Esta historia comienza cualquier sábado por la tarde en el
peor lugar del mundo donde acudir cualquier sábado por la tarde, si no tenemos en
cuenta esa fábrica de rupturas sentimentales que es el IKEA. El lugar era el Decathlon, esa
tienda de deportes donde los obesos acudimos con regularidad a comprar ropa.
¿Por qué nosotros? La ropa es barata, tienen tallas grandes (siempre puedes
convertir una canadiense en unos pantalones) y en la caja de pago hay
chocolatinas de avellanas, la droga de los pobres. En realidad es el único lugar
donde podemos acudir a comprar ropa de talla extra grande sin que
algún conocido nos vea entrar en "El paquidermo
elegante, tallas vergonzantemente supergrandes". Las tiendas Decathlon suelen estar llenas de
gentes de todo tipo, desde el ejecutivo que quiere unos calzoncillos sin
costuras hasta el padre de familia que busca un gorro de baño que no le haga parecer mas
idiota de lo que ya es. Aunque lo más importante de todo es que gracias a Darwin (y su
selección natural) entre toda esta gente también suelen haber mujeres. El mayor logro de la humanidad: donde hay gente hay mujeres.
Esta mujer en concreto estaba en la sección de
sujetadores deportivos. No me pregunten lo que hacía yo allí pero deben saber
que, debido a mi sobrepeso, tengo más pecho que la mayoría de mis lectoras. Era
una muchacha razonablemente atractiva, de lacios cabellos negros y peinado
Príncipe de Beckelar, iba vestida con una especie de pantalones de colores y
una camiseta blanca. No voy aquí a describir su cuerpo porque me parece de baja
estopa el definir a una mujer por la rotundidad (o no) de sus curvas pero han
de saber ustedes que tenía el culo como la plaza de toros de Cáceres lo cual,
aunque soy antitaurino, me satisface sobremanera. La mujer perfecta, vamos.
Aunque si hubiese sido delgada también hubiese sido perfecta. Incluso si
hubiese sido un camionero de Soria con un gran bigote cruzándole la cara cual
revolucionario mejicano, habría continuado siendo la mujer perfecta. Es lo que
tiene ser un hombre, mientras otras van a la guerra con un rifle de
francotirador, nosotros vamos con un tanque y disparamos a todo cuanto se
mueva, amigo, enemigo o suizo.
-Hola -dije
intentando no fijarme en la ropa interior que ella sostenía entre sus manos.
-Hola -contestó ella.
-¿Sabes dónde está la
sección de escalada? Soy escalador profesional, en breve haré una nueva expedición
al Everest y estoy comprando material.
La mujer se asomó a mi cesta y después devolvió su vista a
mí con una suerte de extrañeza en su mirada.
-¿Vas a escalar el Everest con unas playeras, dos
pantalones cortos de flores y una camiseta de tirantes?
-Oh no, esto son souvenirs para los sherpas.
En ocasiones me sorprendo a mi mismo de mi rapidez para
confeccionar maravillosas mentiras que puedan conducir al amor horizontal. Los
hombres, gracias a Dios (y a una privilegiada genética neuronal) llevamos la mentira grabada a
fuego en nuestro proceso mental. Eso y que nos gusta follar mas que a un tonto un caramelo.
-¿Que compras tú?
-pregunté.
-Ropa para la
piscina.
-Yo también nado, fui campeón de Catalunya hace dos años.
-Lo hubiese adivinado
solo viendo tu cuerpo.
Han de saber ustedes que, en ocasiones, mis mentiras no están tan
elaboradas como debieran. Pero donde los demás ven un inconveniente yo siempre
veo una oportunidad.
-Es que estoy en la
categoría de más de 150 kilos.
-En serio, no
perdamos los dos el tiempo.
-¿Intentar seducir a
una mujer hermosa es perder el tiempo?
Como pueden
comprobar, había deslizado sutilmente la palabra "hermosa" a modo de
bálsamo. Siempre funciona. Eso y que le mostré un billete de cinco euros.
-Soy lesbiana -dijo ella.
Vale, no siempre funciona. ¿Cómo seducir a una lesbiana que
está comprando sujetadores deportivos?
-Adiós –dije mientras salía corriendo
Respuesta: no puedes.
El error es la más común de las monedas. Erramos cuando nos
esforzamos e incluso cuando no. Erramos de día, de noche y también alguna
tarde. Erramos en invierno y en verano. El error es nuestra forma de vida porque
somos imperfectos. El problema es cuando confundimos error con fracaso. Eso
nunca.
No obstante, aquella mañana de Sábado en el Decathlon, yo fracasé de manera legendaria.
Fracasaste pero ojala pudiera decirte que te duiste con la cabeza bien alta...claro que eso no seria sino una mentira piadosa
ResponderEliminarQuerido Juanjose yo no tengo nada alto, ni cuando triunfo ni cuando fracaso.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Si. A mi los errors me llevan inevitablemente a sentirme una fracasada. Y a nonattrberme a intentarlo mas.
ResponderEliminarY uated puede siempre ser campeón en la categoría ballenato :p
Los errores nos llevan al fracaso, lo que no tenemos es que leer todo como un fracaso. Tampoco hay que leer la composición de los zumos de frutas.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Vaya, pensé que lo iba a rechazar por estarle mintiendo abiertamente pero parece que sólo era por su orientación sexual. Que el ánimo no decaiga, pues. Puede seguir mintiendo a gusto. Total, en esta sociedad ya ni se nota.
ResponderEliminarCordiales saludos.
Querida, a mi me rechazan por todo, incluso cuando no me rechazan. Una vez me rechazaron por ser tan terriblemente atractivo que a la mujer le dio miedo no poder volver a enamorarse nunca mas. Solo sucedió en mi sueño, pero sucedió.
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Un completo gilipollas
No pensaste que ella también podía estar mintiendo??? Me has hecho reír con tu entrada.
ResponderEliminarSaludos.
Yo siempre pienso que los demás no son como yo. Por eso siempre pienso que los demás nunca mienten excepto cuando hacen la declaración de la renta o les preguntan por su edad.
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Un completo gilipollas
Mejor fracasar que quedarse con las ganas. Con las ganas de fracasar quiero decir...
ResponderEliminarSaludos.
La unica vez que gané a algo fue una sonora bofetada cuando mi padre me descubrió vestido con la ropa de mi madre. La quería para él solo. La ropa, me refiero.
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Un completo gilipollas
Mi querido Sr. Gilipollas, abandonó usted demasiado pronto,usted es de insistir un poco más. Hay un sitio peor para ligar los sábados, el Mercadona….
ResponderEliminarSaludos.
¿El Mercadona? Ahí solo puedo ligar con yonkies del Hacendado y extrañas mujeres sin depilar que buscan leche de soja. Por cierto, ¿desde cuando las vacas dan soja?
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
No ligar con una lesbiana culigorda no es ningún fracaso, pero es mucho mejor intentarlo con una saturnina tripleteta. Son todas heterosexuales, lo cual es fácil teniendo en cuenta que en su especie hay siete géneros, y muy salidas.Tienes que ir al Mercadona, allí siempre hay muchas en la sección de cereales, se pirran por los cookie-krispis de colores.
ResponderEliminarY dale con el Mercadona. Al final deberé ir. ¿Usted va al mercadona, querida? Si la respuesta es si... ¿usted fornica con gordos, querida?
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
También las hay en el Eroski-Caprabo, siempre donde los cereales. A pesar de ser extraterrestres, no se les nota casi nada, excepto por lo de las tres tetas, que puede no ser ningún inconveniente. Yo las reconozco en seguida porque mis padres adoptivos eran de allí. Por desgracia, yo soy terrícola, que es mucho más aburrido, y naturalmente que fornico con gordos.
EliminarSiempre he querido una mujer de tres tetas desde que de pequeño vi "Desafio total". Por desgracia solo tengo dos manos. Gracias a dios usted no es extraterrestre.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas