Marta Solano
Noelia Atance
Las pelirrojas con el pelo corto me ponen. No hablo de amor, tampoco de cariño, aun menos de peticiones de boda. Hablo de llenar el cuerpo cavernoso de sangre, simple y llanamente. Y las pelirrojas de pelo corto que presentan noticias me ponen aun mas. O sea, que esas diosas de pelo encendido que nos acercan a la actualidad me acercan a la explosión genital de desastrosas consecuencias. Podría escribir ahora un hermoso post sobre el amor, la admiración incluso sobre alguna filia inocente. Pero me reafirmo en que no es amor. Es pura y simple lujuria animal que nace del cerebro prehistórico que Dios me regaló junto a mi condición de hombre. El caso es que cuando veo a estas diosas del amor horizontal en mi televisor no puedo dejar de pensar en cosas que si las transcribo con detalle, las autoridades cerrarían este blog de inmediato. Pero el problema es aun mayor porque las tres diosas que atraen mi atención en televisión representan las tres cosas que mas me aburren en este mundo: los deportes, las ideologías y el tiempo libre. Es un contrasentido, el deporte me importa un carajo y a todas horas me trago noticias deportivas si salen de la boca de una de ellas. También las ideologías (sobre todo de derechas) me la traen la pario pero me trago todas y cada una de las tertulias moderadas por esa otra adorada que es "la otra". Y en cuanto a los magacines me importan aun menos si no hablan del único hobby que me interesa: la autosatisfacción, y no creo que mi tercera diosa hable nunca de eso por televisión. ¿Y que puedo hacer yo? Las diosas siempre han estado lejos de mi alcance. En realidad las mujeres (incluso las mas desafortunadas) siempre han estado lejos de mi alcance. Quizás sea por eso que estas tres diosas de encendidos y breves cabellos me vuelven loco, porque están todo lo lejos que una mujer puede estar de un tipo como yo. Nos obsesionamos con aquello que es imposible porque si fuese posible... dejaría de ser una obsesión. Aiii omaaaa que ricaaaas.