Esta es la historia de una de
esas mujeres de ojos rasgados y pelo lacio que conoció a un gilipollas y de
este encuentro surgió una bonita historia de amor. Por supuesto, el gilipollas
es quien suscribe y la oriental era una japonesa que estaba de paso por mi
ciudad. Siempre etiquetamos a los extranjeros de dos formas: los ricos y los
pobres. Los ricos son los árabes y los pobres los moros. Los ricos son los
japoneses y los pobres los chinos de la tienda de la esquina. No obstante todos
son (más o menos) iguales. De la misma manera que sucede con catalanes y
españoles, somos los mismos pero nos vemos de maneras diferentes. O no. Que eso
tampoco lo tengo claro. Una vez conocí un español que bailaba sardanas y un
catalán al que le gustaban las corridas de toros. Gracias a Dios, los dos se
curaron y ahora el español trabaja en “La Razón” y el catalán trabaja en un
restaurante untando tomate en el pan.
Dicho esto voy a narrar mi
encuentro con esta oriental (japonesa) a la cual encontré mas perdida que mis (antaño gloriosos) adbominales, en el centro
de Barcelona. Tan y tan delgada, tenía la piel tan blanca y el pelo tan lacio y frágil que parecía que de
un momento a otro fuese a esfumarse como un fantasma de esos de ojos grandes y negros. Pero no, era real y además era
una mujer. Bingo: es el doble de lo que suelo conseguir. La susodicha me
preguntó por el lugar donde estaba la Sagrada Familia y le respondí que yo era
familia de Antonio Banderas. Me preguntó cómo llegar a la Plaza Real y le
contesté que yo la convertiría en una princesa. Me preguntó dónde estaba la
playa y le contesté que me gustaba verme reflejado en el océano de sus ojos
azules. Por desgracia ella solo hablaba inglés (además de japoneso, supongo) y
yo en inglés solo se decir “’i’m toreador” así que aquella oriental no pudo
admirar mi maravillosa prosa. No obstante, el hecho de que yo fuese “toreador”
pareció llamarle la atención. “I’m el gordo de Antequera, mas famous toreador of todos los times”. La
mujer me enseñó una guía donde se veía una plaza de toros. Primer inconveniente: ¿cómo decirle a
aquella oriental desorientada que en mi ciudad ya no se celebraban corridas de
toros? Y aunque se celebrasen tampoco podría habérselo dicho (lástima que el esperanto nunca haya despegado). ¿Cómo hacerme pasar por famoso torero
sin traje ni plaza ni toros? Donde ustedes ven inconvenientes yo veo
oportunidades. “Tu go casa mía, yo show video de mis corridas”. Reconozco que la
frase escondía un peligroso doble sentido, pero cuando poco interpretas, nada
malinterpretas.
Esta historia finalizó cuando, en
el comedor de mi casa, le puse a la oriental desorientada el video “Torero X”
protagonizado por el famoso matador Rocco Siffredi, un clasico donde el italiano estoca con certeza a cuanto animal se le ponga por delante. La oriental desorientada
salió corriendo de casa mientras gritaba pidiendo por la policia o quizás pidiendo a gritos una pizza de pepperoni con doble de queso y sin pepinillos. Nunca he sido muy bueno para los idiomas.
Supongo que la oriental desorientada pensó que “Torero X” iba a ser una
película de toreros mutantes aunque, a juzgar por el tamaño del estoque de
Rocco, debo reconocer que la magnitud de todo aquello no era proporcionalmente humano.
Yo acabé de ver la película, por
supuesto. Como bien saben la felicidad siempre está al alcance de nuestras manos.
Que alegría volver al mundo blogger después de unos añitos y encontrarte aun en activo! Como siempre leer tus historias es sacarme mas de una carcajada, y eso es salud!
ResponderEliminarTe leo, besos :)
Gracias querida, un placer volver a leerla.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
jajajajajaja. Que loco estas. Y que divertido eres. Quien fuera japonesa perdida contigo como guía turístico. :)
ResponderEliminarPuede usted probar a perderse, entonces solo le quedaría el 50% por hacer: ser japonesa.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Yo diría que me he equivocado de parada... Me he bajado en la que no era y me he encontrado con tu blog. Pero me quedo, porque me has hecho reír. Muchas gracias por el buen rato ;)
ResponderEliminarBienvenida, a veces en las equivocaciones se encuentra el éxito, mire sino a Pasteur o al marido de la Duquesa de Alba
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
No te quejarás, estás como una chota, pero tienes admiradoras por doquier.Voy a recomendar tu blog a mis amigas saturninas, que seguro que también se ríen. Y yo te doy las gracias, ya estoy menos aburrida.
ResponderEliminarGracias querida, si sus amigas saturninas tienen mucho dinero y no tienen escrúpulos significará que dios existe. Me alegra rescatarla del aburrimiento ya que de un incendio nunca podría (no hay trajes de bombero de mi talla)
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas