Masters of Spok World Tour Millenium Reunion 2012

Revisando mis aventuras en "Rock n'Roll Gilipollas Star" y sus consecuencias en "Masters of Spok World Tour Millenium Reunion" (que les recomiendo lean antes del presente texto) comencé a pensar si era buena idea volver a juntar a mi grupo música Masters of Spok para volver de nuevo a tocar. Algo me decía que la nueva reunión iba a ser algo que marcaría un hito en los anales de la música. En la "historia" de la música mejor. Siempre he pensado que la palabra "anales" hay que dejarlas para los cuartos oscuros. Encontrar de nuevo a mis antiguos compañeros de furgoneta y clubs de carretera no fue tarea fácil. Lengua Venenosa (nuestro batería) se había jubilado y ya formaba parte del mobiliario del bar del pueblo, recuperarlo fue mas fácil de lo que parecía, solo necesité un poco de paciencia y media docena de botellas de anís del mono. En cuanto a mi primo Anselmo (nuestro bajo, coreografo y encargado del catering) tuve que pagar una fianza porque llevaba tres semanas en una celda acusado tan sucio que mi abogado me ha dicho que si lo cuento aquí yo también puedo acabar en la prisión.

Una vez reunidos imaginé que toda estrella que se precie debía tener unos teloneros a su altura. Lo intenté con AC/DC pero no contestaban a nuestras llamadas, Miguel Ríos se había jubilado, Melendi nos daba mucho miedo y las Nancys Rubias no estaban a la altura de nuestro talento musical. Después de varios años de éxitos around the world aun no habíamos aprendido a tocar ningún instrumento diferente del que la naturaleza nos había dotado. Las Nancys Rubias tampoco y ellas tenían un reality en televisión donde un anoréxico discute de noticias del corazón con una neumática señora que a las 8 de la mañana parece una estatua de cera después de un incendio. Mario y Alaska, ya saben, y yo les envidiaba por ello. Fue en ese momento de desesperación mientras Lengua Venenosa me miraba y acababa con su decima botella de anís en el desayuno que me acordé de otro rockero bebedor de anís: mi buen amigo Foxy Fita. ¡Ahí estaba la solución! ¡Foxy tenía un grupo musical llamado "Las Sexys"! Le envié un correo y con su habitual amabilidad  alcoholica me contestó escuetamente que quería ver el dinero por adelantado. Le contesté en tono de broma que 20.000 euros por el concierto. Espero que hubiese cogido mi tono de sarcasmo aunque tengo mis dudas cuando respondió que 20.000 euros estaba bien. El problema es que es difícil reconocer el tono de broma por correo electrónico.

Alquilamos un local (también con promesas de broma de mucho dinero), hicimos unos cuantos ensayos que consistieron en bajarnos la quinta temporada de Lost y discutir sobre como de buenas estarían unas profesionales de la música que se llaman "Las Sexys".

El día del concierto, el local (un sótano con olor a humedad y ratas como ponys saltando alegremente de un lado a otro) presentaba un aforo discreto si no contamos a las ratas. Pronto llegó el grupo de mi amigo Foxy Fita y para nuestra decepción descubrimos que "Las Sexys" eran en realidad "Los Sexys", un puñado de tipos sin afeitar, con pelazo de malvado de película de los 80s y gafas de sol compradas en un bazar chino. Nos saludamos con un movimiento de cabeza, pronuncié un simple "hola pelazo" a mi amigo Foxy Fita y continuamos nuestro camino. Recuerden siempre mis queridos niños que para ser una estrella del rock hay que evitar confraternizar en demasía con los teloneros pues suelen ser los grupos que están comenzando y como tales, rivales en potencia. Sobre todo si tienen mas pelo que tu.

El comienzo del espectáculo incluía mucho humo, luces de colores y la música de "The Final Coutdown" de Europe. Después de eso salíamos los tres corriendo desde el fondo del escenario intentando no caer sobre el público. A partir de ahí yo me debía romper mi camiseta en pedazos, untar mi pecho con aceite Johnson's para bebés y  comenzar una versión de "Simply Irresistible" de Robert Palmer. A esto le seguían versiones de "Girl I'm gonna miss you" de Milly Vanilli en clave de bulerías, una variación reggae de "Don't leave me this way" de Bronski Beat y nuestra famosa versión hip-hop del éxito "La rumba del jubilado", del gran artista Cecilio.

Con todo a punto, nuestros teloneros salieron a tocar y reconozco que -a pesar de ser hombres y peludos-  no lo hacían del todo mal. Nada comparable a nosotros claro. Con la música tienes que nacer y aquel grupo de muchachos parecía haber encontrado la música cinco minutos antes en el bar de la esquina. A pesar de ello tenían gracia y las letras de sus canciones parecían su propia biografía, sobre todo cuando cantaron "La estupidez".

Y entonces fue cuando llego nuestro turno. Y todo fue mas o menos acorde a lo previsto con la excepción que el humo hizo vomitar a Lengua Venenosa, que en vez de "The Final Coutdown" sonó "Algo pequeñito" Daniel Diges y que puede que los temas hubiésemos tenido que ensayarlos algo, sobre todo si estabamos decididos a tocar en directo y no teníamos ni idea de música.  Como ejemplo mi primo Anselmo tocó los tres primeros (y unicos) temas con la guitarra del revés.

Y ahí fue cuando llegó el momento de gloria del cantante, líder y estrella indiscutible del grupo que (curiosamente) soy yo. Las luces se atenuaron y una gran bola de discoteca descendió sobre nuestras alopecicas testas. Mis músicos junto a los músicos de "Los Sexys" se posicionaron todos a mi alrededor y comenzamos una emotiva versión del "I will Survive" de Gloria Gaynor mientras un desequilibrado Foxy Fita perdía el control de nuevo y comenzaba a enseñar el culo a los presentes con sensuales movimientos no demasiado acompasados con la música (es lo que tiene compartir botellas de anís con Lengua Venenosa). Puede que no fuese el mejor cuerpo de baile que una estrella como yo requería. De hecho ni tan solo era el mejor cuerpo. Pero cuando algo produce placer siempre es mejor estar acompañado. Y fue precisamente en este número musical que perdimos a nuestro único espectador. Y cuando digo "perdimos" fue de manera literal pues todo nuestro público era un anciano de 87 años que cayó fulminado de un ataque al corazón al ver el trasero del que, hasta entonces, había considerado como un amigo, un hermano.

Ni que decir tiene que la segunda reunión de Masters of Spok acabó con muerte pero también con  destrucción cuando les recordé a los músicos de "Los Sexys" y al propietario del zulo que mis promesas de dinero habían sido "una bromita de nada de esas de los críos de hoy en día". Y de esta manera, mientras todos se turnaban para golpearme con una guitarra en la cabeza, mi inteligencia sobrehumana les propuso dejar como ancianos rehenes a mi primo Anselmo y a Lengua Venenosa mientras iba a buscar el dinero con el que pagarles.

Nunca he vuelto a ver a ninguna de las personas que habían en aquel zulo y algo me dice que a mi primo y a Lengua Venenosa no iba a volver a verles nunca. Quizás piensen que nuestra carrera como músicos había acabado pero recuerden que el que es algo, lo es siempre. 


Y yo, de momento, soy un completo gilipollas, claro.