Iba a encabezar el texto
asegurando que todos tenemos un coño, de la misma manera que todos tenemos una
opinión o un pasado. Pero temo que tal afirmación generaría una desconcierto de
géneros que provocaría arcadas a más de uno/a. Porque hoy voy a hablar de coños.
Así de golpe, sin excusas ni anestesia. Imagino que algunas furibundas lectoras
se lanzarán a mi yugular con los afilados dientes del feminismo solo porque hablo de coños y no de pollas. Les invito a
todas ellas a que garabateen frases y más frases sobre pollas, si es que lo desean, a
modo de cuota tardosocialista. A mí no me interesa. Lo contrario que los coños,
que esos sí que me interesan. No voy a entrar ahora en el argumento de
si todas las mujeres tienen uno porque conozco a algún hombre y a más de un
cantante de coplas que han cambiado el salchichón por el vol-au-vent. Todos
nacemos con algo entre las piernas, unos más bonitos que otros, unos más
grandes que otros. Y negar nuestra sexualidad más visible es como negar que los
futbolistas sean tontitos o que en un bar de osos solo haya cazadores.
A mí me gustan los coños, no voy
a negarlo, unos más que otros. Pero eso es normal, también me gustan unos vinos
más que otros y unos coches más que otros. Aunque sea abstemio o no tenga carné
de conducir. Vaya por delante decir que un coño es algo estéticamente
desafortunado. Reconozcámoslo: no es la parte del cuerpo más hermosamente
dotada. Imaginen que llega a nosotros una civilización extraterrestre y
resultan tener la apariencia de coños gigantes. Íbamos a quedarnos sin balas
antes de dejarles decir ni tan solo "Hola". No digo yo que haya gente
que crea que un coño es lo más maravilloso del mundo, yo lo creo, pero de
ahí a reconocer que un coño es bonito sería
como asegurar que existen políticos honestos: una utopía ajena a la razón.
Tampoco voy a conferenciar sobre
formas, texturas, colores ni olores porque me temo que mis lectoras continuarán
ávidas de ofenderse ante cualquier explicación como esa. Pero de la misma
manera que nos gusta un tipo de persona o una diseño de ropa, también nos
gustan los coños de un tipo o diseño. A mí el coño que más me gusta es
cualquier coño pero eso es debido a que veo tan pocos que incluso perdido en el
desierto creo que un cactus es caviar y una meada es agua pura. O sea, me
gustan todos los coños solo porque estoy perdido y hambriento.
Y porque soy hombre.
Muchas mujeres desearían haber
nacido con pene pero casi ningún hombre desearía haber nacido con coño. Esto es
debido a que entendemos el sexo como un ejercicio mecánico y todo buen mecánico
debe tener una herramienta entre las manos, no un feísimo bolso sin cremallera
donde solo pueden guardarse bolas chinas y niños que lloran al asomar la
cabeza.
De acuerdo, ahora me saldrán
ustedes que el coño quizás no sea bonito pero que de ahí salimos todos. Estoy
de acuerdo en ello. También venimos del mono y no es que sea un dechado de
belleza o incluso hay gente que aun viste con jerséis de cuello cisne. Ante
eso, incluso los coños son un delicioso cuadro de Monet. Pero no hablamos de
los deméritos ajenos sino de los meritos propios y hay que reconocer que un
coño poco tiene de hermoso como concepto visual.
Me gustaría entrar en todos los
coños, cuantos más mejor, no hablo de manera metafórica, los hombres estamos
obsesionados con entrar en tan misteriosa cueva armados sin linterna ni
tampoco víveres. Los coños nos atraen de la misma manera que nos atrae la seducción
rápida y el sexo oral lento. Nos quedamos embelesados mirando los coños y queriendo entender como algo tan feo puede acabar siendo lo mas maravilloso que hemos visto (y saboreado) nunca. ¿Quieren saber el motivo? Pues es bien simple, porque frente a un coño nos volvemos infantes y queremos retroceder hasta el vientre materno, sabedores que en ningún lado hemos estado más cómodos que flotando en aquel intenso liquido de amor. Por eso queremos meter a toda cosa nuestro pene en todas las mujeres, en el falso convencimiento que algún día conseguiremos meter el resto del cuerpo.
Como decía Spiderman: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Pues bien, queridas mías, ustedes que tienen
coño, tienen ese poder. Ante eso, los hombres nada podemos hacer, tampoco
resistirnos. Utilícenlo de manera inteligente, sean responsables. Dejen de parir políticos y
banqueros. Abran ustedes sus coños a gilipollas y soñadores.
Porque han de saber que sin coños, el mundo sería una
arboleda de penes. Y eso… sí que sería una auténtica tragedia.
La imagen que acompaña este texto pertenece al cuadro "L'origine du monde", pintado por Gustave Coubert en 1866.
Una auténtica pena, sin duda
ResponderEliminarPor unos momentos he creído leer "un auténtico pene"... que susto.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Usted como que ha estado leyendo manuales de sicología.
ResponderEliminarRevistas porno también he leído...
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Totalmente de acuerdo. Aunque creo que con uno para cada uno basta, es bastante gratificante buscar el apropiado para cada uno, y, desde luego, cuantos más se prueben, más fácil es acertar con el que le conviene a cada uno...
ResponderEliminarSaludos.
Yo intento probar el máximo número de coños... de momento ya llevo 3. Bueno, 3 veces el mismo.
EliminarVale, me lo he inventado...
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Sabio usted y sabio Spiderman.
ResponderEliminarSpiderman escala paredes... yo solo escalo barras de bar.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Jajaja me ha encantado tu definición: "feísimo bolso sin cremallera donde solo pueden guardarse bolas chinas y niños que lloran al asomar la cabeza." me lo guardo en el baúl de mis tesoros, que arte por Dios!, miles de besosssssssssssssss
ResponderEliminarGracias... pero si lo mira usted bien. Es la verdad. Bonito no es... puede parecernos bonito e incluso puede ser maravilloso.
EliminarPero bonito...
Siempre suyo
Un completo gilipollas
No me voy a ofender por su disertación sobre los coños pero que sepa que yo sí uso cuello de cisne. ¿Qué problema hay con eso? ¿Eh?
ResponderEliminarCordiales saludos.
Yo no tengo ningún problema con su ropa de cuello cisne siempre que se la quite... la música la pongo yo
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
que es el cuello de cisne?
ResponderEliminarEsos jerseys de cuello alto tan antiguos... como los de los marineros.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
jajajajjajajajajaja me ha encantado este post, siempre he tenido la duda de si a los hombres un coño les parecía bonito (a mi una polla nunca me ha parecido bonita) y a los que les he preguntado siempre decían "claro!!" (nunca llegué a creerlos) y ahora me la has resuelto la duda con mucha gracia. La definición de "bolso sin cremallera"... sublime!!
ResponderEliminarY por cierto, coño no queréis tener... pero tetas si? (sobre las tetas también tengo dudas de vuestras actitudes)
Sigue así, por favor!
Yo es que lo quiero todo. Soy hombre.
EliminarPero cierto es que el coño, bonito no es.
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Esto es un post y lo demás (como usted diría) "fruslerías para vender joyas". Suscribo de cabo a rabo. Bueno... De cabo a coño. Abrazos y sonrisas húmedas y verticales desde el epicentro del asfalto. ¡Muacks! 💋💋💋
ResponderEliminarQuerida Ana Maria. Escribo esta respuesta recién salido de una ducha helada. Prefería contestarla después de la ducha porque me ha hecho usted saltar la junta de culata con su comentario... Sonrisas húmedas y verticales... madre del amor hermoso
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
¡Ay, la junta de culata y los dichosos émbolos!... Siempre acaban saltando cuando uno menos se lo espera... Se lo digo yo, que ando con las bujías revolucionadas :))) Besos nada helados, que se me va a enfriar.
ResponderEliminarQue inmenso placer que vuelva usted por estas tierras mi querida Ana Maria y que dialoguemos sobre jutas de culata, émbolos, bujías y sonrisas virtuales.
ResponderEliminarAunque eso signifique que el día de hoy ya llevo 12 duchas frías.
Y encima va usted y me envía besos nada fríos... ufff
Siempre suyo
Un completo gilipollas
Usted no me ha visto con un jersey de cuello cisne. Parezco una morcilla de burgos que ha explotado durante la coccion.
ResponderEliminarY los penes no son feos, son bonitos, un pene es precioso, delicioso...
Vale... los penes son feos
Siempre suyo
Un completo gilipollas