La memoria, al igual que el Whatsapp, las carga el diablo.
Recuerdo cosas que nunca han sucedido y he olvidado cosas que estoy convencido
que debieron suceder (tengo un tatuaje "Manolo te quiere" en la nalga
derecha que atestigua esto último). Nuestra memoria no es una máquina perfecta,
más bien parece un Pentium de los 80s conectado a fibra óptica de alta
velocidad, una imperfección mecánica que nos ayuda a que nuestra vida sea
infinitamente mejor. Ahora recuerdo el equipo de bronceado de Suecia con el que
tuve una orgía y también del día que me otorgaron el Premio Nobel de Medicina.
Me acuerdo perfectamente de cuando escalé el monte Everest pertrechado tan solo con
un cuchillo de postre y bermudas de colores. Me acuerdo cuando nadaba entre
delfines o volaba entre ponis de colores que vomitaban arcoíris. Supongo que
alguna de estas cosas pertenece tan solo a mi maltrecha memoria. ¿Pero que mas
da cuando son recuerdos maravillosos? En el otro lado de la balanza, he
olvidado las malas caras, los malentendidos, los errores, las broncas y las
decepciones. He olvidado todas y cada una de las veces que me equivoqué. Porque
en nuestra memoria, como en nuestros sueños, recordamos lo malo cuando queremos
evitarlo y lo bueno cuando queremos repetirlo.
Estoy convencido que muchos y
muchas de ustedes, seres perfectos que beben agua y mean colonia, recuerdan los
errores y eso les ayuda a ser mejores personas. Pero si hacen eso, se están
engañando a sí mismos. Lo que nos hace mejores personas es precisamente olvidar
los errores. No creo que un asesino en serie o un político sean mejores
personas si, día a día, recuerdan lo que hicieron. Yo, en cambio, posiblemente
sea mejor persona viviendo en mi ingenuo mundo donde todo fue maravilloso y mi
pene media veinte centímetros mas que ahora (o sea, veinticinco centímetros).
De acuerdo, seres perfectos,
tienen ustedes razón: no recordar los errores nos invita a repetirlos, pero el
ser humano ha de equivocarse una y otra vez para recordar precisamente eso, que
es humano. Si nuestra memoria recordase todo nos veríamos obligados a aprender
de nuestros errores y acabaríamos siendo perfectos. Pero el mundo no está
preparado para la perfección porque no hay nada más imperfecto que la perfección
(observen sino a Mario Casas o a
Cristiano Ronaldo). La imperfección es necesaria y la única manera de
ser imperfecto es obligar a nuestra memoria a olvidar lo malo y recordar lo
bueno, aunque lo bueno sea una ilusión.
Me acuerdo de hace unos años,
estaba yo con una mujer en un callejón sin asfaltar, nuestras lenguas eran una
y mis manos se deslizaban por debajo de su vestido de algodón buscando el lugar
de donde todo hombre viene y todo hombre desea siempre volver. Fue un momento
maravilloso donde los cielos se abrieron y cien mil ángeles descendieron con
sus trompetas elevándonos por encima de todo lo conocido y por conocer.
¿Sucedió realmente? Posiblemente no. Pero mi memoria prefiere recordar ese
momento de esa manera a otros momentos
que no me gustaron de mi pasado. Es en este infantil mecanismo que duermo más
feliz, soñando con macizas en bikini y jacuzzis llenos de chocolate fundido.
Soñando con que siempre tengo cientos de euros en cualquier bolsillo y soñando
con que tengo mejor salud que Iron Man con la batería cargada. Soñando con
siestas que nunca sucedieron y días donde siempre llueve. Mi imaginación quiere
recordar sonrisas maravillosas, pechos deliciosos, sexo desenfrenado y cerveza
bien fría. Y además, mi engañosa memoria quiere recordar que eso sucedía día
tras día.
Ustedes recuerden lo que quieran,
incluso si quieren recordar la verdad. Allá ustedes, yo soy un cuentacuentos e
imagino siempre un final feliz (sobre todo si estoy en una peluquería china).
Querida mía, escribir es lo único que me queda, yo también estoy mayor y el sexo con top models ya no llena mi vida.
ResponderEliminarVale, nunca ha pasado. Escribo porque me aburro.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
usted es mi cuantacuentos adorado! muacks muacks muacks!
ResponderEliminar¿Dónde han ido a parar esos besos?
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Ya sabe, dicen que la memoria es como un perro, tú le tiras un palo y ella te trae lo que le da la gana.
ResponderEliminarSi le tiras la foto de una top model sueca a un perro... ¿te trae la top model?
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Hay veces en que es preferible recordar cosas que no sucedieron... Cordiales saludos.
ResponderEliminarA mi es que las únicas cosas interesantes que me han pasado en la vida... nunca sucedieron
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas