personas que tienen blogs suelen tomarse también vacaciones de si mismos y cierran la persiana hasta septiembre. Yo lo he hecho muchos años para después descubrir que si tu vida es aburrida, no escribir la hace mas aburrida aun. No se lo que haré durante los próximos 31 días excepto describir mis vacaciones en breves pero intensos posts que aburrirán a todos
los lectores por igual. No van a ser textos demasiado extensos, solo será una explicación de lo que hace un gilipollas durante las vacaciones, nada apasionante. Quizás a ustedes les divierta todo esto o quizás estén escalando una montaña del Tibet y les importe un carajo este ejercicio mio. Si sucede lo segundo les recomiendo que usen ropa interior de felpa gruesa.
"El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla... está hecho" (Groucho Marx)
31 jul 2014
28 jul 2014
Gilipolla's Eleven
Vivimos en un país donde quien no roba es el raro, hace demasiado que nos hemos acostumbrado a que los ladrones formen parte de nuestra sociedad, desde honestos políticos a empresarios ejemplares pasando por futbolistas, cantantes o duques. Al final quien menos roba son precisamente los ladrones. Pero han de saber ustedes que si pretenden pasar a formar parte de este mundo criminal, lo mejor es disponer de unas cualidades que nos diferencien de la chusma: ser honesto
(robar solo a los que roban), tener estilo (para eso es ideal un amigo mariquita) y huir de la violencia. Así
pues decidí que, si yo pretendía emular a los ladrones de guante blanco más famosos, debía rodearme de gente con estilo, auténticos profesionales del noble arte del birle y birloque. Por desgracia no conozco a
nadie así solo pude hacerme con los servicios de diez tontos del barrio dispuestos
a hacer cualquier cosa para conseguir unas cuantas monedas más con las que seguir alimentando a sus ex mujeres y a las máquinas
tragaperras.
El grupo
-La bizca: antigua animadora
infantil y reina del aerobic geriátrico. Su mejor cualidad es que un ojo
le apuntaba a Cuenca y el otro a Tarragona, ideal para la vigilancia pues su visión periférica nos evitaría cualquier tropiezo con la justicia.
-El guapo: cristiano engominado reconvertido
a fenómeno televisivo que cumplía su función de engañar a las mujeres para
abrir todo cuanto se le pusiese por delante (en el sentido más amplio de la
palabra). Era como el guapo de “El Equipo A” solo que en guapo.
-El forofo: madridista hasta la
médula, este animal de feria iba a ser nuestra fuerza bruta, si alguien se interponía en
nuestro camino solo había que decirle “a por ese que es catalán y del Barça” y
el forofo saldría corriendo a embestirlo con los cuernos por delante.
-El periodista: experto
manipulador de cualquiera que no piense como él, este individuo nos ayudaría a
manipular a las masas para hacerles creer que éramos elegantes empresarios en
vez de absurdos delincuentes.
-El mariquita: maestro del
disfraz, el mariquita sería nuestro pasaporte para el engaño en forma de
elegantes formas y ropajes. Algo así como “My Fair Lady” en Chueca.
-El calvo: siempre es necesario un
calvo en un grupo de delincuentes, desconozco el motivo pero siempre hay uno.
-El pelirrojo: también es
necesario que en todo grupo de delincuentes haya un pelirrojo, a poder ser
tonto como el nuestro porque caso de ser capturados por alguna mente mas brillante que las nuestras, siempre podíamos decir al unísono “la culpa es
del tontopollas pelirrojo”.
-Carmencita: experta en abrir
cajas fuertes con la sola succión de sus labios. Los de la boca porque, a pesar de ser mujer,
todos pensamos que nuestra particular reina esconde un tesoro bajo su falda.
-El presi: Es el tonto del barrio
que se cree que todo puede conseguirlo pero en realidad todos se ríen de él.
Siempre hay que tener un Mariano en una banda criminal porque da apariencia de normalidad
y queda fantástico en una pantalla de plasma.
-Mini yo: Como buen genio del mal
tuve que agenciarme de un mini yo, en realidad
aportaba bien poco a la banda pero nos hacía reír y si queríamos echar un
partidillo de fútbol podíamos utilizarlo de pelota.
Les junté a todos en una nave
industrial abandonada en las afueras de la ciudad donde previamente había
construido una detallada maqueta de nuestro objetivo con envases vacíos de
yogur, cinta aislante y media docena de gelocatiles caducados.
-Queridos amigos –comencé imitando
la voz del cuñado del tipo que dobla habitualmente a George Clooney- este es nuestro objetivo. ¿Alguien
puede reconocerlo?
-Una distribuidora de yogures –dijo uno.
-Una farmacia –dijo otro.
-Una fábrica abandonada -dijo la bizca con la vista fija en cualquier lado menos en la maqueta.
-¡Silencio! –grité con todas mis fuerzas- Es el Bingo Billares de la Gran Vía. Vamos a
dar un golpe en la mejor tradición de los ladrones de guante blanco.
-Yo no tengo guantes blancos –dijo el
pelirrojo- ¿Sirven unos de látex?
De acuerdo, no eran los más listos, tampoco los más guapos, pero éramos once y eso era lo realmente importante.
-¿Cómo lo haremos jefe? –preguntó Mariano.
-Cuando algo se deteriora –comencé
yo- hasta el punto de alcanzar su punto máximo de relatividad inflexible es
cuando podemos argumentar que nuestras intenciones son las precisas para esa
sutil brecha en el concepto.
-¿Y eso que coño significa, jefe? –preguntó Mariano.
-Que entraremos como locos
pegando tiros con nuestras pistolas de fogueo, cogemos todo lo que podamos y
nos largamos cagando leches.
-Ah vale, ahora sí.
Compramos las pistolas de
plástico en una tienda de chinos, once pistolas de colores, algunas de esas que
lanzan un palito con una ventosa, otras de agua y algunas de petardos. Yo me
agencié la pistola de Batman lo cual es verdaderamente curioso porque Batman
nunca ha usado pistola, pero bueno, ya saben la peculiar filosofía
intercultural de los bazares chinos. También nos hicimos con pelucas de carnaval para todos (menos para el calvo, lógicamente). Y de esta guisa y vestidos elegantemente con los trajes de nuestra primera comunión o nuestra ultima boda, nos dirigimos al Bingo Billares con nuestras almas falsas pero nuestras intenciones tan verdaderas como criminales.
-A la de tres entramos–dije en la puerta
del Bingo- Presi, tu inutilizas a los guardas, pelirrojo y calvo revisáis los
lavabos. Carmencita, el guapo y el periodista entrarán conmigo. La bizca vigila
la entrada. El resto cubrid las salidas. ¿Ha quedado claro?
-No –dijeron todos al unísono.
-Que entraremos como locos pegando tiros con
nuestras pistolas de fogueo, cogemos todo lo que podamos y nos largamos cagando
leches.
Y así sucedió.
Al perpetrar un golpe maestro hay que satisfacer varios requisitos, el primero conseguir un botín y el segundo que nunca te capturen. Todo esto sucedió aunque he de reconocer que el plan no salió exactamente como yo lo había ideado. Y eso que no había ideado nada.. El botín consistió en media docena de folletos de publicidad del bingo, un vaso de agua (sin agua) y una
somanta palos que nos dio Arturo Pérez-Reverte quien salía del bingo con su mala leche legendaria después de haber perdido quinientos euros. ¿Cómo acabó la banda? Pelirrojo y calvo descubrieron sus
tendencias homosexuales en los lavabos y ahora son pareja de hecho y adoptaron a Mini Yo, el forofo se hizo socio del equipo femenino de Voley Playa del Rayo Vallecano, la bizca se enamoró del
Dioni, el presi montó un partido político para sacar a España de
la crisis, el mariquita se pintó las uñas de fucsia intenso y Carmencita, el guapo y el periodista
fueron molidos a palos por el escritor malcarado mientras yo huía del lugar abandonando a mis torpes
compañeros. ¿Qué como es mi vida ahora? Igual que antes solo que ahora tengo media docena de folletos de publicidad del bingo, un vaso de agua (con agua del grifo) y una emocionante historia que contar.
