No hace falta explicar que ha
sucedió en Paris la semana pasada. Para quien lo desconozca, sucedió que unos anormales (ni terroristas ni
integristas… simplemente anormales) asesinaron de manera cobarde a varias personas y lo hicieron en nombre de alguien a quien ni tan siquiera conocen.
Anormales los hay en todos lados
actuando en nombre de cualquier excusa válida para dejar suelta toda la rabia
que alguien se encarga de alimentar pacientemente durante años. Eso siempre ha sucedido y siempre sucederá y deberemos acostumbrarnos a ello.
Pero resulta que los asesinados eran (en su mayoría) humoristas. Usar el humor contra algo que no
te gusta es la manera más inocente de enfrentarte a alguien. Puedes reírte de alguien porque no te gustan sus ideas, sus actos o su peinado. ¿Qué más da? Estamos
hablando de humor y el humor siempre es inocuo excepto para aquellos que
carecen de sentido del humor.
Iba a escribir la semana pasada,
inmediatamente después de los hechos, sobre esos anormales que asesinaron a unas personas en París pero no lo hice. Hay gente que, en caliente, escribe
mucho mejor que yo. Lo han hecho de todas las formas posibles, con textos,
fotomontajes o dibujos.Todos lo han hecho de manera maravillosa, bravo por ellos. Bravo por combatir la anormalidad con inteligencia.
Yo no me considero un gran
humorista, solo una persona con un gran sentido del humor. Tampoco soy un
valiente, para mí es muy fácil poner una caricatura de Mahoma en este blog
porque nadie sabe quién soy.
Los humoristas de Charlie Hebdo
asesinados la semana pasada tenían un gran sentido del humor y lo hacían a cara
descubierta. Pero su valentía no radica en asumir el riesgo propio sino en que asumían también el riesgo en
nombre de quienes les leían (nosotros). Y han pagado con su vida la osadía de
hacer reír a los demás. ¿Que no os gustaba su humor? Pues no os riais, simplemente. Pero eso no resta mérito a lo que hacían.
No hablaré de libertad de
expresión porque eso es algo que no me importa demasiado. Siempre vendrá un
tonto a decirme sobre lo que no debo o no puedo hacer humor y siempre le
contestaré lo mismo: si no te gusta, no te rías. Nuestra libertad en hacer
humor es la libertad de los demás en no reírse o no leernos. Poner limites a la libertad de expresión en el humor es algo que carece de todo sentido... y si algo no tiene limites o bien no existe o es el bañador de Falete.
Ir más allá, asesinar porque no te gusta el humor que hago,
no tiene nada que ver con la libertad de expresión sino con que tu eres un anormal.
Brillante. Y muy cierto.
ResponderEliminarCierto si, brillante me temo que no. Pero gracias.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Si nos borran la sonrisa de la boca nos roban el alma.
ResponderEliminarReírnos de la anormalidad es lo menos que podemos hacer.
:)
Lo malo de todo esto, querido amigo, es que ni tan siquiera son conscientes de su anormalidad.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Completamente de acuerdo. Muy interesante esta puntualización: "su valentía no radica en asumir el riesgo propio sino en que asumían también el riesgo en nombre de quienes les leían (nosotros)". Se jugaron el pellejo por unas risas de sus lectores. Eso es ser valiente: defender la risa. Magistral.
ResponderEliminarGracias querida. Su texto sobre el tema también es magnifico.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Como digo siempre, el humor siempre es humor. Otra cosa es que te parezca de mejor o peor gusto o que haya cosas con las que a uno no le guste hacer humor pero para eso uno tiene la libertad de elegir. Y que no nos la quiten nunca. Un besote!!!
ResponderEliminarLibertad de elegir. No libertad de matar.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
No hay nada más molesto que el humor sobre todo si el que tienes enfrente carece de él. Ni nada más hiriente que una risa si critica los actos cometidos por algunos que se creen más allá del bien y del mal, y no tienen poder de decisión ni tan siquiera sobre su propia vida.
ResponderEliminarDesde hace mucho tiempo me sobran todos los “ismos” y me faltan carcajadas.
Al final, la única religión que me interesa es aquella que se imparte en locales de lucecitas. El resto, ni agua. Muchas gracias por su comentario...
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
El humor les duele en el alma porque carecen de sentido del humor, en efecto. Gracias por su comentario, querida.
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas