La mentira es necesaria. Vaya por
delante esta frase lapidaria antes de comenzar cualquier argumento. El mundo se
divide entre los que mentimos mucho, después están aquellos que simplemente mienten y finalmente hay algunos
otros extraños seres que siempre dicen la verdad, huelen a colonia cara y
sufren las consecuencias del resto. Los que mentimos (sea mucho o poco) siempre
iremos un paso por delante de los que dicen la verdad. No hablo de moralidad,
hablo de ventaja. Hay quien asegura que la sinceridad es una virtud y la
mentira es un defecto. Primer error del tamaño de la réplica en látex del pene
de Nacho Vidal. Los hombres (como género masculino) hemos entendido
perfectamente que si queremos algo hemos de mentir y si queremos que se
perpetúe hemos de perpetuar la mentira. Pongamos como ejemplo los infieles: pocos
son los infieles que confiesan su infidelidad. Los infieles viven en la mentira
perpetua hacia quien carga con los cuernos y así ha de ser siempre. La
infidelidad es la base que sustenta, cual poderoso pegamento, cualquier
matrimonio y la mentira es lo que sustenta la infidelidad. Porque, en efecto,
el matrimonio es una gran mentira y como tal así la hemos de mantener para que
la sociedad no se desmorone como un castillo de naipes y todo esto siga su
lento, inexorable (e hipócrita) camino. Imaginen ustedes llegar al trabajo y
que una compañera les pregunte si les gusta su nuevo peinado (que en realidad parece
un gato atropellado encima de su cabeza). En efecto, ustedes siempre tirarán de
la mentira ya sea por no ofender o para evitar una bronca que acabe en nuestro
coche con las cuatro ruedas pinchadas. Las mentiras piadosas también son
necesarias para todos los tipos de convivencia. ¿Cuántas veces un hombre ha
dicho a una mujer "me quedo pero solo a dormir, tranquila, no pasará nada
entre nosotros"? Me quedo solo a dormir pero
a medianoche mis manos recorrerán tu cuerpo y mi misil intercontinental
intentará alcanzar el monte que corona tus caderas cual gran danés en celo. Y
es que, además de que es necesario mentir, es aun más necesario que nos
mientan. Cuando compramos un coche sabemos que el vendedor nos mentirá para que
compremos el coche más caro pero queremos que nos mienta porque nuestro ego
necesita un coche mejor que el de nuestro vecino. Mentimos y nos mienten a
diario. Y eso, además de necesario, es divertido.
¿Y los que siempre dicen la
verdad? Pobre de aquel (o de aquella) que siempre diga la verdad porque está
destinado a sufrir las consecuencias para el resto de su vida. La verdad puede
que reconforte nuestra alma pero golpea sin piedad nuestras vidas. Decir
siempre la verdad es fácil, asumir sus consecuencias es un tormento. La mentira
facilita nuestras vidas. Si la verdad fuese moneda de cambio el mundo sería
infinitamente peor, créanme, porque la mentira crea un mundo falso y fácil de
vivir. Como los anuncios de compresas, vamos. Yo he mentido, mucho, miento casi
más que hablo. Miento a las mujeres con las que me quiero acostar (que son
todas), miento a mis jefes, miento a los inspectores de hacienda y a los
agentes de la guardia urbana, miento a mi familia y a mis vecinos, miento al médico
de cabecera y a quien me vende los diarios. Miento porque quiero vivir en un
mundo falsamente feliz donde los problemas no existen si los escondes bajo
toneladas de mentiras. Y esto, amigos, además de divertido, también es
necesario. ¿Acaso no sabían que todos ellos también nos mienten a nosotros?
La mejor manera de explicar que
todo es mentira es explicar la paradoja del mentiroso con la frase "esta
frase es falsa". Ahora les pregunto... ¿he dicho una verdad o una mentira
con esta afirmación? Si la frase es
verdad entonces lo que dice ("esta frase es falsa") es cierto lo cual
nos lleva a la conclusión de que cuando dice que es falsa es que debe ser falsa
lo cual es una contradicción en sí misma. Si la frase es mentira, entonces lo que afirma cuando dice
"esta frase es falsa" es falso. Ya que afirma que la frase es falsa,
entonces la oración debe ser verdadera, una nueva contradicción. Vale, tomémonos
un descanso, ha sido un ejemplo difícil de entender. Pero mola hacerse el
intelectual.
Si revisan mis textos en mis
aventuras con las mujeres verán que siempre miento, miento cuando digo lo que
soy y miento cuando digo lo que busco. Ahora permítanme una pregunta... ¿acaso
son ustedes tan inocentes para imaginar que las mujeres no saben que las estoy
mintiendo? La mentira solo es mentira cuando el otro desconoce por completo la
verdad. Ahí está el secreto, ahora piensen en ello y piensen también en que
quien suscribe tiene un miembro viril que mide 35 centímetros. De verdad de la buena.
Las imágenes que acompañan este post corresponden a fotogramas de películas de ese gran maestro de la mentira y el humor que fue Billy Wilder (por orden: "El gran carnaval", "En bandeja de plata", "Un, dos, tres" y "El apartamento")
A ver? Enséñeme el dorso de la mano.
ResponderEliminarEl Pentotal endovenoso en su caso, creo que es requisito indispensable para leerle los aciertos entre líneas. ¿Ya se lo han administrado a usted?, no nos mienta la huella permanece quiera o no quiera.
Yo siempre digo la verdad, querida. Sobre todo cuando miento. El Pentotal ese no se que es pero la ginebra barata corre por mis venas como un coche de F1 sin frenos.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Te he descubierto hace poco.. y cada vez me gustas mas... estoy muy de acuerdo contigo en muchas cosas que comentas y por eso esta noche cuando me palpe el quico gordo te lo dedicaré porque te mereces que te brinden un orgasmo en la distancia por tus palabras tan, iba a decir sabias...pero no lo creo, mejor digo acertadas y en su punto. Sólo quería que lo supieras.
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias por sus intensas palabras, querida. Eso de palparse el quico gordo lo interpreto de la manera mas obscena posible. Aunque puede que quizás sea que esta noche verá usted la televisión mientras devora quicos tamaño XXL. Quicos... maiz... ya sabe.
EliminarSi necesita que la echen una mano aquí me tiene, si necesita algo mas que una mano, me complace informarle que tengo dos.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Estimado Sr. Gili,
ResponderEliminarno miento cuando digo que se supera a sí mismo y nos muestra el camino. Hoy practicaré en la oficina y en el bar.
Siempre suyo.
Practique usted mi querido Félix, cuanto mas practique mas posibilidades tendrá de vivir en la maravillosa mentira.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Todos mentimos. La gente que dice que siempre dice la verdad, una mentirosa... Cordiales saludos.
ResponderEliminarLa mentira es la mejor verdad, sin lugar a dudas, querida.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Muy buen elogio a la mentira. Mentiras o verdades aperte, yo lo quiero mucho.
ResponderEliminarGracias querida, de verdad (que no de mentira)
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Es sin duda alguna tu mejor entrada
ResponderEliminarGracias Juan Jose... imagino que dirá usted la verdad.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Estimado Sr. G. :
ResponderEliminarEn realidad, todos sabemos que usted está felizmente casado, tiene dos hijos, vive en Santander y se parece a Leonardo DiCaprio.
Un saludo,
Carla Bruni
Querida Dana, ha acertado usted en todo menos en lo de Leonardo Dicaprio. En realidad me parezco a George Clooney.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
De lo demás, no sé, pero que vive en Santander es mentira, porque su forma de escribir no engaña. Fernando vive en Barcelona. Además el otro día lo vi por la calle Aribau. Besotes.
ResponderEliminarQuerida Ana, es cierto que puedo usted verme en la calle Aribau. Voy mucho pero le asegiuro que en el Club Muchachas Deliciosas (Aribau esquina Córcega) también se puede tomar una cerveza sin pillar cacho. En realidad siempre estoy ahí porque me gusta la tipografía de la carta de vinos.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Era todo ironía! :) como la entrada va de las mentiras...
ResponderEliminarEntre ironía y mentira hay tanta diferencia como entre la obra de Van Gogh y Mariano Rajoy.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Magistralmente ha expuesto la contradicción en las contraposiciones de verdad-mentira-credulidad o incredulidad. Lo medular es que una mentira no cause daño y de preferencia un beneficio. Aunque no necesita uno mentir si francamente admite escribir ficción.
ResponderEliminarSi en verdad vive tan lejos y calza tan grande como dice se puede agarrar una raqueta de pin pon al falo y romper algún record en you tube, pero habrá que entrenar.
Querido Carlos, le agradezco su recomendación pero llega tarde... soy campeón de Espala de ping pong con falo (categoría mas de 25 cms). Pero gracias igualmente.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Nos encantan las mentiras, si están dichas de verdad.
ResponderEliminarLa mente de la gente desde luego no está preparada para la verdad, eso es así.
Querida Rita, la mente está preparada para la verdad, pero solo si es la verdad que quieren escuchar.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Querida Susana Molina, siento haberla copiado aunque si la vendetta incluye a mi atado en una cama de un motel de California y a usted vestida de Dominatrix azotándome... entonces me pensaré seriamente el seguir copiandola. :)
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
El 90% de los mensajes, incluído el mío, provienen de mujeres. ¡Madre mía! Damos con un gilipollas que además nos dice que es mentiroso y corremos atraídas como las mariposas corren a la luz.... porque la verdad es que nos parece interesante, lo que corrobora la hipótesis de que vivimos de mentiras, que nos complace lo ambiguo y nos sentimos cómodos con "realidad" que podemos moldear a nuestro gusto; en especial las mujeres.
ResponderEliminarSalut!
No he entendido absolutamente nada, pero tiene usted toda la razón.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas