Después del desagradable incidente de ayer en el "Gimnasio Nerón" (exclusivo para hombres que entran en otros hombres), me decidí por probar un nuevo lugar donde ligar en estas vacaciones. Descartada la playa, los gays, el Sol y los museos, escogí un nuevo escenario donde las extranjeras suelen dar con sus rollizos huesos en verano. Cualquier ciudad turística que se precie debe tener céntricos restaurantes donde la comida se anuncie en forma de suculentas fotografías que nada tengan que ver con lo que luego sirven. Son locales que utilizan cientos de idiomas menos el idioma local y suelen estar llenos de extranjeros bebiendo grandes jarras de sangría y comiendo paellas que saben a relleno de cojín. Mi estrategia consistiría en sentarme junto a un grupo de rollizas, esperar que la sangría hiciese efecto y entonces lanzarme a por cualquiera de ellas con el ansia de un vampiro que lleva años bebiendo agua con gas. El plan no es que fuese una maravilla, lo reconozco, pero era un plan que incluía aire acondicionado, mujeres, alcohol y no había sol. Incluso por unos instantes imaginé que podía permitirme el lujo de fracasar.
Fracasé, por supuesto, pero no por convencimiento sino por lo que se viene a llamar "ansia viva". Es decir, que acabé borracho antes que cualquiera y además no llevaba ningún euro en el bolsillo en el convencimiento de que podía haber acabado ejerciendo de gigoló. El alcohol es que es como el sexo, el helado de chocolate con meta o las patatas Pringles: "cuando haces pop, ya no hay stop". Nunca he tenido medida en nada excepto en la talla de mis camisetas. ¿Ustedes pueden beber una cerveza helada en pleno verano y no pedir una segunda? Yo tampoco. Y ya se sabe que no hay dos sin tres ni tres sin diez.
Pues que suerte tiene usted, a cambio de fregar cuatro platos, se pone hasta arriba de cerveza. Sus vacaciones podrían confundirse con "la peor etapa de su vida" si no hace usted algo rápido para cambiar el rumbo. Consejos? Si, ya se, es muy fácil decirle que haga algo y no proponer, pero es que yo lo que es la palabra vacaciones, no la tengo en mi diccionario. Suerte, y seguiré leyendo sus aventuras.
ResponderEliminarYo la palabra "trabajo remunerado" no la tengo en mi diccionario. No se que es peor, querida.
EliminarSiempre suyo
Un completo gilipollas
A eso me refería precisamente. Me expresé mal. Quizá debí decir que estoy siempre de "vacaciones". Suerte con las bicicletas, es usted un crack.
ResponderEliminarPara la próxima, tome té frío en vaso de cubata. Pasa por whisky tranquilamente. Cordiales saludos.
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