Una de las cosas que deben ustedes llevar a una cita con alguien que les invite a cenar es, aparte de la ropa (nos desnudamos como última etapa, solamente), una botella de vino. Las convenciones nos dicen que una botella de vino es una señal de respeto y agradecimiento. Mentira, llevamos una botella de vino a quien nos invita a cenar para emborrachar a esa persona y propiciar lo de la última etapa.
No se emocionen, ninguna mujer me ha invitado a cenar, es solamente una nueva táctica que he ideado para conseguir amor horizontal en el último día de este experimento sociológico denominado "31 días". Mi táctica es comprar una botella de vino y pasearla por la ciudad en el convencimiento de que cualquier mujer acabará preguntando para quien es y yo diré "para nosotros, querida". Reconozco que es una táctica un poco precipitada, bueno... en realidad es una táctica de mierda. Pero es una táctica y al menos eso algo.
Esta misma mañana he entrado a una bodega a comprar una buena botella de vino. Una de esas bodegas reconvertidas a templos de modernos con vocación de borrachos. En vez de el típico bodeguero malcarado de toda la vida ahora tienen muchachos que te ayudan a escoger el mejor vino. En vez de cuatro botellas de vidrio verde mal lavadas que rellenaban con dudoso vino de barrica, ahora hay cientos de hermosas botellas magnificamente alineadas, mostrando sus originales etiquetas y sus prohibitivos precios. No obstante yo no necesitaba ayuda pues estaba decidido a escoger el vino como siempre lo hemos escogido: el vino caro es el bueno y el vino barato es barato.
-¿En que puedo ayudarle? -vino corriendo hacia mi uno de los muchachos de la bodega.
-He venido a comprar vino.
-¿Sabe cual desea?
-Diez euros.
-Por ese precio tenemos multitud de variedades aunque si me permite, por un poco mas podriamos acceder a una variedad...
-Diez euros -interrumpí yo- ni un centimo mas.
-De acuerdo, veamos que podemos comprar con diez euros...
¿Por que en los sitios modernos simple hablan en plural? ¿Podemos? ¿Tememos? ¿Podríamos? Yo pensaba beberme el vino solo o en compañía de una mujer así que ya podía estar aquel aprendiz de gay despejando el plural de su vocabulario o se iba a quedar sin la propina que nunca le hubiese dado.
-¿Algun vino de referencia? -preguntó el muchacho.
-Si... que no venga en tetra-brick.
-Gran elección. ¿Recuerda el último vino que le gustó?
-Creo que era un Montsant...
Entonces el muchacho me cogió del brazo y me arrastró hasta una especie de mapa de la D.O. Montsant donde se veían todos los viñedos divididos por colores. A continucación comenzó a explicarme las caracterítsticas de todas las tierras y cuales eran mejor que otras.
-A ver animalico... -comencé yo- he dicho que quiero vino, no me quiero comprar una parcela para construirme una casa de verano. Un puto vino de menos de diez putos euros y adios muy buenas.
El muchacho fingió cara de mapache rabioso y me llevó hasta una estanteria llena de vinos donde empezó a decirme las características de cada uno.
-No me toques las narices -volví a interrumpirle.
-De acuerdo -dijo el muchacho- mas sencillo. ¿Que va a acompañar este vino? ¿Carne o pescado?
-Bisexual lo será tu madre que en paz descanse. No se como, cuando ni quien va a acompañar el puto vino. ¡Dame uno!
El muchacho cogió un vino y me lo entregó. La etiqueta marcaba 10.50 euros.
-A ver, alma perdida... que me estás inflando los cojones y ya de por si los llevo hinchados que estamos en Agosto. Aqui pone 10.50. Y yo te he dicho 10. ¿Que parte no has entendido?
-Solo son 50 centimos.
-50 ostias con la mano abierta te voy a dar, borracho bisexual...
En efecto, esta mañana no he comprado el vino porque me han echado de esa bodega y de otras cinco. Ahora escribo esto desde mi casa, bebiendo una cerveza fria y esperando a que cualquier mujer llame a mi puerta. Es la última esperanza que me queda este Agosto.
Pues una cañita fria....no es mala idea ¿tienes otra?
ResponderEliminarSe me ha acabado, tengo agua del grifo con sabor a metal, un yogur caducado que se puede beber y media docena de botellas de licor de dragón (sin el dragón dentro).
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Vaya al centro comercial más cercano. Ahí seguro que no hay nadie para darle la brasa, ni siquiera si lo busca. Cordiales saludos.
ResponderEliminarPues a mi me gustan los centros comerciales, están llenos de personas y donde hay personas hay mujeres. Que quiere que le diga, mi cerebro apenas tiene media docena de circuitos que funcionan correctamente.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Jajajajaja, me imagino al pobre dependiente.
ResponderEliminarYo que tú a tu táctica le añadía empollarte a qué sabe el vino en cuestión y con qué maridaría bien. Seguro que si encuentras a una chica que quiera compartirlo contigo, la vuelves loca. Aunque claro, para qué tanta tontería si sólo buscas el amor horizontal.
¿Y llevar una mochila de cerveza como las de los conciertos y ofrecer a las viandantes a cambio del teléfono?
Tiene usted razón, convertirse en un enólogo especializado para un polvo mal pegado es como ir al dentista: caro y doloroso. Si quiere la puedo impresionar a usted, total, ya sabe que lo único que pretendo es amor horizontal. Creo que con un cartón de Don Simón ya hacemos.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Soy un poco más fina. Al menos no me lo ponga en cartón.
EliminarDe acuerdo, se lo pondré en cristal pero solo si me promete que fornicaremos y nos saltaremos los preliminares.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
Entonces además de condones tendrá que traer lubricante. Jajajaja
EliminarToc toc toc....
ResponderEliminarCerrado por vacaciones
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas