"El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla... está hecho" (Groucho Marx)

25 may 2014

El maravilloso mundo del camping



De todas las prácticas que ha inventado el ser humano para diferenciarse de los mapaches o de las perchas de armario, puede que la práctica del camping sea la más grotesca de todas. Si la analizamos no hay nada mínimamente sostenible (inteligente) en coger tu coche, llenarlo de baratijas compradas en el Decathlon y desplazarse hasta un trozo de tierra para vivir como nuestros antepasados junto a otros lerdos, convencidos de que el camping “La Ballena Alegre” es un resort de cinco estrellas. Vámonos de vacaciones pero… ¿para qué ir a un cómodo hotel con aire acondicionado y minibar? Vayamos a una tienda de plástico clavada en el suelo con mosquitos, barro y los lavabos a tomar por el culo de lejos. Vamos a pasar calor, no poder dormir por los ronquidos del vecino o la borrachera de los ingleses de la tienda de al lado, vamos a ducharnos en duchas comunitarias cuyos azulejos hace cincuenta años que ven los mismos culos blancos, vamos a lavar los platos en un barreño como hacían nuestras abuelas y vamos a socializar con personas cuyo gusto vistiendo está mas allá de lo razonable. Y encima vamos a pagar por ello. Porque esa es otra. ¿Se han dado cuenta ustedes de cómo viste la gente en un camping? ¿Ves a ese tipo con pantalones cortos de los años ochenta, camiseta rota y una gorra con publicidad? Es consejero delegado de un importante banco. ¿Ves a ese otro en calzoncillos frente a una barbacoa mientras el sudor es su segunda piel? Es un importante abogado. ¿Ves a esa mujer de mediana edad a la que deberían prohibirle por ley mostrarse en bikini? Es la decana de la facultad de filosofía. El camping es a la moda lo que Belén Esteban a la física cuántica.

Un ardiente defensor del camping me argumentó que, por ejemplo, puede levantarse a dos de la mañana para coger sus aparejos e ir a pescar a la playa cercana bajo un cielo lleno de estrellas. ¿Y eso es una ventaja? Si estás en un hotel de cinco estrellas en Las Vegas puedes despertarte a cualquier hora de la noche e ir a pescar a una prostituta bajo las luces de neón. Eso sí que es una ventaja. Teóricamente el camping otorga la libertad de no tener que coger un ascensor para bajar a la calle, lo que olvidan es todo cuanto rodea a ese ascensor: el aire acondicionado, los gin tonics en el bar del hotel, el servicio de habitaciones o las toallas limpias. Algunos seres humanos creen que han de trabajar todo el año para luego perder toda su dignidad e ir a dormir a un trozo de bosque junto a otros humanos que también hace años que perdieron su dignidad. Y lo peor es que defienden esta locura con uñas y dientes. Un fumador no puede dejar de fumar pero sabe que es dañino e incluso recomienda a sus hijos que no lo hagan. Un tipo que conduzca un coche a doscientos por hora sabe que ese placer breve puede llevarle a la muerte. Pero los campistas no, esos saben que son muertos en vida y continúan defendiendo que no hay nada mejor que vestirse como un pordiosero, comer en platos de plástico y dormir en el suelo.

¿Y qué me dicen de las autocaravanas? Hay unos espacios en los campings donde se plantan grandes autocaravanas que nunca más se moverán de ahí (incluso a algunas les han extirpado las ruedas). Si quieres lujo barato vete a Marina D’Or, que al menos allí la cerveza está fresca. Hay personas que se empeñan en asegurar que un trozo de contrachapado y muebles de plástico son mejores que una villa en la toscana. Lo que más me fascina de los autocaravanas es este trozo de plástico con una nevera de segunda mano y un fogón de la guerra civil a la que, todo digno, se empeñan en llamar “despensa” o “cocina”. Es como si a los becarios de Intereconomia le llamásemos periodistas o a Mariano Rajoy le llamásemos inteligente. El calor que se cuece en el interior de las autocaravanas reblandece el cerebro del campista y le hace creer que vive en un mundo de ilusión y top models de revista. Por cierto ¿Por qué las llaman autocaravanas si nunca hay un automóvil enganchado a ellas? ¿O por que las llaman casas móviles cuando agonizan durante años en la misma parcela del camping?

Tampoco voy a perder demasiado tiempo en analizar eso que se llama “bungalow” y no deja de ser una cabaña prefabricada que te cobran a precio de suite presidencial. Estoy convencido que ir a un bungalow solo sirve para poder reírte de los que no duermen en bungalows.

¿Y los niños correteando a todas horas como si hubiesen repartido drogas gratis? ¿Y la gente gritando de tienda a tienda como si se les hubiesen estropeado los audífonos? ¿Y esas interminables partidas de cartas a la luz de un camping gas donde solo nos falta un cartel que diga “mosquitos a mi”? ¿Y ese supermercado tercermundista donde solo venden papel higiénico, anchoas en lata y helados? Por no hablar de la piscina diminuta que solo abre cuando el vigilante (un escuálido adolescente) se acuerda de donde ha dejado las llaves. ¿Y que me dicen de esa discoteca que es una tarima en el bar donde un señor viejuno pone discos de Rafaella Carra mientras luces de colores parpadean junto a la máquina de tábaco? ¿Y ese doctor de camping que parece un estudiante de cocina que no recuerda donde dejó la mercromina? ¿Y ese cartel que dice "Playa a 100 metros" y después tienes que cruzar caminando dos provincias para llegar al mar?

Si quieren ustedes convertir sus vidas en un ridículo ejercicio: adelante. Pero dejen de vendernos que el camping es maravilloso. El camping solo es maravilloso cuando media docena de suecas con escaso apego a vestir, plantan su tienda junto a la tuya. Y aun y así, el camping sigue siendo una mierda.


29 comentarios:

  1. Creo que la única vez que fui de camping debía yo tener unos ocho años. Me bastó para darme cuenta de que aquello no era ni medio normal y no he vuelto a repetir experiencia. Besotes!!!

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    1. Que suerte querida... a mi no me dejaron escapar hasta los ocho años.

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  2. Pues hombre...cada uno habla según su experiencia. La mía es totalmente distinta, seguramente porque he visto muchos más campings. Pasa con los hoteles también; los hay extraordinarios pero hay otros en los que ese aire acondicionado no funciona, los gin-tonics están aguados (como poco) y el servicio de habitaciones ni está ni se le espera. Y yo los uso mucho por mi trabajo.
    La experiencia facilita la comparación. Si odias todo lo que has descrito, prueba una multitud de campings españoles y europeos que presumen de ser todo lo contrario de lo que describes. A mí tampoco me gustaría ese camping pero me encantan otro montón que conozco. Y en muchos ponen unos gin-tonics de muerte. Aunque yo soy más de cuba-libre de Bacardí.

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    1. El humor es como las elecciones europeas. No siempre llueve a gusto de todos.

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      Un completo gilipollas

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  3. Jajajajaja...!! no puedo más...!! es increíblemente real y desternillante...

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    1. Gracias querida. Lo de real no se yo...

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      Un completo gilipollas

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  4. Me he reído mucho leyéndole, Sr. Gilipollas, estoy completamente de acuerdo con usted

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    1. Muchisimas gracias Sonia. Estar de acuerdo en algo siempre es el inicio de algo.

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  5. Hola señores, un saludo . Cuánto tiempo... me alegra veros activos. Ah! a mí me encantan los campings, tengo una foto de hace 4 días vestida de spiderman para ir al baño... gloriosa, es que no tengo glamour al contrario que ustedes.

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    1. Querida ni la breve. Bienvuelta. ¿Que precio tiene esa foto? Estoy dispuesto a hipotecar mi plaza de parking para verla.

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  6. Una ballena feliz en un camping?
    Yo nunca he ido de camping. Puede que la ballena tampoco y por eso es feliz.

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    1. El camping La Ballena azul está cercano a Barcelona y le aseguro que tiene poco de feliz y mucho de olor a naftalina.

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  7. Estimado Sr. G,

    Una entrada brillante, fresca y con el humor que a mí me gusta.

    Saludos,

    Dana

    P.D. Me ha convencido. Nunca iré de camping.

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    1. Una pena, usted se lo pierde. Yo me crié pasando las vacaciones en campings con mis padres y mis hermanos por toda Europa. Los encontramos buenos y malos, como en cualquier actividad. Lo bueno que tiene llevar tu apartamento contigo es que cuando el camping no te gusta, te vas a otro y en paz, cosa que no te suele pasar en un hotel pagado de antemano. Y además, no conozco un modo de vacaciones mejor para que los chavales aprendan lo que es la responsabilidad, el respeto a los demás y a la Naturaleza. Un campista verdadero no tiene nada que ver con lo que ha descrito el propietario del blog más arriba y se guía por el antiguo decálogo campista, el cual cada vez está más en desuso.

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    2. Estimado Eduardo, esto es un blog de huos. Si quiere hacer usted apologia del campista estoy seguro que encontrará cientos de caducos aunque documentados y rigurosos blogs donde elogian las virtudes de tan ridiculo ejercicio.

      Siempre suyo
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  8. ¡Ah! Pues si no puedo apologar, no apologo ni un minuto más. No entiendo lo de un blog de huos pero, de cualquier modo, que ustedes lo sigan bien. Ya nos veremos en algún camping.

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    1. Ademas de guapo e inteligente... usted nunca comete errores ortográficos. Que pena que sea campista porque parecía usted mi amor homosexual perfecto.

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  9. Creo que no has mencionado las hormigas. Y esa falta de intimidad constante. No hablas de los ronquidos y los pedos que salen de las tiendas de al lado a las tantas de la mañana. Es todo maravilloso. Ahora, lo reconozco, soy culpable. Hace muchos muchos muchos años alquilé un bungalow de juguete en el irresistible Ballena y asistí estupefecta a la elección de Miss Ballena Alegre. Sí, tienen concursos de mises. La elegida tenía todas las aptitudes para llevar el título con honor

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    1. Querida Susana. Nosotros también alquilamos un bungalow en la irresistible ballena que había antes de Casteldefels. Ahora entiendo todo...

      Yo fui mister Ballena Alegre 1984 pero prefiero no hablar de mis problemas de sobrepeso.


      Siempre suyo
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  10. No mientas. En el 84 no hubo certamen. Ahora lo entiendo todo. Nos une un bungalow. Siempre nos quedará la ballena.

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    1. Anoche soñé que usted era el Capitán Ahab y yo una ballena nada alegre... Mejor que nos una un bungalow a que nos separe una Tienda ARPENAZ FAMILY 4.2 concebida para 4 personas que buscan una tienda con 2 habitaciones separadas y opuestas. 4 plazas en 2 habitaciones. Habitáculo alto con piso tipo cubeta. Doble techo del habitáculo forrado para airear y limitar la condensación. (respuesta patrocinada por Decathlon).

      Siempre suyo
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  11. Menos mal que le has puesto el nombre correcto a tu blog, por que sino no me explicaría nada...
    Lo que no llego a entender es el calificativo que necesitarían tus lectores habituales por disfrutar de tal sarta de sandeces gratuitas y sin pizca de gracia.
    Espeluznante!!!
    PD: y que conste que yo he llegado aquí de rebote al ser incapaz de creer lo que leia en un artículo en el que lo citaban.

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    1. Vaya, otro campista troll acomplejado. En fin... no se preocupe usted. La psiquiatría ha avanzado mucho en los últimos años. O eso o buscar un acantilado bien alto y formular un ultimo deseo. Todos se lo agradeceremos, de nada.


      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  12. Este que escribe el artículo creo que le falta solidaridad y respeto, y me gustaría ver a sus hijos en un hotel de 5 estrellas a ver si disfrutan los que disfrutan en un camping. Y me muerdo la lengua.

    Saludos de un cromañon Fernando gilipollas

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    1. Este que escribe el "artículo" se complace en informarle que este es un blog satírico de humor, si quiere "artículos" rigurosos y sesudos puede comprar el "Caza y Pesca" o el "Roulottes para gente aburrida". De nada. Y no se muerda la lengua usted, que ya suficiente castigo tiene con su escaso sentido del humor. ¡Animo!

      Siempre suyo
      Un completo gilipollas

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  13. JA JA JA Nunca me había reido tanto :|

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  14. Pues yo pasé una bonita infancia con mi familia y muchos amigos holandéses.
    Que ratos más divertidos entro de las tiendas, caravanas, los baños en el mar, incluso mi primer beso adolescente viví en la Ballena Alegre.

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  15. Pues yo fui muy feliz allí, en el camping de la Ballena Alegre

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  16. Pues yo pasé una infancia muy feliz en los veranos de la Ballena Alegre.

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