La vida es un continuo venir y devenir de decepciones. En ocasiones, un niño sin padres, poco antes de navidad, grita un número a viva voz y el premio de la lotería distrae nuestra penosa realidad para forzarnos a creer que somos (moderadamente) felices con este esporádico premio. Pero resulta que tampoco. La felicidad es un error de concepto del ser humano. Dios nuestro señor nos estaba creando del barro, poniendo brazos, piernas y penes por doquier, cuando de repente se le ocurrió que podía inculcarnos la idea de que debíamos ser felices. Aun debe estar riéndose... Porque la felicidad no existe, eso está claro. Ni aunque seas el tipo mas rico y famoso del mundo que se baña en Dom Perignon y tiene un turnomatic en la puerta de su alcoba... ni aun así esa persona conseguirá ser feliz. ¿Por qué? Es fácil, porque nos gusta mas jodernos la vida que a un tonto un lápiz. Por muy felices que creamos ser siempre rascaremos la superficie de todo cuanto nos rodea para dar con algo que nos joda el día. El ser humano se alimenta de pizzas, pollo a la plancha, brócoli y disgustos. Y saboreamos todo eso en el convencimiento de que así somos y así moriremos.
¿Qué es la felicidad? La felicidad no es mas que el cromo que acompaña el pastelito o las alfombrillas que nos regalan cuando compramos un coche. La felicidad son migajas de otra cosa (que nos es felicidad) pero que nos obliga a creer que el mundo es un lugar bonito donde vivir aunque durmamos en un cajero automático y nuestro perfume sea el de vino de tetra brick. Aristóteles definía que la felicidad es algo subjetivo, para unos la felicidad puede ser el placer material, para otros puede ser la fama o incluso el sentirse bien con uno mismo. Por supuesto, Aristóteles era un soplapollas de proporciones legendarias porque intentar definir la felicidad como concepto vuelve a ser un error ya que la felicidad es una utopía, sin mas (nunca hagan caso de alguien que viste con túnica). La felicidad es algo etéreo, imposible de alcanzar, comprar ni vender. La felicidad son las rebajas de El Corte Ingles o el anuncio de Mahou cinco estrellas. Pero aun y así, sigue siendo algo falso, una utopía donde cualquier otro se beneficia de nuestros actos.
Para alguien como yo, la felicidad es la ausencia de infelicidad. Algo tan simple como complejo de alcanzar. Pondré un ejemplo: si voy a un bar, pido una cerveza y me la sirven caliente, soy un infeliz. Eso en lo material. Respecto a lo no material, digamos que si le sugiero a una mujer que quiero sexo y ella me rechaza, entonces también soy un infeliz. Aunque bien pensado, una mujer es algo material (y en algunos casos, material de primera). A lo que vamos: Para mi la felicidad no existe pero si que existe la infelicidad. Supongo que si un día me encuentro una lámpara y tras frotarla sale un genio, no sabría que tres cosas pedir para ser feliz. Aunque bien pensado... ¿En el siglo XXI quien encuentra una lámpara en un desierto y le da por frotarla?
La mejor definición de felicidad es lo que yo describo como "el desengaño del resacoso". Imaginen ustedes una noche de autentico desenfreno alcohólico, todos hemos tenido un momento así, al día siguiente nos levantamos con infinita sed y vamos corriendo a la nevera para descubrir que lo único frio que hay es un cartón de leche. Lo cual tampoco está mal así que bebemos directamente del cartón y a nuestro gaznate llega una bola de leche cuajada y caducada que convierte nuestro universo en amargura. Hemos pasado de la felicidad a la pena en apenas unos segundos. Pero no solo eso... también hemos descubierto que la felicidad tienen fecha de caducidad.
Recuerdo en una ocasión que estuve a punto de alcanzar la felicidad con la punta de los dedos. Sucedió a medianoche en el club de carretera "Macizas engrasadas" y no pude alcanzar la felicidad mas absoluta porque Ivana, una rusa de interminables piernas y escasos escrúpulos, acababa de ocuparse con un cliente que la retiró del negocio y ahora es su adorable esposa (y madre de siete retoños) que vive en un rancho de Texas. Supongo que si hubiese llegado antes habría podido probar las mieles de la legendaria Ivana. Pero mi impuntualidad me hizo infeliz. Ese es el gran problema, la fragilidad del concepto "felicidad". Aunque empecemos bien el día, siempre hay un tonto dispuesto a jodernos, escondido en cualquier esquina. La felicidad, caso de existir (que lo dudo) es frágil y no depende exclusivamente de nosotros. Depende del azar, de ser puntuales, del tiempo metereológico o de una falda mas corta que otra.
Tengo un amigo que decía ser el tipo mas feliz del mundo, un hombre con un trabajo importante, una familia perfecta, lo tenía todo... su mujer era la mas hermosa de toda la urbanización, sus hijos eran los mas rubios y educados. Su chalet estaba pintado de un blanco impoluto que reflejaba los rayos del astro sol por toda la calle. Era de ese tipo de personas a las que envidias con todas tus fuerzas, incluso aunque creas ser igual de feliz que él. Un dia, este hombre con suerte, se enamoró de una compañera de trabajo, una mujer realmente desafortunada en todos los aspectos de la vida, no era guapa, no era inteligente, no era divertida ni tenía nada que hiciese suspirar a ningún hombre heterosexual. Pero este amigo mio se enamoró perdidamente de ella y perdió su trabajo, su familia, su casa y su coche. Ahora trabaja de repartidor de garrafas de agua, vive en un pequeño apartamento y vive con la mujer mas fea de todo el barrio (quizás de toda la ciudad). Mi amigo asegura que es un hombre feliz, mas feliz de lo que lo fue nunca antes. Nadie le cree, yo tampoco.
Pero es que yo no creo (del todo) en la felicidad.
Profunda reflexión filosófica que requiere un análisis sosegadoDe entrada me ha gustado. Lo que más me ha sorprendido es que tengas amigos, aunque sea uno. No se, no te hacía yo bien relacionado.
ResponderEliminarTengo un amigo, en efecto. El presupuesto no me da para mas.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Por una vez discrepo.La felicidad sí existe pero hay que decidir vivirla. Cordiales saludos.
ResponderEliminarYo decido muchas cosas, cada día decido tener amor horizontal con cientos de top models y nunca sucede. Me temo que por decidir algo no sucede simplemente. Bueno, si eres mago o multimillonario, si.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
La felicidad es una chispa que te pierdes si no estás atento, el resto es buscarla.
ResponderEliminarCuando empiezo a buscar la felicidad ha pasado de largo, como los taxis en una noche de lluvia.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Pues mira que yo te hacia vestido frente al ordenador tecleando como un loco vestido con una enorme túnica...
ResponderEliminarNo se meta usted con Demi Roussos ni con Rappel. Los gordos también tenemos derecho a vestir con alegres estampados.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Pues yo debo ser muy tonta. Porque yo creo eln la felicidad del lápiz sobre el papel. Anticuados que somos algunos.
ResponderEliminarSiempre podemos actualizarnos a Felicidad 2.0
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Nadie mejor que usted para dar felicidad a los demás aunque lástima que no se beneficie de la misma.
ResponderEliminarSu más feliz admiradora...
Querida Ariadna, siempre hay personas que me proporcionan momento de plena y maravillosa felicidad. Supongo que algún día usted aceptará una de mis 847 invitaciones de cena y entonces seré un hombre completamente feliz.
EliminarSiempre suyo (su mas feliz admirador)
Un completo gilipollas
Gracias querida. Usted también me hace feliz a ratos. Preferiría que me hiciese usted feliz a tiempo completo en una aldea nudista del caribe con pulserita de todo incluido. No lo descarto. ¿Usted juega a la lotería? Vamos a medias.
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Hecho...
ResponderEliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas