Hace no demasiado que me abordó un conocido en un bar cercano, me vio y se acercó a mi apartando ruidosamente sillas metálicas a su paso y sosteniendo con sorprendente equilibrio un carajillo de anís. Cuando estuvo frente a mí, me señaló con un sucio palillo.
-Eh tu, gilipollas. ¿Ya has ligado?
No recordaba su nombre pero si recordaba haberlo visto hablando con todos, sabio cotidiano que sabe más por beodo que por perro. Nunca se había dirigido a mí pero ahora lo hacía, de manera desafiante. ¿Cómo es posible que una historia comience de está manera? Un vecino llamándome gilipollas en un bar. No debería extrañarme.
-No he ligado aun, señor.
Entonces el tipo me apresó con inusitada fuerza del hombro y me arrastró hasta una mesa.
-Invítame a otro carajillo, gilipollas. Ahora.
Le invité, claro. No todos los días uno tenía una oportunidad como aquella de acceder a tal torrente de sabiduría popular.
-No consigo ligar –me quejé amargamente bebiendo mi cerveza.
-¿Sabes cuál es el problema? Escoges siempre a la mujer equivocada.
-Menuda novedad.
-Buscas la más hermosa ¿no? Buscas a la mejor… ¿Quien quiere la mujer más hermosa, los hijos más prefectos, la compañera mejor dotada intelectualmente, los amigos más divertidos? Todo conforma una falacia de magnas proporciones, un ideal que nunca debería existir. La felicidad radica en las cotidianas imperfecciones y son esas damas tristes las cuales huyendo de su aparente imperfección, refúgiense de de la melancolía en abrazos ajenos.
¿Que idioma estaba utilizando aquel tipo? No había entendido absolutamente nada.
¿Que idioma estaba utilizando aquel tipo? No había entendido absolutamente nada.
-No he entendido absolutamente nada.
-Que las tristes son más fáciles.
-¿Y dónde encuentro a una triste?
-En un parque en otoño, en una librería un lluvioso día de invierno o en la filmoteca en verano. Las reconocerás porque van vestidas con ropas tristes, tienen el pelo descolorido recogido en un moño y caminan con la vista clavada en el suelo. Suelen llevar libros de poesía bajo el brazo y suspiran constantemente, como si fuesen a fallecer en cualquier instante. Si les dices lo que quieren escuchar serán tuyas. Las mujeres tristes son como un bidón de gasolina, solo tienes que acercar una cerilla encendida.
-¿Está hablando de mi pene?
-Tú eres gilipollas, nene.
Y diciendo esto desapareció del bar.
Si no lo había entendido mal debía buscar a una mujer triste, una tristeza surgida desde la más arraigada melancolía del desamor, como la desgarradora melodía de un solo de violonchelo en un entierro. Era fácil, sabía donde encontrar a esa mujer. El bar más triste de Barcelona, un lugar donde las baladas y la poesía eran la moneda de cambio con las que pagar largas copas de vino dulce. Un bar de madera en el barrio de Santa Catalina donde los camareros lucían vistosos y antiguos bigotes y llevaban delantales blancos. Un bar repleto de heridos por la cultura mas lumpen al que yo nunca hubiese entrado de no ser porque buscaba a la mujer más triste del mundo.
Desde luego, la encontré.
Estaba sentada en una de las mesas del fondo, sola. Sus ojos me miraron y en ese momento me parecieron tan tristes como los del besugo que lleva dos días sobre el hielo de la pescadería sin que nadie lo reclame. Su cuerpo podría haber invitado a mucho más que el pecado de la carne si no fuese por esos dos faros de desesperanza que invitaban al suicidio cuando te miraban. A los ojos me refiero, malpensados. Morena, con el pelo largo y lacio hasta la cintura, la piel blanca, casi transparente, los labios finos, desprovista toda ella del color de la vida. Iba vestida con una especie de jersey negro que le venía grande y una falda morada hasta los pies. A pesar del desafortunado ropaje su cuerpo se adivinaba delgado, grácil, estilizado. Y con dos inmensos melones que luchaban por escapar de su textil presidio. Lo más importante, vaya. Ahora si que hablo de sus tetas, malpensados.
Parecía la mujer más triste del mundo, mi trofeo.
Me presenté. Ella apenas movió la cabeza desde el libro que leía, "Teo va al funeral". Siguiendo una invitación inexistente, tomé asiento a su lado y comencé a contarle acerca de mi vida. No conozco historia más triste. Ella parecía seguirme con un fingido interés que iba en aumento proporcional al número de mis desgracias. Cuando hube acabado las lágrimas surcaban su rostro cual húmedas cicatrices. La mujer acababa de convertirse en la definición de lo que significa la compasión.
-Que vida más triste -dijo ella enjuagándose con un pañuelo blanco de encaje.
-¿Fornicamos entonces? -pregunté yo poniendo una de mis dos manos en sus dos pechos.
No quedaban más manos, tampoco más pechos.
La bofetada fue monumental, de esas que resuenan en toda la maldita ciudad durante semanas. Debía haberlo imaginado: la vida -en ocasiones- es demasiado compleja para alguien tan simple como yo. Tambien dolorosa. Muy dolorosa.
Quien dice la vida dice el fornicio.
hola guapeton!!!
ResponderEliminarno hay mujeres tristes....sino hombres que no satisfacen...
xoxo
another woman
Sexo por compasión
ResponderEliminarmala mezcolanza Gilipollas
Besos
Le pienso contar esta historia a toda cuanta mujer emo surja en mi vida a ver que tal reacciona
ResponderEliminarJajajaja con cada entrada se supera, Mr. Gilipollas. Por cierto, ¿Teo? ¿El de El Viaje de Teo? ¿Y a qué funeral iba, al suyo?
ResponderEliminarConsejo para El ángel de Gaia: yo no lo haría, señor, salvo que quiera que le inflen a h...
Teo va al funeral. Con esa te luciste :)
ResponderEliminarQuerido señor Gilipollas....cómo se le ocurre cogerle una teta en pleno llanto?!! Haberla dejado que terminara de limpiarse las lágrimas y sonado los mocos!!!! La bofetada fue porque la interrumpió usted!
ResponderEliminarY por cierto qué bonito lo de "la felicidad radica en las cotidianas imperfecciones", todo un poeta el señor del carajllo y el palillo....
Un beso, señor Gilipollas
El destino ha hablado en forma de ostia...hacia ti. Dos personas tan tristes no deben estar juntas. Si lo estuvieran ya no nos contarias estas fntasticas historias. Por cierto...como ese borracho sabia que tu apellido es gilipollas?. Intuicion?
ResponderEliminarpor cierto que si sigues contándolo todo por aqui te vas a quedar sin estrategias! que sera de la vida de un gilipollas sin estrategias?
ResponderEliminar¿ Teo va al funeral?... No puedo seguir leyendo, de repente me hago pis y me ha dado tos...
ResponderEliminarAravengo.
Hizo bien poniendole las manos en los pechos, seguramente la culpa es del tipo del bar que le ha dado mal las directrices.
ResponderEliminarCuando se tocan unos pechos ha de ser con alegría, claro, les vas con penas y se rebelan.
ResponderEliminarCreo que todavía llegan ecos de la rehostia que te metió. Una pena.
Prueba en el tanatorio más próximo con una viuda o huerfanita reciente ¡¡ igual hay suerte!!!
Besos y Muas.
Con lo elegante que estaba hoy...¡y tenía que decir melones!
ResponderEliminarAsí le va.
;DD
Si es que se te fue la mano antes de tiempo, tras la llantina un poquito de cariño no ir tan directo al grano!!. Saludos
ResponderEliminarMe recuerda al Cuqui de "La que se avecina", que cuando se pone sensible con la ex mujer le suelta "Quieres salami?" mientras la ex llora. Hay que saber ver el momento :)
ResponderEliminarUn saludo
Deja a las mujeres tristes que bastante tienen ya con lo suyo, ¿no? Vete de putas, que es más fácil...o... ¡espera! podrías dejar de ser un completo gilipollas y así seguro que ligabas un poco más.
ResponderEliminarIgualmente, aunque me den ganas de asesinarte con un machete, me gusta mucho como escribes.
Un saludo
Me ha gustado la entrada, incluso esperaba un final feliz! Pero claro... su comportamiento no ayuda a eso. Mejor así, que luego ella hubiese estado más triste aún.
ResponderEliminarQue vaya bien Sr. Gilipollas.
Triste y Gilipollas, muy triste.
ResponderEliminarSi se trata de entristecer a una mujer para obtener fornicio, cuéntele sus historias, seguro que alguna se enternece con tanto fracaso.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTu personaje es del todo inoportuno, pero del escritor... y de verdad no estaría dispuesto a dejar su anonimato? Yo por conocerle soy capaz de firmar un contrato de silencio.
ResponderEliminarAinss, es que te precipitaste....hombre si ya la tenías en el bote!!!...inténtalo otro día, que yo creo que vas por buen camino...(no con la misma, evidentemente)
ResponderEliminarÁnimo
Un besote Completisimo...
ResponderEliminary no diga tetas como melones, por Dios, es mucho más apropiado:
pechos como melones...
Estoy con NI la breve, dónde tengo que firmar?
ResponderEliminar¡Hummm!Estoy empezando a pensar que yo también soy gilipollas, porque solo féminas dejan comentarios. O puede ser que sea gay, pero ya es un poco tarde para eso. Así que me quedo en gilipollas. ¡En fin!, tampoco es tan grave, ¡somos tantos!
ResponderEliminarEstimado Sr.Gili, creo que es más facil con una mujer alegre, pero por si acaso, no le plante las dos manos en las mismas a la primera que vea reírse, o terminará dolorido. Un beso
ResponderEliminarPredecible final, al final para ligar vas a necesitar un bar abarrotado, una mujer extranjera muy borracha, que sea de noche, y que lleves unas gafas de sol que tapen tooooda tu cara.
ResponderEliminarUn saludo.
Tiene que aceptarlo, lo habia estado haciendo de pu*ísima madre, un segundo antes del final creí que por fin fornicaba. Esto le falló: Debió evitar contarle su vida, estoy seguro que ella se convenció que su vida (la de ella) no era la más triste después de todo, por ende, que le toquen las tetas, si importaba. Ya casi.
ResponderEliminarY el amigo, ese que lo llamó gilipollas, tiene mucha razón. La vida está llena de imperfecciones, no se si la felicidad radica en eso, pero no hay perfecto.
Un saludo.
Las mujeres tristes no se satisfacen ni con buenos hombres. :)))
ResponderEliminarxoxo
B* a la Moda
Te pierde la manera de concluir el "inicio" de la faena. No sé si me explico. Jajajaja. Pero vamos que no me creo nada. No puede haber un señor tan gilipollas en el mundo como para comportarse de esta manera.
ResponderEliminarHay mujeres que nacieron por y para amargarse y amargar. Los hombres simplemente, pasan.
ResponderEliminarUn besazo,
Ana
Querida anotherwomanbyrose . No hay hombres que no satisfacen… sino hombres gilipollas
ResponderEliminarQuerida Cruela. Sexo por compasión, en efecto. Aunque nunca me ha servido siempre lo utilizo. Soy como Mourinho con las alineaciones del Real Madrid.
Estimado El ángel de Gaia. Si le cuenta esta historia a toda mujer que conoce dígale que el gilipollas es leyenda. Una leyenda del fracaso, eso sí.
Querida Amaranta. Ese Teo, en efecto. No me pregunte porque la mujer más triste del mundo lo leía. No entiendo de literatura, aun menos de literatura infantil. Aun menos de literatura infantil triste.
Querida Adriana. Yo siempre intento lucirme, casi nunca lo consigo.
Querida Lau. No pienso leer "Teo se baña", suena demasía pederasta.
Querida Confused. Solo a mí se me ocurre rozar pechos en pleno llanto. Lo sé, soy un completo gilipollas. ¿Qué esperaba?
Estimado Luis. Usted asegura que dos personas tan tristes no deberían estar juntas. Yo aseguro que dos personas guapas tampoco. Los feos necesitamos una oportunidad. Respecto a cómo es que el sabio beodo conocía mi nombre es simple: éramos vecinos. Nada más.
Querida Blogboreta. ¿Pis y tos? Terrible combinación.
Estimado DDmx. Puede que el tipo del bar me diese malas directrices pero le aseguro que yo no soy un genio aplicándolas precisamente.
Querida El guardian del Faro. ¿Elegante yo? Se ha equivocado de blogger creo.
Querida silvianochesenblanco. ¿Cómo no ir directo al grano con una mujer hermosa? Que no somos de piedra, oiga usted.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Querida Prosapia. Amador es un referente de todo gilipollas que se precie. Me ha pillado usted. Prefiero la frase “¿echamos un pinchito?”. Un clásico…
ResponderEliminarQuerida Kalina. ¿Una mujer recomendándome que me vaya de putas? Dios existe. Por cierto, puede asesinarme con un machete si antes me besa.
Querida nubedealgodón. ¿Un final feliz en mis historias? Por favor…
Querido Papacangrejo. Mi vida es triste, sin más. Si quiere reír vaya a ver películas de autor.
Querida Marta. El sexo por compasión no funciona, se lo aseguro. Por cierto ¿le doy pena?
Queridas NI la breve y María. Solo estaría dispuesto a abandonar mi anonimato a cambio de sexo salvaje. Si es mujer, mejor. Con las dos aun mejor.
Querida aranfernu. ¿Precipitarme yo? Llevo siglos sin mojar el churro, es imposible no precipitarse.
Querida kamikaze- ¿Pechos como melones? De repente me han entrado unas ganas terribles de comer fruta.
Querida Alma. No estoy bueno que te mueres. Ahora entiendo porque todas las mujeres me abofetean cuando les toco los pechos. Maldita sea.
Estimado Carlos Galeon. Efectivamente solo féminas dejan comentarios, aunque para lo que me sirve…
Querida Pilar. Siempre acabo dolorido. Es el precio que he de pagar por ser gilipollas.
Querida teologiadeS. ¿Predecible final? Llevo dos años escribiendo siempre el mismo final y usted se sorprende…
Estimado Rafael. Siempre me equivoco en los finales que además de erróneos, acostumbran a ser muy dolorosos…
Querida B a la Moda. A mí no me satisface ninguna mujer, ni triste ni alegre.
Estimado hijoeputa. Y tanto que puede haber un señor tan gilipollas en el mundo como para comportarse de esta manera: YO:
Querida Ana Esther Méndez. Los hombres no pasamos, es que somos cortos de vista para según qué temas. Yo demasiado miope, claro.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Estimado sr. Gili:
ResponderEliminarMe parece que no llegó a entender usted muy bien las palabras de aquel viejo borracho amigo suyo. Si, es cierto, las mujeres tristes son más fáciles de contentar pues solo hay que llevar un poco de alegria a sus vidas, que como bien hizo usted fue contándole algo que, bien fuera cierto o no eso al fin y al cabo es indiferente, les hizo sentir que su vida no era tan... desgraciada digamos como ellas se piensan.
Pero el paso en falso fue tocarle usted las tetas! Pero hombre por Dios, para la proxima vez, llore usted un poquito y deje que sea ella quien quiera consolarle, entonces ahi viene el comienzo del magreo.
Y ahora que lo pienso, por que le doy consejos pa que se pueda meter entre las piernas de una mujer? Ah si, porque me cae usted bien.
Un saludo,
Sam.
Simple... ¿es lo mismo que gilipollas?. No sé, me deja usted con la duda...
ResponderEliminarQuerida Sam. No me de consejos de como meterme entre las piernas de una mujer. Limítese a dejarme meterme entre las suyas.
ResponderEliminarQuerido dezaragoza. Simple, de lo mas simple soy, créame. Tan simple que a veces me cuesta poner azúcar en los yogures...
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Jolin, si que eres gilipolla, chico.
ResponderEliminarVaya, yo estoy triste y no leo poesía... Ni para estar triste tengo estilo... ays...
ResponderEliminar(Besitos!)
Es que no se le peude hacer caso al primero que llega y que encima le llama a uno gilipollas...
ResponderEliminarLas cosas siempre hay que currarselas un poquito más..
Besos y susurros muy cálidos
Yo tengo un lema... "no todo vale" ... y no importa si es alegre o triste ... entrar a una mujer por triste, es muuuu triste! la más guapa puede sentirse igual o peor que la fea, se lo digo yo... todo es relativo... pero ir a por la fea para asegurar, ese si es feooo!!
ResponderEliminarBesotes de la Vaca!!
Querido sr Gili:
ResponderEliminarMe cae usted bien pero no taaaaannn bien XD
Besitosss
Querida Eva. En efecto, "gilipollas" es mi apellido.
ResponderEliminarQuerida Cris. Usted tiene estilo. Su estilo, claro.
Querida Yemaya. Me temo que si me lo curro mas me den la medalla al mérito del trabajo. Mas no puedo hacer.
Querida vacapaca. Todo es relativo y mi sequía es antológica. ¿Algún consejo?
Querida Sam. Tenía que intentarlo... entonces de fugarnos a las Bahamas en biquini ambos ni hablar... ¿no?
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Hola bloger desde este momento soy seguidora de tu blog,un completo gilipollas.
ResponderEliminarMe gusta tu blog.
Saludos cordiales de MA.
Yo sí que soy simple: he leído "la desgarradora melodía de un solo de violonchelo en un entierro" y me han entrado ganas hasta de llorar. Qué cosas... Ah, igual en lugar de simple soy una sentimental...
ResponderEliminarBeXo.
Uff Menos mal que no le ha funcionado la estrategia... para qué quiere usted una mujer triste? Para conseguir sexo triste...NO. Quite, quite...
ResponderEliminarHa probado en MONJAS ANÓNIMAS?
Un beso azul.
Querida MA, gracias mil.
ResponderEliminarQuerida Malena. No llore usted, mejor es humedecerse otra parte del cuerpo.
Querida El-la. Yo quiero una mujer triste para lo mismo que una mujer alegre: para el fornicio. Por error creí que las tristes eran mas fáciles.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Querido Fernando, ¿y no ha pensado en convocar una reunión de los seguidores de este blog?
ResponderEliminarTodas sus admiradas lectoras concentradas en un mismo espacio cerrado.
Ahí veo verdaderas posibilidades para usted.
Atentamente,
Gamma
Querida Gamma. He pensado en hacer una nudie party con todas ustedes, en efecto. Lo de "nudie" no me incluiría a mi, eso si.
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Eres un crack. ¿Es qué alguien duda que es mucho más difícil hacer reír que hacer llorar?
ResponderEliminarEstá claro que no entendió o no quiso entender lo que le dijo el beodo del bar, pero recuerde una cosa sólo los niños y los borrachos dicen la verdad, así que...
ResponderEliminarOtra bala desperdiciada, amigo.
Un saludo.
Estimado sr. Gili:
ResponderEliminarNo se yo si a usted le quedaría bien el bikini, seria divertido comprobarlo, quizás incluso le quede mejor que a mi, pero el viaje a las bahamas no está mal..
Besitosss,
Sam
Estimado Sr.G:
ResponderEliminarYo creo que con un par de introductorias frases más se la habría usted llevado al catre. Aprenda prolegómenos y será feliz.
P.D.: me ha encantado la metáfora del besugo.
Saludos,
Tiene usted el don de la inoportunidad... La chica más triste del mundo era suya y va usted y toca sus dos pechos con una sola mano... Ese fue el error: dos pechos, dos manos... Por cierto, la otra mano donde estaba... Es igual, mejor no responda.
ResponderEliminarSaludos.
como se te ocurre, estaba llorando la chica... crees que por su estado aceptaría la invitación a fornicar noooo, las tristes son las menos fáciles.
ResponderEliminarsaludos.
Estimado Pitt Tristán. A mi tanto hacer reír como hacer llorar me es tarea fácil, solo debo actuar como soy.
ResponderEliminarEstimado Savoy Truffle. Hice caso al borracho, la que no me hizo caso fue la fémina.
Querida Sam. Si me queda mejor a mi el bikini que a usted entonces aplacemos ese viaje a las Bahamas para otro siglo. Superficial que es uno.
Querida Dana. Aprendería prolegómenos si supiese lo que significa esa palabreja. ¿Es doloroso?
Estimado amigo Jauroles. La otra mano estaba ahí, en efecto. En el mismo lugar donde tiene usted la suya. No, en mi no... en usted!!!!
Querida Piri C. Pues yo pensaba que llorar era un buen comienzo, al menos ella ya estaba mojada.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Gilipollas, ha dado usted un paso importante: ha acertado en el tipo de mujer a la que buscar. Su problema es mas bien de método. Sea sutil y esas cosas.
ResponderEliminarQuerido Dani. Me pide que sea sutil pero me temo que eso es tan imposible como que Isabel Coixet deje de ser una gafapasta pedante.
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Me temo que al conocimiento de ese sabio cotidiano que sabe más por beodo que por perro, le faltaban un par de copas más, pues estuvo poco atinado.
ResponderEliminarA todo esto, estimado amigo,... ¿podría decirme ud. dónde estaba su otra mano, cuando se abalanzó sobre sus melones (perdón, pechos)?
Un saludo de SuperEhore
Ah, disculpe... suscribo lo de gafasta pedante aplicado a Isabel Coixet.
ResponderEliminarSi al final va a resultar que no es ud. tan gilipollas.
Es la primera vez que me paso por aquí...y no va a ser la última. Me encanta tu blog, hacía mucho tiempo que no me reía tantisimo al lerre un blog XD!!! Mis más sinceras felicitaciones, sigo las huellas de este gilipollas pues XD! ;)!!! Un abrazo enorme!!!
ResponderEliminarjajajjaja ay gilipollas¡¡ me gusta usted, y sabe pq? porque a pesar de los batacazos que se dá, no cesa en el intento, un besito tierno.
ResponderEliminarMi querido Sr. Gilipollas, las tristes son las más complejas, esas necesitan fornicación metafísica.Disciplina para la que sinceramente no le veo capacitación.
ResponderEliminarUn besito insolvente.
Ah, para finfir afinidad y allanar el terreno debió decirle que su libro de cabecera era de Cioran.
ResponderEliminarQuerido Sergio. No hace falta demasiada imaginación para saber donde estaba mi otra mano. Mas bien una imaginación malsana...
ResponderEliminarQuerida favole. Vuelva cuando quiera, yo pago las copas.
Querida Mara. El dia que cese en el intento... significará que habré muerto.
Querida Mujer Asilvestrada. Yo soy de lo mas disciplinado. Póngase un traje de Dominatrix y verá usted.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Jajajajajaja Gilipollas, buenísimo.
ResponderEliminarSaludos desde Noëlle's Coeur
Querida Coeur's Noe. Gracias.
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Me temía la colocación de la otra mano, que veo que estaba acompañada. Sólo era confirmarlo. Gracias.
ResponderEliminarSESENTAYNUEVE!!! :D
ResponderEliminaresto por aqui lo llaman OCD Obsessive Compulsive Disorder...
ResponderEliminarQuerido Sergio. Confirmado... para nuestra desgracia heterosexual.
ResponderEliminarQuerida Adriana. Yo lo llamo TCG (trastorno completo gilipollas)
Siempre suyo
Un completo gilipollas