17 jul 2014
Culos (la ley del tordo)
“Quien habla mal de mí a mis espaldas mi culo contempla.” (Winston
Churchill)
Todos tenemos un culo, incluso
los que no tienen culo, tienen un culo. Los culos son como los políticos, hay
de todas las tendencias, formas y maneras pero todos, en el
fondo, siguen siendo la misma mierda. En la forma también. Si quieren saber más
sobre formas y fondos pueden preguntarle a un proctólogo. Existen concursos para elegir el
mejor culo, las revistas del corazón puntúan los mejores culos, las personas
nos miramos los culos los unos a los otros en la calle, los anuncios están llenos de culos y en el metro hay gente que huele raro que restriega su culo contra tí. Los culos están ahí,
todos los días, mires donde mires. Y lo mejor de todo es que cualquier tipo de
culo tiene su público. A unos les gustan los culos gordos, a otras les gustan
los culos prietos y a mi vecino del tercero (el que tiene un sorprendente parecido
con Freddie Mercury) le gustan los culos peludos asomando por un pantalón de látex mientras alguien tararea "I want to break fee".
En internet podemos encontrar
cientos de páginas que nos muestran culos de toda forma y condición,
curiosamente la mitad de estas páginas contienen fotos del culo de Rihanna lo
que nos lleva a pensar que
1-
Los culos son principalmente admirados por la
población masculina heterosexual
2-
Rihanna tiene un culo impresionante.
¿A ustedes les gusta mirar culos
ajenos? Seguro que sí, sobre todo porque es imposible admirar el culo propio a
no ser que seas actor porno o un contorsionista. Sepan ustedes que miles de
personas son tratadas cada día de tortícolis porque quieren saber cómo tienen
el culo. Con lo fácil que es que te lo digan los demás… Por cierto, si son
ustedes mujeres y quieren saber cómo tienen el culo, aquí me tienen para lo que
deseen. Soy de lo mas objetivo y tengo tarjetas con números para puntuar del 1
al 10. Lo pasaremos bien (sobre todo yo).
Mucha gente cree que el lugar
donde más se utilizan los culos es en el baño de cualquier casa, o en el bidet de cualquier club de carretera.
Pero no. El lugar donde más se utilizan los culos es en el trabajo. Si señores
(y señoras), en cualquier trabajo estamos siempre hasta el culo, el jefe nos da
por el culo, estamos todo el día con el culo cuadrado o el jefe de personal nos
dice que nos metamos nuestras excusas por el culo. El culo está tan presente en
el trabajo como el robo de rotuladores fosforecentes o el café de máquina que
sabe a lubricante de camión.
En anatomía se define culo como
el conjunto de dos nalgas lo cual resulta curioso porque eso significa que el
ser humano economiza por naturaleza y en vez de decir “menudas dos nalgas” dice
“menudo culo”. Tengo la teoría de que esto es porque los hombres no podemos
admirar muchas cosas al mismo tiempo y con dos pechos ya tenemos suficiente
información así que reducimos las nalgas a la mínima expresión de “culo”. Sea como
sea, queda claro que un culo es simplemente eso: un conjunto. Pero de la misma
persona, porque si en una orgia esta la nalga de un tipo junto a la nalga de
otro tipo, eso no es un culo: eso es una guarrería. Organización. Continuándo con la semántica, utilizamos culo para cientos de cosas ajenas al culo en sí, como “ese
peinado te queda como el culo”, “voy de culo”, “vete a tomar por el culo”, “gafas
de culo de vaso”, “confundir el culo con las témporas” o “te voy a dejar el
culo como un bebedero de patos” (aunque esta última creo que si se refiere al
culo).
Culo, trasero, pandero, pompis,
posaderas, retaguardia, culamen… todo diferente pero todo lo mismo. Está la
espalda, las piernas, están las manos o los pies, están los hombros o incluso
los pechos. ¿Y en que nos fijamos? En el culo. Lo cual define a nuestra
sociedad como “culoadicta”, para lo bueno y para lo malo. El culo nos hace
iguales a todos, pobres, ricos y registradores de la propiedad. Por eso
precisamente somos culoadictos, porque todos (excepto los que se han sentado
encima de una mina) tenemos culo.
Porque como bien dijo el sabio, el día en que
la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.
11 jul 2014
La oriental desorientada
Esta es la historia de una de
esas mujeres de ojos rasgados y pelo lacio que conoció a un gilipollas y de
este encuentro surgió una bonita historia de amor. Por supuesto, el gilipollas
es quien suscribe y la oriental era una japonesa que estaba de paso por mi
ciudad. Siempre etiquetamos a los extranjeros de dos formas: los ricos y los
pobres. Los ricos son los árabes y los pobres los moros. Los ricos son los
japoneses y los pobres los chinos de la tienda de la esquina. No obstante todos
son (más o menos) iguales. De la misma manera que sucede con catalanes y
españoles, somos los mismos pero nos vemos de maneras diferentes. O no. Que eso
tampoco lo tengo claro. Una vez conocí un español que bailaba sardanas y un
catalán al que le gustaban las corridas de toros. Gracias a Dios, los dos se
curaron y ahora el español trabaja en “La Razón” y el catalán trabaja en un
restaurante untando tomate en el pan.
Dicho esto voy a narrar mi
encuentro con esta oriental (japonesa) a la cual encontré mas perdida que mis (antaño gloriosos) adbominales, en el centro
de Barcelona. Tan y tan delgada, tenía la piel tan blanca y el pelo tan lacio y frágil que parecía que de
un momento a otro fuese a esfumarse como un fantasma de esos de ojos grandes y negros. Pero no, era real y además era
una mujer. Bingo: es el doble de lo que suelo conseguir. La susodicha me
preguntó por el lugar donde estaba la Sagrada Familia y le respondí que yo era
familia de Antonio Banderas. Me preguntó cómo llegar a la Plaza Real y le
contesté que yo la convertiría en una princesa. Me preguntó dónde estaba la
playa y le contesté que me gustaba verme reflejado en el océano de sus ojos
azules. Por desgracia ella solo hablaba inglés (además de japoneso, supongo) y
yo en inglés solo se decir “’i’m toreador” así que aquella oriental no pudo
admirar mi maravillosa prosa. No obstante, el hecho de que yo fuese “toreador”
pareció llamarle la atención. “I’m el gordo de Antequera, mas famous toreador of todos los times”. La
mujer me enseñó una guía donde se veía una plaza de toros. Primer inconveniente: ¿cómo decirle a
aquella oriental desorientada que en mi ciudad ya no se celebraban corridas de
toros? Y aunque se celebrasen tampoco podría habérselo dicho (lástima que el esperanto nunca haya despegado). ¿Cómo hacerme pasar por famoso torero
sin traje ni plaza ni toros? Donde ustedes ven inconvenientes yo veo
oportunidades. “Tu go casa mía, yo show video de mis corridas”. Reconozco que la
frase escondía un peligroso doble sentido, pero cuando poco interpretas, nada
malinterpretas.
Esta historia finalizó cuando, en
el comedor de mi casa, le puse a la oriental desorientada el video “Torero X”
protagonizado por el famoso matador Rocco Siffredi, un clasico donde el italiano estoca con certeza a cuanto animal se le ponga por delante. La oriental desorientada
salió corriendo de casa mientras gritaba pidiendo por la policia o quizás pidiendo a gritos una pizza de pepperoni con doble de queso y sin pepinillos. Nunca he sido muy bueno para los idiomas.
Supongo que la oriental desorientada pensó que “Torero X” iba a ser una
película de toreros mutantes aunque, a juzgar por el tamaño del estoque de
Rocco, debo reconocer que la magnitud de todo aquello no era proporcionalmente humano.
Yo acabé de ver la película, por
supuesto. Como bien saben la felicidad siempre está al alcance de nuestras manos.
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