En la vida existen dos maneras de
enfrentarte a los demás, o bien eres un dulce osito de caramelo o bien eres un cabrón del
tamaño del estadio de un equipo que juega la Champions. También puedes intentar ser tu mismo pero
entonces tienes tanto futuro como un recién nacido flotando en un embravecido
mar y rodeado de hambrientos tiburones blancos. Desde este blog he teorizado sobre la necesidad de la mentira. Sobre todo en las relaciones con los demás.
La verdad está sobrevalorada porque es una debilidad en un mundo lleno de depredadores. Ir con la verdad por delante es como pretender sobrevivir en la selva armado con papel de liar y un palillo usado.
No obstante, hoy les hablaré de
la mentira enfocada a la caza del placer. Hay gente que miente por conseguir
dinero, por conseguir fama o por conseguir poder. Teniendo dinero, fama o
poder, puedes conseguir cuanto placer desees, pero para conseguir todo ese
dinero, fama o poder se necesitan años de esfuerzo en el que poca gente quiere invertir. Como en el tema de si la pizza ha de llevar piña o no, solo hay dos posibilidades: o bien tu padre, dueño
de uno de los bancos más famosos del país, muere de repente en plena noche de un fulminante ataque al corazón con su cabeza entre las piernas de una stripper cuarenta años más joven que él... o bien eres un mentiroso de tomo y lomo.
Yo procedo a saltarme todos esos preliminares porque no se quien es mi padre e iré directo al placer y lo haré con mi mejor mentira colgada en la cara, a la altura de los ojos.
Yo procedo a saltarme todos esos preliminares porque no se quien es mi padre e iré directo al placer y lo haré con mi mejor mentira colgada en la cara, a la altura de los ojos.
Para conseguir placer, lo mejor
es acudir a un lugar donde haya muchas personas. Mujeres, hombres o enanos
disfrazados de pastorcilla, cada uno que escoja lo que quiera. A mi me gustan las nórdicas disfrazadas de soprano de "El anillo de los Nibelungos". Es como cuando sales a pescar, siempre se consiguen mejor resultados navegando sobre una
banco de peces que en una piscina inflable. Los conciertos, manifestaciones y
partidos de fútbol es donde hay más gente pero no parece inteligente intentar
fornicar con una adolescente histérica, una perroflauta o una hincha. Tienen
demasiada personalidad… o demasiada poca.
Hay que pescar en discotecas de madrugada. Los peces de noche y confusos pican mejor el cebo.
Hay que pescar en discotecas de madrugada. Los peces de noche y confusos pican mejor el cebo.
Lo primero que han de hacer es
crearse un personaje. Yo antes me inspiraba en el Stallone de los 80s pero
ahora he escogido el personaje que interpretaba Leonardo Di Caprio en “El lobo
de Wall Street”. Puede que el físico no me acompañe pero lo que importa es la
actitud ganadora. Tener un pene de 35 cms también ayuda.
Cualquier viernes por la noche,
me dejo caer en una de las muchas discotecas de Barcelona, no son las mejores discotecas porque ahí están
las mejores mujeres pero también los mejores contrincantes. Me dejo caer en una
de las muchas discotecas de gente de más de cuarenta (cincuenta e incluso
sesenta) donde señoras recién salidas de la peluquería se esfuerzan por
recuperar una época que hace demasiados años les abandonó para siempre. Pescar en un lugar
así es relativamente fácil pero eso no evita que uno tenga que crearse el personaje y
llevarlo hasta el límite. Les digo que soy corredor de bolsa, que tengo un
deportivo aparcado cerca de la discoteca, les digo que vivo en una lujosa torre
en Pedralbes, el barrio mas exclusivo de la ciudad, les digo todas las mentiras
que quieren creer y rezo porque la oscuridad de la discoteca les impida ver que
visto ropa del Zara, gafas rotas, peinado de peluquería china (final feliz
incluido) y sandalias.
-Me llamo Jordan Belfort -comienzo mi discurso susurrándoles al oído (e intentando no escupir)- y no estoy en esta discoteca para venderte un bolígrafo a las cuatro de la mañana sino para que necesites un bolígrafo con el que apuntar mi teléfono, porque soy tan irresistible que pronto resbalarás en un charco que se está formando entre tus muslos. Soy el Lobo de Barcelona, el tipo mas seductor que nunca hayas conocido y, a juzgar por tu edad, nunca conocerás.
-Me llamo Jordan Belfort -comienzo mi discurso susurrándoles al oído (e intentando no escupir)- y no estoy en esta discoteca para venderte un bolígrafo a las cuatro de la mañana sino para que necesites un bolígrafo con el que apuntar mi teléfono, porque soy tan irresistible que pronto resbalarás en un charco que se está formando entre tus muslos. Soy el Lobo de Barcelona, el tipo mas seductor que nunca hayas conocido y, a juzgar por tu edad, nunca conocerás.
Cuando mientes y lo haces bien,
la gente cree lo que dices porque les gustaría creer que lo que dices es
verdad. A todas esas mujeres les gustaría creer que soy Leonardo Di Caprio. Este es el secreto del buen engaño, que la gente, a las cuatro de la mañana y
después de tres gintonics, quieren ser engañados. Todos sin excepción.
Nunca me ha funcionado, también es verdad.
Nunca me ha funcionado, también es verdad.
Usted no desista, que con alguien funcionará. No sé por qué pero a este plan le veo posibilidades. Cordiales saludos.
ResponderEliminarGracias querida, usted siempre viendo donde no hay.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Gracias querida, yo es que soy muy apañado, por eso no necesito robot de cocina ni sirvienta eslovaca. ¿Aun existe Eslovenia?
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Yo les digo que me llamo Laura y que tengo 28 años. Siempre me funciona. Pruebe usted a ver...
ResponderEliminar¿Usted cree que si a las mujeres les digo que me llamo Laura y tengo 28 años funcionará? No se yo...
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
¿Eso duele?
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
La mentira como arma de supervivencia, interesante... eso explicaría muchas cosas. Voy a seguir leyendo.
ResponderEliminarEncantada de haber aterrizado en su blog.
Gracias querida. La mentira como arma de supervivencia la ve usted a diario, solo hay que abrir un ídem.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas